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El Tao del liderazgo en las organizaciones

Por: José Ángel García López, responsable de Capital Humano de Aceves Spirits

Warren Bennis decía que “liderar personas es como adiestrar gatos”. Tenía mucha razón, puesto que el liderazgo no es una constante ni requiere una metodología férrea; más bien se trata de la suma de muchas variables, que indefectiblemente están relacionadas directamente con dos factores esenciales.

El primero tiene que ver con la inteligencia emocional, puesto que, si queremos sumar talentos a nuestras organizaciones, debemos conocer en profundidad, los mecanismos del comportamiento humano. Esa es la puerta a las maravillas de las relaciones interpersonales y la herramienta esencial del crecimiento de las personas en las empresas, junto con la mejora de productividad de los equipos de alto rendimiento.

Por otro lado, hablamos a su vez, de la actitud del propio líder. Si el carácter y la personalidad de nuestros líderes están consolidados y posee valores éticos y morales, el resultado de esa química motivacional inflama las venas y las arterias de todos los estamentos de las estructuras organizacionales. 

Es, por tanto, una fórmula química de éxito, que aúna tanto la capacidad del líder para su propia automotivación (que revierte en sus equipos) como su habilidad para “leer” las emociones de sus colaboradores, a modo de un “Nostradamus del management”

El taoísmo de las organizaciones

Construir equipos y liderarlos tiene mucho que ver con la filosofía taoísta, que coincide con lo que Covey definió como el “octavo factor” de la gente altamente efectiva: la confianza.

Creemos que un líder siempre impondrá su criterio ante las circunstancias, pero, posiblemente, el verdadero liderazgo pasa por aceptar las circunstancias y modelar la respuesta de las organizaciones a las necesidades de cada evento. Requiere provocar el momentum más acorde a las áreas de oportunidad. El líder es un mago que adapta sus trucos y sus habilidades, hasta convertirse en alguien capaz de solucionar situaciones coyunturales. 

Cuando me refiero al Tao del liderazgo en mis cursos y conferencias, intento explicar que los chinos usan diferentes explicaciones y otorgan diferentes significados a una misma palabra. Tao significa, “sendero, camino, vía”, pero también “conocimiento o enseñanza”. ¿Acaso puede existir una descripción más acertada y compleja para el liderazgo?

El Tao del líder es, por tanto, ese camino o decisiones que uno toma, a lo largo del sendero de su profesión y su vida. Es una amalgama de sensaciones, emociones y pasión por el trabajo bien hecho, bien comunicado y perfectamente aplicado a las personas y a las situaciones cotidianas (que cada uno vivimos en nuestro desempeño).

Liderazgo desde el Tao

Liderar personas, entonces, va más allá de la concepción que intentó definir Bennis. En nuestras organizaciones, si nuestros procesos de selección han sido acertados, más que con gatos, nos encontraremos con auténticos tigres. Debemos alinearlos y domarlos con sumo cuidado y responsabilidad. 

En primer lugar, deberemos dominar a nuestro tigre interior, aprendiendo a comprender nuestros condicionamientos psicológicos y de conducta. Posteriormente, desde ese punto de madurez del liderazgo interno, podremos transmitir nuestro conocimiento y experiencias a todos los estamentos de nuestras organizaciones, para permearlos en su cultura de valores y su estructura.

Un líder debe ser, según el modelo chino antiguo, como Confucio describió al viejo maestro Laozi: un dragón que únicamente despliega la justa fuerza en el momento oportuno y en cada área de mejora continua que se le presente. 

El liderazgo es un Tao apasionante, un camino enfocado al servicio a los demás, un sendero de agradecimiento a los que nos apoyan y nos ayudan, para que la suma de las partes aporte al todo de las empresas un valor agregado (que cree esa ansiada ventaja competitiva).

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