El consumo del vino hecho en San Luis Potosí es una realidad en México. Restaurantes, tiendas y bodegas especializadas de las principales ciudades del país tienen al menos una marca potosina que deleita a los comensales.
Para Carlos Quintanilla, dueño y fundador de Cava Quintanilla, la aceptación del vino de origen potosino no sólo motiva a mejorar el producto sino en expandirse hacia otros estados para competir con grandes productores de la industria vitivinícola.
Si bien la pandemia limitó a esta industria debido al cierre de los establecimientos dependientes de la actividad turística y restaurantera, en la etapa de reapertura los productores de San Luis Potosí apuestan por elaborar un mejor vino, así como abrirse paso al mercado norteamericano.
Además, a diferencia de otros productos el vino tiene la ventaja de mejorar su calidad para su eventual consumo a pesar de estar confinado, por lo que su demanda en el mercado ha tenido un crecimiento ascendente, destacó el empresario.
En el estado el número de marcas consolidadas es limitado, el surgimiento de viñedos locales con sus marcas propias es una forma de incentivar la competencia local.
“Esta aventura en la industria te despierta la pasión y el glamour por el vino y luchar por mejorar tu producto”, abundó Quintanilla.
Para Manuel Muñiz Werge, dueño de Pozo de Luna, la industria vitivinícola de San Luis Potosí debe ser atractiva en México por producir etiquetas de calidad “a prueba de balas” en vez de preferir cantidad, pues un nicho más especializado puede contribuir a explorar mercados fuera de México.
Te invitamos a leer:
Como prueba, dijo que uno de los vinos elaborados en Pozo de Luna fue aceptado para venderse en las ciudades norteamericanas de San Francisco y San Diego, después de competir con una docena de etiquetas.
Cava Quintanilla no fue la excepción, pues siete etiquetas que produce en sus viñedos ya están disponibles en Los Ángeles, mientras que está en puerta la distribución de sus marcas en Nueva York.
No es casualidad que los productores de San Luis Potosí ahora incursionen en el mercado norteamericano, ya que de acuerdo al Atlas Agroalimentario 2021 del Servicio de Información Agroalimentaria y Pesquera (SIAP) Estados Unidos y Japón son los principales destinos de las exportaciones mexicanas asociadas al vino y derivados de la uva industrial.
En contraste, los países de vocación vinícola como España, Chile, Argentina, Italia y Francia provienen las mayores importaciones que realiza México.
El reto para crecer
Actualmente, la industria del vino potosino es pequeña frente a la de otros estados del país. De acuerdo a fuentes oficiales, la producción del vino mexicano asciende a cuatro millones de cajas anuales, de ese total la contribución de San Luis Potosí ronda cerca de 350 mil botellas, según los productores entrevistados.
“La perspectiva como productores es que estamos muy cortos en la producción de viñedos y en cuanto a la cantidad de cajas producidas somos superados por estados como Querétaro y Aguascalientes”, indicó Carlos Quintanilla.
A su vez, dijo que la entidad aún está muy por debajo del espacio requerido para cumplir con la demanda de otros países, ya que falta hectareaje y terrenos adecuados que faciliten la cosecha de uva.
Mientras que Carlos Quintanilla, confío en que las ventas que genera la industria anime a los agricultores a participar en la producción del vino potosino.
Ambos empresarios concuerdan que el gobierno estatal debe voltear a este sector para promover el consumo y la inversión en plantaciones de viñedos, mientras que los productores pueden aprovechar las condiciones geográficas que favorecen a los cultivos de uva.
Artículo completo aquí.