En 2017 los precios fijos de los combustibles quedarán en el olvido. La flexibilización de los mercados de las gasolinas y el diésel llegará de manera gradual primero en el norte y después al resto del país.
Este proceso permitirá transitar de una estructura monopólica en la que el precio de la gasolina y el diésel se ve impactado por decisiones, a un modelo en el que el costo se determinará conforme a la oferta y la demanda de combustibles, con esto se atraerá la inversión a este sector y por consiguiente mejores servicios para los consumidores.
Pero más allá de las mejoras en el servicio, esta nueva medida dejará en la incertidumbre a los consumidores de estos productos. Al dejar de ser controlados por los gobiernos, los precios estarán sujetos a los mercados internacionales y podrían variar hasta 2 veces por día.
Además se prevé un incremento en el precio de los carburantes de hasta “20 pesos el litro” para el próximo año, según vaticina el consejero de la Organización Nacional de Expendedores de Petróleo (Onexpo), Roberto Díaz de León.
“El precio final de la gasolina y el diésel reflejará el costo real de la cadena productiva, incluyendo el precio del petróleo, insumo principal para su producción, el costo logístico de transportar y almacenar la gasolina, así como el margen comercial de los expendedores”, explica la Comisión Reguladora de Energía en un comunicado.
¿Hora de pensar en el transporte público?