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Enamorada de la salud pública: Dra. María Eugenia Velasco Marín

Una enamorada de la salud pública, así se declara la doctora María Eugenia Velasco Marín, directora de Control y Prevención de Enfermedades del Instituto de Servicios de Salud del Estado (ISSEA) y uno de los rostros detrás de la lucha contra el COVID-19 en Aguascalientes.

Nacida en Calvillo, estudió la carrera de Medicina en la Universidad Autónoma de Aguascalientes (UAA); el internado lo realizó en el Hospital General de Zona No. 2 del IMSS, y el servicio social en la comunidad de Calvillito, Aguascalientes. Tiene una maestría en Administración de Servicios de Salud y Hospitales, y otra en Nutrición, además de estudios en diversas materias.

Su vida laboral comenzó, y continúa, en el ISSEA, donde se ha desempeñado en distintos cargos y programas como los de extensión de cobertura y salud reproductiva, dentro de la Jurisdicción Sanitaria No. 1 en la que llegó a fungir como coordinadora de programas de salud.

Otros programas en los que ha laborado son los de salud materna perinatal y cáncer de la mujer, con los que Aguascalientes llegó a ser reconocido a nivel nacional por sus resultados. También laboró como directora en la Jurisdicción Sanitaria No. 3.

Coronavirus: A prender la alerta

La doctora Velasco narra que fue a finales de diciembre del año pasado cuando China comenzó a divulgar los casos de pacientes contagiados de una rara enfermedad, que estaban presentando una neumonía atípica. Esto los llevó a prender la alerta, pues nunca dudaron de que llegaría a nuestro país (el primer caso se reportó el 28 de febrero en México) y particularmente a Aguascalientes, ya que una de las grandes enseñanzas que les ha dejado el nuevo virus es la gran movilidad de personas que hay en el planeta.

“No podíamos dejar de observar que el coronavirus era una amenaza real y que es el vivo ejemplo de lo que pasa cuando una enfermedad no tiene vacuna”, señala.

Aunque no se tenía la certeza de cuándo llegaría, y teniendo la experiencia de algunos colaboradores que habían vivido la pandemia de la influenza AH1N1, la doctora refiere que comenzaron a realizar la planeación respectiva para estar lo mejor preparados que fuera posible, no sólo en materia de prevención, sino también de atención, lo que implicó un gran reto, dado que se trata de una enfermedad altamente contagiosa que está enfrentándose en equipo.

“En realidad no nos había tocado vivir algo así […] Investigamos muchos modelos, qué había hecho China, Alemania, España, por qué se desbordó en Italia, qué tenemos que hacer distinto a ellos; investigamos Corea, Japón, y utilizamos estrategias de estos dos países, pero modificadas, que hasta ahora han dado resultados”, explica.

La doctora comenta que en un mundo globalizado no estamos exentos de padecer nuevas enfermedades nuevas que no solamente tambalean pueden llegar a tambalear el sistema de salud de nuestro país, sino a los del primer mundo.

“Ante lo nuevo y desconocido somos muy vulnerables y nos hace parecer hasta débiles (…)  Hay que aguantar lo más que podamos, porque si retardamos el contagio alguien puede sacar una vacuna. Es triste ver cómo se derrumban sistemas de salud poderosos, ante un virus que ni siquiera podemos ver”, comenta.

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