La imagen típica de la ciudad de León ya no solo busca evocar al sector zapatero, ahora tiene el firme propósito, como el resto del estado de Guanajuato, de posicionarse como una de las zonas productoras de vino más importantes en el país.
En los últimos dos años, la entidad incrementó en casi 400 por ciento la producción de uva, al pasar de 65 a 320 hectáreas. Asimismo, las bodegas, que eran cuatro, se convirtieron en 23 ranchos vitivinícolas, según datos de la Secretaría de Turismo de Guanajuato.
Fernando Olivera Rocha, titular de Turismo, dio a conocer que la actividad turística relacionada directamente con la producción de vino generó una derrama económica de 4,500 millones de pesos el año pasado.
Entre las bodegas más importantes de la entidad están: La Santísima Trinidad y la Vinícola Cuna de Tierra, ubicadas en Dolores Hidalgo; el Rancho Toyán y la Bodega Dos Búhos, en San Miguel de Allende; y Lobo en el municipio de Purísima del Rincón.
Así, el Circuito del Vino en los dos últimos años registra un crecimiento en su derrama económica de 87 por ciento en Dolores Hidalgo y 27 por ciento en San Miguel de Allende.
La actividad vitivinícola es considerada como uno de los atractivos turísticos de Guanajuato, a lo cual se suman sus dos ciudades patrimonio de la humanidad, cinco pueblos mágicos, cuatro zonas arqueológicas, las rutas y circuitos, su gastronomía y monumentos.