Por Marisa García
Quizá nos parezca nuevo el término de ‘enoturismo’, ya que en México es un movimiento relativamente reciente; pero en realidad existe desde hace tiempo en otras partes del mundo. Los principales destinos internacionales en este rubro son: España, Portugal, Francia, Italia, EUA, Chile, Argentina, Nueva Zelanda y Sudáfrica.
El turismo y el vino forman una excelente pareja. Gracias a esta relación, los viajeros pueden apreciar la bebida producida con la vid desde un punto de vista diferente, un punto de vista en el cual a partir de una determinada vivencia se adquiere conocimiento. Pero, ¿por qué nos atrapa más una experiencia turística? Partiendo de la premisa de que lo mejor de la vida no son cosas, sino emociones, el enoturismo provoca que la persona se implique emocionalmente con el mundo vinícola: paisajes sugestivos de viñedos, aromas de vino cuando se entra en una sala de barricas, el placer de sentir el primer sorbo de vino… todos son momentos que enamoran a nuestros sentidos y que motivan nuestra emoción.
Actualmente, Aguascalientes trabaja en la creación de experiencias enoturísticas. Siguiendo los ejemplos de Baja California, Querétaro y Guanajuato, la entidad hidrocálida se perfila cada vez más como un destino atractivo no sólo por la Feria Nacional de San Marcos, sino también por el sector vinícola.
Sin embargo, lograr este objetivo no es nada simple. Para llegar a generar este tipo de turismo, se requiere de varios elementos como servicios, equipamientos, infraestructura, actividades recreativas, entre otros.
Para esto, tanto el sector público como el privado están sumando esfuerzos para la creación de experiencias turísticas en las cuales el vino sea el principal actor y los asistentes tengan una participación más activa (como es el caso de las vendimias, que además de ser una fiesta de música, vino y comida, cuenta con actividades que hacen a las personas sentirse parte del evento, tales como la pisa de la uva, cosecha de racimos o envolverse en procesos de producción).
Además, Aguascalientes dispone de otros recursos para llevar a cabo un enoturismo con diferentes temáticas, por ejemplo: enoturismo taurino, enoturismo y muerte, enoturismo y bienestar, así como enoturismo y gastronomía.
Para lograr crear estos ambientes, debemos implementar estrategias y desarrollar capacidades para la comercialización nacional e internacional de los productos relacionados con este tipo de turismo, así como la generación de campañas de promoción comercial de los vinos del Altiplano Mexicano. El fin es que produzcamos un movimiento fuerte en nuestro estado para posicionarlo como un actor importante en el mapa vitivinícola nacional.
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