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Elecciones en Aguascalientes: las cuestiones clave

Por regla general, una buena parte de los ciudadanos suele votar con base en factores subjetivos o en estados de ánimo. En cambio, una proporción más reducida es la que define su preferencia con la cabeza; es decir, analiza quiénes son los candidatos, qué es lo que proponen y qué tanta capacidad, preparación, experiencia o carácter tienen para llevar a cabo sus ofrecimientos.

En las últimas dos décadas, en paralelo a la expansión de las llamadas redes sociales, las campañas se han frivolizado profundamente. Esto ha creado un incentivo pernicioso para que los candidatos elaboren su narrativa a partir de likes: mientras más obtengan, más sandeces dirán, mientras más tontos parezcan, mejor. Un círculo vicioso. Véase el ejemplo del nuevo gobernador de Nuevo León.

No obstante, la situación del país es tan delicada que, para el caso de Aguascalientes, la ciudadanía debe hacer un esfuerzo para que su voto el próximo 6 de junio se exprese con la cabeza más que con el hígado o el estómago.

Hay que construir un ambiente de presión positiva para llevar a las candidatas a un nivel más serio y elevado de discusión, así como centrar la narrativa de campaña, no en la superficialidad de la fotogenia ni en la vibra de la “buena onda”, sino en los temas clave para el futuro del estado. En este sentido, hay al menos cuatro asuntos de máxima prioridad.

El primero tiene que ver con el crecimiento, la competitividad y la productividad. Es sabido que la mejor política social es el crecimiento económico, pues de este depende todo lo demás: empleo, consumo, inversión, ahorro y acceso al  verdadero bienestar.

Hasta ahora, a Aguascalientes le ha ido muy bien y eso se observa en su posición en los distintos rankings nacionales. Aún así, como la economía cambia aceleradamente por razones de mercado, de innovación y de transiciones en diversos sectores, es indispensable saber qué es lo que las candidatas piensan concretamente al respecto y qué creen que se debe hacer. Aquí hay temas mucho más sofisticados y complejos.

Por ejemplo, Nissan anunció que, a partir del 20 de enero, serían despedidos 562 empleados de una de sus plantas en Cuernavaca, porque la fabricación de algunos de sus modelos los trasladará a su planta de Aguascalientes o bien por falta de ciertos insumos procedentes de China.

Esto mismo ha pasado anteriormente. El 15 de diciembre de 2021, la armadora produjo su última unidad en Barcelona. Dos semanas después, cerró sus instalaciones —dando fin a 40 años de operación en esa ciudad—.

¿Moraleja? Las grandes inversiones no son eternas; cambian y se mueven a enorme velocidad, porque así funciona la economía. Eso es perfectamente normal. La gran lección es que, para un estado como Aguascalientes, cuyo sector automotriz representa una tercera parte de su economía y tiene alrededor de ese clúster unas 200 empresas, hay que pensar con seriedad, información y visión cómo diversificar su fuerza productiva. ¿Entienden las candidatas fenómenos como este y podrán abordarlos en términos de política pública? Lo veremos.

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El segundo tema de la agenda es la seguridad. Es conocido, y en Líder Empresarial lo anticipamos en la edición de octubre, este aspecto se ha descompuesto en todo el país (y más recientemente en los estados vecinos). Enfrentar un problema tan delicado requiere entendimiento, carácter y madurez de los futuros gobernantes. Primero para ver si dimensionan su estructura y su dinámica; segundo, si son capaces de reunir inteligencia, coordinación y recursos para articular una política de seguridad eficaz. ¿Qué candidata tiene esas cualidades?

El tercer asunto estratégico es la educación. En educación básica y media Aguascalientes está en buenos lugares de cobertura. Lo mismo en superior. Pero lo que el estado necesita ahora es pensar fuera de la caja y promover un enfoque más creativo y moderno en la educación superior que ofrecen sus 62 universidades y tecnológicos: rediseñar sus planes y programas de estudio, estrechar los vínculos con los empleadores, asegurar que este nivel educativo realmente sirva a los jóvenes para insertarse en la economía y el mundo laboral, competir exitosamente y hacerse un futuro mejor.

El electorado necesita saber si las candidatas comprenden bien esta disrupción en el modelo educativo y qué políticas se requiere impulsar para alcanzar esos objetivos —con respeto a la autonomía y cultura de cada institución—.

Por último, existe una exigencia creciente, clara y categórica de honestidad en el comportamiento de los responsables de la administración pública. La honestidad y la transparencia no son sólo valores morales y obligaciones legales, sino también exigencias para que funcione la economía, el estado de derecho, la calidad institucional, la cohesión social.

Los ciudadanos merecen saber cuáles son las evidencias comprobables y verificables que cada candidata puede exhibir en su trayectoria política; cómo piensan hacer más eficiente y transparente el marco regulatorio y el funcionamiento de la gestión pública; en particular, en aspectos como: calidad y transparencia del gasto; expedición de licencias, permisos y autorizaciones de todo tipo; procesos de licitación y adquisiciones de bienes y servicios que realiza el sector público, entre otras cosas.

Además se requiere conocer con qué acciones concretas pueden demostrar su verdadero compromiso con este valor social.

Esta es la agenda que realmente importa a los ciudadanos y familias de Aguascalientes. Quienes aspiren a gobernar el estado están obligados a probar  si pueden con el paquete. Esto, y no otra cosa, es lo que el votante debe evaluar en los próximos meses.

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