Del latín domus (casa) y tique (informática), la domótica es una disciplina que concentra diferentes tecnologías destinadas al control y automatización inteligente de una edificación habitable, con lo cual se logra una gestión eficiente del uso de la energía, seguridad y confort.
Aunque a nivel mundial los trabajos en este ámbito son diversos, en México pareciera no existir, pues de acuerdo con los expertos su implementación es escasa.
Para el arquitecto Carlos Orduña, director de la carrera de Arquitectura e Ingeniería Civil de la Universidad Cuauhtémoc en Aguascalientes, la principal causa de esta nulidad es la poca investigación que existe en la materia; diagnóstico que comparte el arquitecto Gustavo Martínez Velasco, director de Estudio Sustenta, quien considera este campo como virgen y con mucho potencial en la región.
Históricamente, la Revolución Industrial marcó un antes y un después en la industria de la construcción. La aparición de nuevos materiales, como el vidrio y el acero, innovaron las propuestas tradicionales de la arquitectura artesanal. Hoy en día, con la integración de la sustentabilidad y la domótica en las obras, se ha dado un gran salto en el sector, ya que se han podido implementar distintas soluciones a todo tipo de espacios.
La instalación de sistemas de control de climatización, el uso de metales de memoria térmica, la reutilización eficiente del agua y la captación de energía limpia a través de paneles solares son solo algunas de las aplicaciones en términos de sustentabilidad; pues existen otras que suman al confort y seguridad de los inmuebles, cuyo valor agregado aumenta gracias a estas innovaciones, como el control a distancia de los cerrojos de las puertas por medio de un dispositivo móvil o la iluminación infrarroja inteligente.
“Lo que yo veo venir es una explosión impresionante de dispositivos. Anteriormente, las grandes compañías han venido implementando sistemas completos, complejos y caros; pero ahora a través de los dispositivos móviles, la programación abierta y la masificación del diseño está surgiendo una cantidad apabullante de dispositivos aislados”, opina Gustavo Martínez Velasco.
El papel de la domótica en la educación
Pareciera ser una moda, pero en realidad es una necesidad. De hecho, el sector educativo ha manifestado un especial interés en preparar a los futuros profesionistas del sector de la construcción en la implementación de la domótica para solventar las necesidades de la población mexicana en vivienda.
Por eso, las academias han empezado a incluir materias relacionadas con esta disciplina en sus planes curriculares y los arquitectos jóvenes tienen una mayor conciencia sobre el uso de la luz natural, el aprovechamiento de la radiación, etcétera.
Aunque no han sido significativos, se han registrado avances, producto de la reciente intensificación del desarrollo tecnológico, en el manejo del sol como fuente de energía. En Aguascalientes, se comenzó a extender el empleo de calentadores y paneles solares; sin embargo, aún hay muchos beneficios que se pueden obtener por medio de la domótica, la cual todavía se considera un lujo.
El aumento de la demanda, la nula investigación en el estado y la escasa legislación sobre la utilización de estos equipos por las constructoras, provocan que se recurra a la importación de las tecnologías, lo cual las encarece y las coloca en un sitio inalcanzable para algunos.
Entonces, ¿qué hace falta? Investigación, y Aguascalientes tiene lo suficiente para sobresalir en este campo.
“Las universidades son las que pueden seguir impulsando estas ideas de sustentabilidad para que se lleven a cabo y no se queden en proyectos, en el tintero, en conferencias, en congresos, porque es una necesidad intrínseca […] Cada uno de los elementos de la construcción que utilizamos y desarrollamos debería de ir basado en el concepto de tecnología sustentable”, manifiesta Carlos Orduña.
Al prever el panorama de la industria de la construcción en los próximos años, los expertos esperan que sea una realidad (gracias a la reforma energética) la migración energética y la planeación de construcciones pasivas, así como la autogeneración de energía y la instalación de sistemas fotovoltaicos, sobre todo, en edificios de alto consumo.
¿Qué hay que hacer?
Conciencia. Es el momento adecuado para concientizar, a través del apoyo de las universidades y los profesionistas, a los gobernantes, a la sociedad en general y a las instituciones proveedoras de los servicios básicos.
Carlos Orduña es un arquitecto egresado de la Universidad Autónoma de Aguascalientes con una especialidad en Filosofía. Como director de carrera en la Universidad Cuauhtémoc, plantel Aguascalientes, ha sido partícipe de diversos proyectos enfocados al aprovechamiento de energías renovables y materiales reciclables.
Desarrolló refugios para indigentes a partir de envases Tetra Pack inflados con aire y sellados con argamasa y baba de nopal, en diferentes municipios del estado.
Actualmente, colabora en la creación de los Centros de Investigación de Matemáticas en Aguascalientes y Zacatecas, los cuales contarán con sistemas de reciclaje de agua, paneles solares y orientación planeada para optimizar el uso de aires acondicionados. También, dirige su propio negocio.
Gustavo Martínez Velasco es licenciado en Arquitectura por la Universidad Autónoma de Aguascalientes y por la Universidad Politécnica de Madrid. Después de una estancia en Canadá, regresó a México para iniciar una empresa que colabora con importantes trasnacionales.
Fue secretario de planeación en el municipio de Calvillo durante un corto periodo. Hace poco, dio un giro a su compañía, la cual ahora está dedicada a la investigación e implementación de tecnologías sustentables con un enfoque social.