Emprender es una aventura llena de emociones, desafíos y aprendizajes. Si algo he aprendido en mi camino acompañando a mujeres emprendedoras en Perú, Colombia y Guatemala es que no hay una única fórmula para el éxito. Pero sí hay elementos esenciales que pueden hacer la diferencia. Cada país tiene su propio ritmo, sus creencias sobre el emprendimiento y sus estructuras económicas, pero la pasión y la determinación son universales.
Retos del emprendimiento en mercados competitivos
Diferencias culturales y económicas
Algo que siempre me ha sorprendido es cómo la percepción del emprendimiento varía de un país a otro. En algunas regiones, el trabajo asalariado es visto como la única opción segura, y romper con esa mentalidad no es fácil. Recuerdo cuando una emprendedora en Guatemala me dijo: “Aquí, la gente cree que si no tienes un jefe, no tienes estabilidad”. Cambiar esa perspectiva lleva tiempo, pero cuando las mujeres se dan cuenta de que pueden generar sus propios ingresos y tener control sobre su vida, algo poderoso sucede.
Acceso a recursos y financiamiento
Muchas veces, las mujeres tienen ideas brillantes, pero no cuentan con los recursos para hacerlas realidad. Me ha tocado ver cómo emprendedoras se las ingenian para autofinanciarse, desde vender joyería para comprar su primer lote de producto hasta formar grupos de ahorro comunitarios. Sin embargo, no deberíamos depender sólo de la creatividad; necesitamos más educación financiera y acceso a créditos diseñados para quienes comienzan desde cero.
Brechas de género y liderazgo
Aún existen espacios en los que las mujeres tienen que demostrar el doble para ser tomadas en serio. En una ocasión, en una reunión con emprendedoras en Colombia, una mujer me confesó que su socio era quien tomaba la palabra en las negociaciones, porque cuando ella hablaba, la interrumpían o minimizaban sus ideas.
Por eso, es fundamental formar redes de apoyo donde podamos potenciarnos mutuamente y abrirnos camino en sectores tradicionalmente dominados por hombres.
Adaptación a los cambios del mercado
Vivimos en un mundo en el que las reglas del juego cambian constantemente. Antes, podíamos vender cara a cara y confiar en el boca a boca, pero ahora el marketing digital es clave. He visto negocios estancarse porque sus dueñas se resistían a la tecnología y también he visto a mujeres reinventarse completamente al aprender a vender por redes sociales. No se trata de ser expertas en todo, sino de estar dispuestas a aprender.
Falta de formación y acompañamiento
Uno de los errores más comunes que veo en emprendedoras es lanzarse sin preparación. Recuerdo a una mujer en Perú que abrió su tienda de cosméticos sin saber calcular sus costos, y en menos de un año estaba en números rojos. Por eso, siempre insisto en que hay que capacitarse, aprender de quienes ya han recorrido el camino y rodearse de personas que nos impulsen.
Te puede interesar…
La importancia de la capacitación en el emprendimiento
He visto negocios fracasar no por falta de talento, sino por falta de conocimiento. La capacitación no es un lujo, es una necesidad. No basta con tener pasión, hay que saber cómo convertir esa pasión en un negocio sostenible. Por ello las grandes industrias multinivel apuestan por la formación de sus emprendedoras y el desarrollo de habilidades poniéndolo en algunos casos a la par que la capacitación en el conocimiento de su producto.
Algunos aspectos en los que la formación es clave
Gestión empresarial. Administrar un negocio va más allá de vender. Hay que saber manejar presupuestos, entender márgenes de ganancia y planificar a largo plazo. Recuerdo a una mujer en Guatemala que pasó de vender en su casa a abrir su primera tienda y crear redes de vendedoras y generando empleos y bienestar en más familias cuando aprendió a organizar sus finanzas.
Ventas y negociación. No se trata solo de ofrecer productos, sino de conectar con los clientes. Más de una vez, en los talleres de ventas, las emprendedoras me han dicho que les da miedo negociar precios. Al final del curso, una vez que logran cerrar su primera venta grande, entienden la importancia de aprender a transmitir el valor de su trabajo.
Liderazgo y desarrollo personal. Si hay algo que siempre repito es que un negocio crece en la medida en que su dueña crece y ella crece en la misma proporción que la grandeza de su propósito. Si no confiamos en nosotras mismas, difícilmente lograremos que otros crean en nuestro proyecto. Trabajar en nuestra mentalidad y habilidades de liderazgo es tan importante como aprender sobre finanzas.
Marketing digital y tecnología. Hoy, si no estás en línea, no existes. Aprender a usar redes sociales, automatizar procesos y aprovechar herramientas digitales puede marcar la diferencia entre un negocio que sobrevive y uno que prospera.
Lo mejor de todo es que la formación nunca ha sido tan accesible como ahora. Existen cursos gratuitos, mentorías y recursos en línea que pueden ayudarnos a mejorar en cualquier área. La clave está en atreverse a dar el primer paso.
Oportunidades para los emprendedores en el entorno actual
Acceso a mercados globales. La tecnología ha eliminado fronteras. Antes, vender fuera de tu ciudad era complicado. Ahora, puedes llegar a clientes en otros países con solo un clic.
Crecimiento del emprendimiento femenino. Cada vez más mujeres están demostrando que pueden liderar negocios exitosos. Las redes de apoyo y mentoría son fundamentales para seguir avanzando.
Modelos de negocio innovadores. Hoy, el emprendimiento no se limita a abrir una tienda física. Negocios digitales, servicios en línea y modelos colaborativos están revolucionando el mercado.
Educación y capacitación accesible. Ya no hay excusas para no formarse. Desde YouTube hasta plataformas de cursos, la información está al alcance de quien quiera aprender.
Fortalecimiento de redes y alianzas estratégicas. Conectar con otras emprendedoras, colaborar y formar alianzas puede ser la clave para escalar un negocio.
Emprender no es fácil, pero vale la pena. He visto a mujeres transformar sus vidas y las de sus familias gracias a su negocio. He aprendido que la clave no está en evitar los problemas, sino en aprender a enfrentarlos con inteligencia y determinación.
Si estás comenzando o si sientes que tu emprendimiento no avanza, recuerda esto: capacítate, rodéate de personas que te impulsen y no tengas miedo de adaptarte. Nadie nace sabiendo, pero todas podemos aprender.
Mi reto para ti es claro: ¿Estás lista para invertir en ti misma? Dedica esta semana a aprender algo nuevo que impulse tu negocio. Puede ser un curso, una mentoría o simplemente leer sobre un tema clave. Lo importante es dar el primer paso. ¡Acepta el desafío y empieza a construir el futuro que deseas!