La relación entre Estados Unidos y México es inevitable debido a su ubicación geográfica, no obstante, han existido épocas en las que prevalece un clima de desapego o contradicción; ejemplo de ello es el periodo presidencial de Donald Trump. La incertidumbre se extendía sobre todo en el estatus migratorio y la hostilidad en las relaciones comerciales.
Después de las elecciones presidenciales, el pueblo estadounidense optó por no reelegir a Trump y dar el triunfo al partido demócrata, con su representante, Joe Biden. Analistas económicos y políticos han abierto el diálogo sobre si esta elección es realmente benéfica o no para México. Las opiniones suelen indicar un panorama favorable, pues al haber menos hostilidad entre países, se permitirá una relación más institucional y con menos variables.
Puntos importantes en la agenda política
Una de las posturas más fuertes de Biden en campaña fue la de establecer bases sanas para la inmigración. En su sitio oficial se expuso que buscará modernizar el sistema migratorio y propiciar la revisión fronteriza. Aseguró que durante su mandato dará papeles a 11 millones de personas que habitan en Estados Unidos.
Asimismo, se pronunció a favor del programa de Acción Diferida para los Llegados en la Infancia (DACA, según sus siglas en inglés), a través del cual se protege de la deportación a jóvenes inmigrantes (dreamers).
En cuanto a seguridad fronteriza, uno de los objetivos es mantener a raya el tráfico de sustancias ilícitas, por lo que será uno de los principales puntos a tratar en la agenda común. Se espera una mayor cooperación en el ramo.
Al tener como propósito la apertura de fuentes de empleo en el país, los analistas prevén que Biden se sujete al T-MEC de forma estricta y con posibles reajustes. México podría esperar la llegada de aranceles y mano dura para asegurar el cumplimiento de todos los puntos, e incluso es posible que se dejen ver multas económicas. No obstante, se abrirán una serie de oportunidades para las empresas mexicanas.
Debido a que la agenda política de Biden contempla un retorno a los intereses ambientales, podría generar fricción con México o tomarse como una ocasión para alinearse a los propósitos mundiales de priorizar las energías renovables.