Elon Musk y Donald Trump, dos de las figuras más influyentes del siglo XXI, protagonizan un enfrentamiento a través de redes sociales. A pesar de que en los últimos meses compartieron intereses, cámaras y hasta estrategias, hoy su ruptura sacude la política, los mercados y redefine los límites entre riqueza, poder y ambición.
Asimismo, todo empezó como una sociedad entre genios excéntricos. Musk, con sus cohetes, autos eléctricos y algoritmos; Trump, con su capital político, rascacielos y reality shows. Pero esta semana, la relación estalló en plena escena global: mientras el presidente estadounidense arremetía en vivo desde la Casa Blanca, el CEO de Tesla lo desmentía en tiempo real en X, su propia red social. El divorcio fue público, visceral y millonario.
¿Cuál es el conflicto entre Elon Musk y Donald Trump?
Por su parte, la escena fue digna de la televisión que Trump tanto domina. Y es que en el Despacho Oval, ante medios internacionales y con el canciller alemán como testigo, el republicano declaró estar “muy decepcionado” con Elon Musk. “Conocía el proyecto de ley mejor que nadie y ahora resulta que lo critica”, dijo, refiriéndose al megapresupuesto que propone reducir impuestos a costa del déficit nacional.
En tanto, no tardó el empresario sudafricano en contestar. En su red social X, antes Twitter, calificó la propuesta de “abominación repugnante” y negó haber tenido acceso anticipado al documento. “Falso”, escribió tajante. Luego aseguró que sin él, Trump habría perdido la elección presidencial. Además, recordó que donó casi 300 millones de dólares a su campaña y calificó de “ingratitud” el trato recibido.
También, la tensión escaló a nivel empresarial. Trump amenazó con rescindir subsidios y contratos federales otorgados a Musk, mientras este último respondió con una advertencia de desmantelar la nave Dragon, usada por la NASA para llevar astronautas al espacio. Además, Musk avivó la controversia al insinuar que Trump aparece en los archivos de Jeffrey Epstein y publicó un video del expresidente en una fiesta de 1992. “La verdad saldrá a la luz”, escribió.
En consecuencia, la reacción de los mercados no se hizo esperar. Las acciones de Tesla cayeron 14.3% en un solo día, borrando 152 mil millones de dólares en valor de mercado. Es la pérdida más alta en la historia de la compañía y una señal clara de que Wall Street también da por terminada la alianza entre ambos titanes.
Las fortunas de Elon Musk y Donald Trump
Mientras el enfrentamiento político crece, sus patrimonios también cuentan su propia historia. Elon Musk, con una riqueza estimada en 342 mil millones de dólares, encabeza la lista Forbes 2025 como el hombre más rico del mundo y ostenta el récord de la fortuna personal más alta jamás registrada. Es CEO de Tesla y SpaceX, además de propietario de X y fundador de la empresa de inteligencia artificial xAI.
Sus participaciones son tan significativas como estratégicas:
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12% de Tesla (aunque comprometidas en parte como garantía de préstamos personales por hasta 3,500 millones de dólares).
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42% de SpaceX, valuada en 350 mil millones.
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54% de xAI, cuya valuación ronda los 50 mil millones.
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Dueño absoluto de X, aunque la red ha perdido casi 70% de su valor desde su compra en 2022 por 44 mil millones.
Por otro lado, Donald Trump, con 4 mil 800 millones de dólares en 2025, ha vivido una montaña rusa financiera. Aunque su fortuna creció desde los 2 mil 300 millones del año anterior, sigue lejos de los niveles que ostentaba a mediados de la década pasada. Su imperio sigue sostenido por el sector inmobiliario, el turismo de lujo y su imagen pública.
Su portafolio incluye:
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Propiedades icónicas como Trump Tower, 40 Wall Street y Mar-a-Lago.
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Campos de golf en EE.UU., Escocia e Irlanda.
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Participaciones en desarrollos estratégicos como el 555 California Street en San Francisco.
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Un Boeing 757, helicópteros privados y millones en bienes líquidos.
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Y su nueva joya mediática: Trump Media & Technology Group, operadora de Truth Social, con un rendimiento bursátil atado a su destino político.
Sin embargo, su historial legal complica su panorama. En 2024 fue condenado a pagar 454 millones de dólares por inflar el valor de sus activos, lo que limitó su capacidad de inversión. Además, enfrenta múltiples demandas que podrían erosionar aún más su patrimonio si no logra retomar la presidencia.