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El valor de la persistencia

Por Carlos de Luna

 

Cuánto hace falta caerse para levantarse. Esta frase me llena de una especial abundancia emocional positiva. Me la decía un profesor en una de las materias que más disfruté de la carrera. Con los años encima, el maestro Carlos Sánchez Cordero constantemente nos narraba historias de personajes persistentes, de quienes desglosaba las características que los hacían distintos a los demás. Desafortunadamente, no tengo el cuaderno en el cual anotaba tan sabios consejos; pero recuerdo con mucha claridad algunos de ellos, aún no los olvido.

Hambre

No hay una posición económica o clase social que no pueda distinguir lo que es el hambre de ser alguien en la vida, de diferenciarse y sobresalir de entre los demás. El hambre acoge todos los ingredientes necesarios para catapultar los sueños, los ideales y, en consecuencia, la abundancia.

Sencillez

Existe una ley inmutable en la mercadotecnia que dice: “Del trabajo, el éxito; del éxito, la arrogancia; y de la arrogancia, el fracaso.” Uno de los pecados más agresivos para el hombre es la soberbia, un desdén o sentimiento de superioridad que genera desprecio.

Lamentablemente, la soberbia, arrogancia y altanería nos acompañan cada día, caminan a nuestro lado todo el tiempo, ahí están, sólo hace falta llamarlas para que se presenten. Resulta difícil para muchos ignorarlas, son altamente seductoras. La modestia es su enemiga. ¿Cuántos negocios no prosperan por llevarlas a cuestas?

Ayuda a los demás

Decía el maestro Sánchez Cordero: “Cuando tú le resuelves a alguien un problema o una situación compleja, no esperes el agradecimiento; cerciórate de anotar qué hiciste bien para reproducirlo más veces con éxito”. Él se refería a que algo bueno hiciste y que en ello debes enfocarte, porque eso te da valor.

Nos mencionaba también el caso de un hombre que en alguna ocasión recogió a un herido de gravedad de un accidente y lo llevó al hospital. El lesionado sanó y cuando tuvo la oportunidad, buscó a quien le salvó la vida. El hombre que en su auto trasladó a la persona en estado grave, hoy en día tiene una empresa de ambulancias de notable renombre. De ahí, la relevancia de estar al pendiente de los mensajes que nuestra conciencia nos envía para enfocarnos en algo que nos agrade y que sirva para definir nuestra vocación.

La ayuda nunca estorba. Incluso, la Fundación Carlos Slim la promueve como uno de sus objetivos: “Establecer la buena fe como norma de los negocios y las profesiones”.

Innovación

Ser alguien que presenta una idea o práctica distinta en el mundo de los negocios es algo maravilloso. Luis Bassat, uno de los publicistas más brillantes del siglo XX, de origen sefardí y que fue discípulo de David Ogilvy (padre de la publicidad), desarrolló una campaña para preparar a Barcelona para los Juegos Olímpicos de 1992. Ésta decía: “La feina mal feta no té futur. La feina ben feta no té fronteres”, que significa: “El trabajo mal hecho no tiene futuro. El trabajo bien hecho no tiene fronteras”.

Podría asegurarse que todo esto lo entendió muy bien Armando Esparza, propietario y director general de ARESMA, a quien se le dedica la portada de esta edición. Armando decidió cambiar la funcionalidad de las cosas, introduciéndoles nuevas características. Poco le importó caerse varias ocasiones en su afán de ser alguien; definitivamente nos recuerda (y nos alienta a seguirlo) que lo que hace realidad los sueños es la persistencia.

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