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Empresas y maternidad

Por: Janette Rodríguez, embajadora de Great Place To Work®️ México

Uno de los factores más importantes para cualquier colaboradora de una empresa es lograr el equilibrio entre la vida profesional y la familiar, de tal forma que sea factible cumplir con las obligaciones laborales sin sacrificar la vida personal.

En este sentido la brecha de género en nuestro país afecta a millones de mujeres en el sector laboral, en específico a aquellas que también son madres. Para muchas, aún en la actualidad, estar embarazada puede implicar el tener que abandonar sus carreras o puestos para enfocarse al cuidado de los hijos. La falta de flexibilidad, la apertura de oportunidades, los bajos salarios y las políticas corporativas vuelven casi imposible ser mamá y trabajadora a la vez.

En México, más de la mitad de la población está compuesta por mujeres; cerca del 40% desempeña alguna actividad remunerada económicamente.

En esta perspectiva, el papel de las empresas en el desarrollo profesional de las madres trabajadoras se vuelve cada vez más importante. Las empresas comprometidas apoyan a sus colaboradoras y colaboradores por igual, demuestran que uno de sus pilares radica en una cultura empresarial responsable, y construyen mejores espacios de trabajo llenos de buenas prácticas.

Como resultado, se reduce la rotación voluntaria y se fortalece el preciado sentido de pertenencia que genera el compromiso de las y los colaboradores. Esto se traduce en mayor competitividad dentro del mercado laboral y contribuye a la atracción de mejores talentos. Además, permite el crecimiento de los talentos femeninos y asegura que las madres trabajadoras permanezcan dentro de la empresa.

Aún a pesar de que todas las empresas en el país deben asegurar las prestaciones que exige la ley para las madres trabajadoras, el reto es grande: es necesario que las empresas en México cambien sus políticas para ofrecer mejores condiciones laborales.

Afortunadamente, existen ejemplos exitosos de empresas que han transformado sus culturas para privilegiar el desarrollo del talento femenino. Con ello, han encontrado la manera de impactar positivamente los estereotipos de liderazgo, señalar los sesgos inconscientes y reconocer que las mujeres tienen el derecho de participar en igualdad de condiciones.

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