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En-cauce: la apuesta por el crecimiento humano en las organizaciones

Las vidas de Conchita Miranda Patiño, Paola Barba Segovia y Tere Panameño Quiroz han ido por caminos tan distintos que, a primera vista, parecería muy difícil encontrar algún tipo de nexo entre ellas.

La primera es una ingeniera en Sistemas que dirige una de las empresas más grandes a nivel nacional en elaboración de productos de plástico complejos; la segunda se ha dedicado a la pedagogía y a la filosofía, y fue presidenta de la asociación Vida y Familia en Aguascalientes; mientras que la tercera es pedagoga -al igual que Paola-, tanatóloga y está certificada en coaching ejecutivo.

Entonces, ¿qué une a tres mujeres con perfiles aparentemente tan distintos e inconexos a una causa en común, que busca impactar a individuos, organizaciones y la sociedad en general? “Un sentido de servicio hacia los demás; de aportar”, responden.

Bajo esa visión compartida, idearon En-cauce, una sociedad que, de acuerdo con Paola Barba, busca llegar a la parte humana de las organizaciones con el fin de ayudar a sus integrantes a potenciar su crecimiento personal y profesional a través de cursos, talleres y capacitaciones.

“Generalmente, los cursos en las empresas no profundizan en el crecimiento humano de la persona, cuando es realmente difícil que un colaborador crezca profesionalmente si no se atiende su desarrollo personal, lo que en En-cauce buscamos es la adecuada integración, una exitosa gestión en las relaciones humanas y el crecimiento personal al interior de cualquier tipo de institucion”, detalla.

Por su parte, Tere lo explica de la siguiente manera: “Las personas van a ser en la medida en que sepan quiénes son. Más que decirte qué vas hacer o qué puedes hacer con tu vida, es ver quién eres y a partir de ahí ponerte un abanico de herramientas que te favorezcan y tú decidas si eliges incorporarlas a tu vida. Queremos que las personas se reconozcan y se vayan desarrollando para que esa evolución permee a su lado profesional”.

La iniciativa nació en 2015. A lo largo de estos tres años, Paola, Conchita y Tere han impartido cursos en diferentes estamentos gubernamentales, empresas, organizaciones e instituciones educativas.

Por ejemplo, En-cauce ha impartido talleres de crecimiento humano a las mujeres del voluntariado del DIF Estatal, las cuales aplican lo aprendido durante sus visitas a las comunidades vulnerables de Aguascalientes; esto permite impactar a un mayor número de personas. También han dado cursos en la Secretaria de Desarrollo Económico del estado, la Universidad Panamericana y en el Centro Escolar Triana.

En este tiempo, han conformado un portafolio de cursos, de entre los cuales destacan los referidos a psicología positiva, gestión de talento, sentido de servicio, coaching ejecutivo, trabajo matricial, resiliencia, herramientas elementales, entre otros.

“Pero también nos adaptamos a los requerimientos del cliente”, añade Tere. “En ese sentido, las empresas pueden detectar la necesidad de fomentar algún estilo de trabajo; desarrollar alguna competencia; atajar un problema de comunicación organizacional, de trabajo en equipo o de integración… y se ponen en contacto con nosotros y hacemos el traje a la medida”.

A partir de ese momento, las tres analizan la situación y generan propuestas específicas para responder a las exigencias de los clientes. Conchita recalca: “Nos importa el ser humano de manera integral. Al momento de preparar los programas, buscamos que los cursos impacten en todas sus competencias, no solo en un área determinada”.

Diversión profesional, la clave

 

En-cauce es un proyecto paralelo a sus vidas profesionales, al que le dedican el tiempo que les permiten sus otras actividades diarias, lo que representa una ventaja. ¿Por qué?  “Por la pasión compartida de hacer el bien. Aun cuando tenemos perfiles distintos y experiencias de vida diferentes, tenemos el fin común de aportar”, responde Paola.

“Sabemos que los cursos que planeamos, al momento de ejecutarlos tienen el potencial de transformar no solo a una persona, sino a una empresa, a una familia y a una sociedad”, añade.

“Considero que una de  las claves  es,  que  la pasamos muy bien”, expresa Tere. “Es una diversión profesional. Nos juntamos cuando podemos: los fines de semana, por las tardes, por las noches… Estamos trabajando, pero nos divertimos mucho. Es una especie de relajación de nuestras vidas diarias”.

Por su parte, Conchita Miranda cree que una de las claves de su éxito es la heterogeneidad del grupo. “Creo que otra de las ventajas es la diferencia en nuestras profesiones, nuestras experiencias, nuestras vidas. Eso facilita que podamos llegar a mucha más gente, porque al final las personas se pueden identificar con cualquiera de nosotras o aprender algo distinto de cada una”. 

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