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Emilio González Villanueva

Después de trabajar un tiempo como mercadólogo, Emilio dejó su empleo para dedicarse a lo que realmente le apasionaba: pintar. Decidió mudarse a San Francisco durante tres años para estudiar la Maestría de Ilustración para Cine, en la Universidad Academia de Arte. Poco tiempo después de dejar su antigua profesión, recibió buenas noticias: había sido seleccionado en el concurso nacional de Arte Joven. Para él, fue la señal de que iba en el camino correcto. Tres años después, en 2017, ganó ese mismo certamen. En esta entrevista, nos habla un poco sobre sus aprendizajes y proceso creativo.

Líder Empresarial (LE): ¿Cómo te acercaste a la pintura?

Emilio González Villanueva (EGV): Empecé a pintar con una maestra a los 10 años, eran clases sabatinas. Con ella fui creciendo, me acerqué mucho a su técnica, que es hiperrealista. Originalmente quería estudiar cine, pero por razones familiares entré a mercadotecnia.

LE: ¿Cómo ves ahora esos años que estuviste tomando clases?

EGV: Fue ahí donde tuve todas las bases. Aunque no fue una formación en una institución, realmente me acerqué al arte y encontré mi técnica. Luego, tomé la maestría y empecé a ver qué lugar ocupaba yo en la comunidad local, incluso en San Francisco. Tuve más noción de mi potencial y mis habilidades.

LE: ¿Cuál es la técnica que usas?

EGV: En tradicional y digital diría que soy hiperrealista, presto mucha atención a los detalles, a la iluminación. Cuando hago pintura tradicional uso óleo sobre madera; en digital uso Photoshop.

LE: ¿Disfrutas más alguna de las dos?

EGV: Cuando hago obra para mí, la hago en óleo, lo siento más personal; la ilustración la hago digital. La gran diferencia entre una y otra es que la ilustración siempre tiene que comunicar algo claramente, no importa quién la vea, todos tenemos que quedarnos con el mismo mensaje. La pintura es más libre, tú haces algo y cada quien lo interpreta.

LE: ¿Qué significa el arte en tu vida?

EGV: Creo que tiene una parte resolutiva porque puedo poner en una obra algún proceso o cuestionamiento que esté viviendo, el cual no entiendo en ese momento; pero puedo resolverlo a través de la pintura. Lo encuentro terapéutico: puedo resolver cosas mías mediante el arte.

LE: ¿A qué personajes admiras?

EGV: De chico conecté mucho con todo el movimiento surrealista. Veía las obras de Dalí, Frida Kahlo, entre otros, y se me quedó muy metido. Yo no me considero surrealista, pero sí me marcaron.

Hay un filósofo que tiene un canal en Youtube que se llama School of life, me gusta mucho y hoy lo traigo muy presente. Se llama Alain de Button. Pinto y escucho sus conferencias. Aunque son cosas muy diferentes, encuentro ideas e inspiración al ver los procesos que explica.

LE: ¿Cómo definirías la labor de un pintor?

EGV: Para mí, la principal responsabilidad de un pintor y un artista es consigo mismo; ser lo más honesto con él para poder volver universal su trabajo. Si traes ideas medio de propaganda o artificiales, se puede corromper un poco tu visión. Creo que lo primero es interiorizar cualquier cosa, ver qué significa para ti y encontrar dentro de eso la universalidad.

LE: ¿Cómo alimentas tu creatividad? ¿Tienes algún ritual para comenzar a trabajar?

EGV: La creatividad creo que sale en cualquier momento, sobre todo en aquellos momentos de silencio que a veces nos resistimos a tener: caminando, bañándote, cuando no tienes interferencia del teléfono o la tele.

En cuanto a rituales, cuando estoy trabajando me gusta escuchar música de Disney. Generalmente traigo temáticas un poco oscuras, me sirve mucho tenerla de fondo.

LE: ¿Cuál ha sido el mayor aprendizaje en tu carrera?

EGV: Encontrar mi voz, aunque sea muy trillado. Un profesor me dijo una vez que la primera idea que tienes sobre un tema es siempre la peor y la más obvia; hay que profundizar. Eso me ayuda mucho porque cuando hago un proyecto trato de darle un giro a lo primero que se me ocurre.

LE: Si pudieras cambiar algo de la escena artística en tu país, ¿qué sería?

EGV: Apoyar la profesionalización del talento. Hay mucha gente muy capaz en Aguascalientes y en México, muchos lo logran por voluntad propia. Si tuviéramos instituciones que ayudaran a cosechar todo ese talento, creo que sería bueno.

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