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El tiempo electrizante de la radio en México vuelve digitalizado durante la contingencia

En 2011, los Estados Miembros de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO, por sus siglas en inglés) y la Asamblea General de las Naciones Unidas (ONU) establecieron el 13 de febrero como el Día Mundial de la Radio, puesto que “se trata de un medio idóneo que permite unir a las comunidades y fomentar el diálogo positivo entre las personas”.

En ese sentido, su presencia y propósito recobra relevancia en estos días de confinamiento que han modificado nuestros hábitos dentro de las casas, espacio donde ahora todo sucede, donde las ondas electromagnéticas, a través de objetos diversos -prototipos del primer aparato “el radio”-, nos acompañan en esta cotidianidad.

Constantino de Tárnava

James Clerk Maxwell, Heinrich Hertz, Nikola Tesla, Guillermo Marconi, Julio Cervera son los nombres de los precursores de la radio en el mundo. En México, en el año de 1921, período de la posrevolución, llegó la radiodifusión cuando los hermanos Pedro y Adolfo Gómez Fernández instalaron su equipo de transmisión en la planta baja del Teatro Ideal de Ciudad de México. Y en Monterrey, Constantino de Tárnava lanzó su emisora TND (Tárnava Notre Dame) en ese mismo año.

Poco a poco fueron surgiendo otras estaciones que, en general, transmitían cápsulas musicales, culturales, eventos políticos, anuncios comerciales de cigarrillos El Buen Tono, Cervecería Moctezuma, Aspirina Bayer, Refacciones Ford, y, por supuesto, las radionovelas. Con ello, el paisaje urbano de las ciudades se ponía “a la moda”, el auge de la modernidad tecnológica saturaba de antenas las azoteas.

Anuncio de los cigarros El Buen Tono (cigarrera patrocinadora)

La era digital, aliada del ocio frente a una pandemia

Tras casi cien años de ese objeto civilizatorio en México, y en medio de una contingencia sanitaria y una cuarta revolución industrial, el aparato se ha minimizado, la velocidad de sus ondas se digitalizan, los sonidos llegan en el instante en que nuestros dedos cliquean.

Indagamos en “sitios” que nos devuelven en segundos el entretenimiento en casa, tal como nuestros abuelos movían de derecha a izquierda el botón para sintonizar el partido de béisbol, una corrida de toros, el concurso de canto, la pelea de boxeo, la radionovela que conmovía… Todo sucedía en el interior de la casa.

Ahora, buscamos las plataformas de música, de películas, series, audiolibros, o las aplicaciones que nos permiten compartir -virtualmente- a los “otros” un momento de lectura, tal es el caso de la iniciativa Contigo en la distancia. Cultura desde casa, de la Secretaría de Cultura, cuyo sitio despliega varias opciones como lo son “Cultura digital”, “Recorrido virtual”, “Videos”, “Libros”, “Audios”, “Infantil”, “Aplicaciones” y “Convocatorias”.

Este espacio virtual ofrece a niños, jóvenes y adultos una gran diversidad de contenidos literarios, históricos, de divulgación, música, arte, cine, teatro, conciertos, danza, de museos, incluso material didáctico, relatos en lenguas indígenas, recetarios, de fotografía, que se han desarrollado en México, los cuales están clasificados en “audiolibros”, “podcast”, “radionovelas”, “documentos sonoros”, “cápsulas informativas”, “documentales”, “libro electrónico”, “revistas”.

Plataforma

Este catálogo, a su vez, difunde la labor de instituciones del país como lo son el Centro Nacional para la Preservación del Patrimonio Cultural Ferrocarrilero, Coordinación Nacional de Desarrollo Cultural Infantil, Centro de Capacitación Cinematográfica, Radio Educación, Fonoteca Nacional, Instituto Nacional de Lenguas Indígenas, Instituto Nacional de Antropología e Historia, Instituto Nacional del Derecho de Autor, entre otras, mismas que han abierto sus archivos en esta plataforma.

Sin duda, la velocidad del tiempo está suspendida, las antenas en las azoteas se han intercambiado por cables que llegan a la intimidad de las casas en las que ahora habitamos las 24 horas. Por lo tanto, demos un clic a este mundo diverso de la cultura y las artes mexicanas, cuyo agradable efecto nos puede hacer recordar las interferencias por las que debía transitar el oídor para sintonizar su programa favorito.

Fuente de imágenes: Fonoteca Nacional, Secretaría de Cultura, Congreso de Nuevo León y WikiMéxico.

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