Emprender un proyecto puede ser frustrante. Nos encontramos con muchos obstáculos y a veces parece que no avanzamos. Leemos historias de éxito por todos lados y nos preguntamos qué nos hace falta.
Sin embargo, muchas veces no tenemos en cuenta con qué vara nos medimos. El emprendedurismo en América Latina es distinto al de otras regiones. Y no siempre somos nosotros los que tenemos la culpa, también deben existir las políticas públicas adecuadas que permitan crecer a los emprendedores.
En Latinoamérica, un porcentaje pequeño de la población es de clase privilegiada y, por consecuencia, es el sector que tiene más emprendedores.
Esto no debe desanimarnos. De acuerdo con Beatriz Navarro, consultora del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), crear una sociedad emprendedora no es tarea sencilla. Menos en una región tan afectada por la desigualdad social, como lo es América Latina.
Sin embargo, propone algunas cosas que tanto responsables de crear las políticas públicas sobre emprendimiento, como emprendedores, deben tener en cuenta.
No todos los emprendedores son Steve Jobs
Retomar el modelo de jóvenes ambiciosos, bien educados e independientes es debatible. En Latinoamérica hay muchos “emprendedores por necesidad” que tienen que empezar su negocio porque no hay un trabajo formal para ellos. Operan en el mercado informal, su ingreso es equivalente a un salario modesto y con mayores riesgos.
Las políticas públicas deben vincular a las clases de menores recursos –no sólo a las élites– con el emprendimiento.
La política emprendedora no es de una sola forma
Es importante desarrollar directrices claras y criterios de operación para diseñar y evaluar el tipo de espíritu empresarial que se desea. Incluir a la iniciativa privada para crear empresas, productividad, innovación y generación de empleo es un criterio razonable en dichas políticas.
Los emprendedores necesitan contactos
Facilitar la comunicación y la creación de redes, en especial los contactos globales, pueden ser útiles para superar las desventajas de los emprendedores de clase media. El mismo BID ha hecho estudios sobre la importancia que las redes de contactos, familias y amigos tienen en la superación de obstáculos en el emprendimiento.
Los negocios en América Latina son costosos
Trámites y burocracia son obstáculos para los emprendedores. Reducir tiempo y costos de incorporación de nuevos proyectos favorece a las nuevas empresas. Los responsables de las políticas públicas deben tener en cuenta que cuando los costos de cerrar una empresa son altos, también la entrada de nuevas empresas es afectada. El crear o cerrar una empresa desalienta a los emprendedores.
La clave es la educación
Nivelar las oportunidades para desarrollar cualidades y capacidades emprendedoras mediante el sistema educativo puede ayudar a compensar las ventajas relacionadas con el origen social.
El acceso a la educación está muy relacionado con el nivel socioeconómico de los estudiantes. La calidad del sistema educativo perpetua, en lugar de corregir, la desigualdad de ingresos y la no democratización del emprendimiento.