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El otro Thanksgiving Day

Según la División de Población de las Naciones Unidas, en el 2017, 12.96 millones de personas emigraron de México en busca de una mejor calidad de vida: 12 millones 764 mil 99 mexicanos se desplazaron hacia América del Norte; 120 mil 407 a Europa; 69 mil 154 a Centroamérica, el Caribe y Sudamérica; 7 mil 375 a Asia Oriental y el Pacífico; mientras que 2 mil 536 se fueron al Medio Oriente.

Del total, aproximadamente 11 millones 736 mil (97.8%) se dirigieron hacia Estados Unidos; de los que aproximadamente 7 mil 693 son de Aguascalientes. Mil 115 de ellos son originarios de Calvillo, municipio del estado con mayor flujo de migrantes.

Alfredo García Martínez, secretario de Desarrollo Social en este ayuntamiento, precisa que el alto flujo de migrantes se debe a causas culturales y económicas: “la migración y sus consecuencias son parte de la vida y la cultura de los calvillenses. Prácticamente todas las familias tienen algún integrante que ha migrado”.

Yajaira Gallegos Loera, residente del municipio, es testigo de esa situación. Sus padres y tres de sus hermanos decidieron emigrar en el 2012 a Estados Unidos. En ese entonces, lo hicieron al igual que 11.9 millones de mexicanos, debido a que en su tierra natal no encontraron trabajo y vivían en condiciones precarias: su casa estaba en obra negra.

Ahora, a sus 23 años, vive con su esposo e hijo. Juntos celebran los días feriados; aún sigue esperando el día en que pueda volver a ver a sus padres: “no han podido regresar ni siquiera para mi boda… las festividades no son lo mismo, sí me da tristeza que no estén aquí”, señala.

Jesús Gallegos Martínez y Cristina Loera Romo, padres de Yajaira, se preparan para celebrar el Thanksgiving Day en Estados Unidos: alistan la mesa sabiendo que quedará una silla vacía.  Extrañan a su hija, pero la necesidad apremia. Juntos conmemoran esta fecha desde hace ya siete años. A la distancia, recuerdan a su hija.

A más de 1,800 km del “American Dream”

A la edad de 17 años, siendo alumna de preparatoria, Yajaira vio cómo su padre salió de su casa para no volver. Meses después su madre hizo lo mismo; más tarde sus tres hermanos: “tengo una vecina que se fue a Canadá, tengo otros más a quienes les dieron la visa y se fueron a Estados Unidos… mis amigos y amigas también están del otro lado”.

Ella es la única de su familia que aún sigue viviendo en Calvillo: “estaba muy enamorada de mi ahora esposo, pero tenía la necesidad de ir y venir a Estados Unidos, así que nos casamos y nos quedamos a vivir aquí”.

Como la familia de Yajaira, miles de hidrocálidos siguen cruzando la frontera a Estados Unidos en búsqueda de una mejor oportunidad. Además de los calvillenses, más de 4 mil 238 habitantes de la capital emigraron en el 2017; también 756 de Rincón de Romos, 453 de Pabellón de Arteaga y 369 de Jesús María.

De éstos, 20.7% llegó a California, 20.6% a Texas, 10.9% a Illinois, 7.7% a Colorado, y 6.6% a Oklahoma. Es en esta última ciudad donde reside la familia Gallegos Loera: “llegaron a ese estado porque ahí vive una hermana de mi mamá”, refiere Yajaira.

Ellos viven en una “traila”, una especie de casa móvil. Sólo pagan derecho de piso y pueden aparcar tranquilamente. Lo costean con sus trabajos: Jesús hace labor de jardinería y Cristina se dedica al servicio de comida dentro de un supermercado.

Esto los ubica dentro de los 1,654 (21.5%) migrantes hidrocálidos que sirven en casas de estadounidenses; y dentro de los 177 (2.3%) paisanos que se dedican al servicio de cocina. Otros aguascalentenses se reparten en diferentes labores: 4 mil 285 (55.7%) son empleados de alguna empresa; 484 (6.3%) son obreros; 400 (5.2%) estudiantes; y los restantes trabajan en otros sectores.

Así, Calvillo ve “sueños cumplidos” a kilómetros de distancia. Ahora, el turismo abona los anhelos económicos de muchos habitantes de esta municipalidad, pero aún así, su siempre aroma a guayaba, por más fuerte que sea, no alcanza a llegar hasta Oklahoma: “mis papás siguen allá, y aunque les gusta Calvillo ya no quieren regresar, es en Estados Unidos donde ven mejores oportunidades”, comenta Yajaira.

Los que se quedan

Yajaira Gallegos es ama de casa y estudiante de belleza en el ICTEA en Calvillo. En diciembre de este año termina su carrera, pero sus padres no van a estar para su graduación: “casi no vienen, les da miedo por todo el panorama político, piensan que ya no van a poder regresar”.

Sus padres le mandan dinero para arreglar su casa y también para apoyarla en la recta final de sus estudios. Sin embargo, tienen planes para invertir en un negocio propio. El emprendimiento es la única opción que ven para regresar a Calvillo, pero hacer su guardadito complica un poco el envío de capital a su joven hija: “ellos quieren ahorrar por si regresan. Su objetivo es comprarse un camión para organizar viajes”.

El efectivo que la familia Gallegos Loera ha enviado continuamente desde hace siete años, se integró a los más de 5 mil 717 millones de dólares que, de acuerdo con el Banco de México, han ingresado a la entidad desde dicho periodo. Un indicador que tan sólo en el periodo de enero a junio del 2019 fue de 237.6 millones de dólares.

García Martínez, secretario de Desarrollo Social en Calvillo, menciona que las remesas representan una vertiente positiva de la migración: “el dinero de los migrantes constituye, junto con el turismo y la producción agropecuaria, uno de los tres pilares fundamentales de la economía local, aunque también tiene aspectos negativos como la división familiar y la adopción de otras costumbres que paulatinamente se insertan a la cultura local”.

Actualmente, el gobierno de Calvillo planea crear una oficina de Atención al Migrante; según las autoridades fungirá como un enlace para que los migrantes puedan tener orientación y acercamiento a otras instancias especializadas en asuntos migratorios.

Aunado a esto, el Municipio lleva a cabo estrategias y convenios que facilitan la estancia de los calvillenses en el extranjero y permiten acercar a los migrantes con su lugar de origen: “estamos relacionados con el proyecto Palomas Mensajeras, el cual busca la unión de familias que tienen años sin verse, entre algunos otros”, refiere el secretario.

Para los repatriados, el municipio cuenta con la oficina del Servicio Nacional de Empleo Región Calvillo donde se les ofrece apoyo para reinsertarse en la vida laboral, aunque para algunos, como Yajaira, estas opciones siguen siendo insuficientes: “el gobierno debería generar más fuentes de empleo y subir el sueldo porque es muy bajo, así no habría necesidad de irse”.

Yajaira regresa de sus labores, abre su puerta, ve su casa más bonita cada día, producto del esfuerzo de toda su familia. Deja a su hijo en la cuna y se pone a hacer labores del hogar. Cuando acaba toma el teléfono y marca un número, primero la Lada, llama a Oklahoma. Espera en la línea hasta que una voz le contesta. Es su madre, también está lista para platicar de su día… 

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