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Ecollanti: Pioneros en la reconversión inteligente de neumáticos

Los efectos del cambio climático son cada vez más evidentes. No es casual que 9 de los 17 Objetivos para el Desarrollo Sostenible de la Agenda 2030 se relacionen directa o indirectamente con el cuidado del medio ambiente. Entre las prioridades destaca reducir la huella ecológica a través de un cambio tanto en los métodos de producción, como en el consumo de bienes y recursos.

En nuestro país, los residuos sólidos urbanos (generados en domicilios, oficinas, pequeños comercios, establecimientos o en la vía pública) representan una de las principales fuentes de contaminación. En específico, preocupa su inadecuado confinamiento.

Según cifras del INEGI, en 2018 se recolectó un promedio diario de 107 055 547 kilogramos de residuos en el territorio nacional, lo que equivalía en su momento a recoger 854 gramos por persona: un incremento de 20 713 127 kilogramos sobre lo recolectado al día en 2010.

Datos del mismo instituto refieren que, en 2016, de los 2,203 sitios existentes para la disposición final de residuos sólidos en el país, sólo 173 tenían infraestructura para una disposición adecuada. 2,030 carecían de lo necesario para una correcta contención y control de las emisiones al aire, suelo y agua. 

La SEMARNAT reconoce que los sitios de confinamiento de residuos sólidos urbanos son fuertes generadores de biogases; algunos (de efecto invernadero) propician problemas ambientales como el aumento de la temperatura global.

La misma dependencia federal alienta el reuso y el reciclaje de materiales para reducir la presión en los ecosistemas. Así se disminuye tanto el uso de energía y de agua necesarios para su extracción y procesamiento, como la necesidad de espacio para resguardarlos.

En ese sentido, el reuso de residuos de manejo especial es un enorme desafío medioambiental para el país. Estos son aquellos generados en procesos productivos que no reúnen las características para ser considerados como peligrosos o como sólidos urbanos. Cuando su vida útil ha transcurrido, requieren un manejo específico para minimizar su volumen y recuperar los componentes reutilizables (bajo criterios de eficiencia ambiental, tecnológica, económica y social).

Los neumáticos son algunos de los residuos más difíciles de reprocesar y su disposición afecta gravemente a la industria del país. Su reuso se ha vuelto una problemática urgente por solucionar.

En Aguascalientes, una nueva empresa ha surgido para encarar este escenario.

La plática que inició un ambicioso proyecto

Conscientes de la imperiosa necesidad de actuar urgentemente para transformar el futuro, un grupo de jóvenes decidió emprender un proyecto enfocado en dar solución al acopio de llantas usadas, que se hiciese cargo no sólo de su adecuado confinamiento, sino de darles un nuevo uso (convirtiéndolas en caucho granulado y pulverizado). Así nació Ecollanti.

Tras conversar sobre la problemática que representa el almacenamiento de llantas, Bernardo López Villaseñor y José Miguel Arellano Gallegos gestaron este negocio.

Bernardo López es Licenciado en Comercio Internacional por la Universidad Autónoma de Aguascalientes (UAA). José Miguel Arellano es Mercadólogo por la UAA con especialidad en Finanzas por la Universidad Panamericana Campus Aguascalientes y cuenta con un máster en Dirección de Empresas para Ejecutivos con Experiencia por el IPADE.

Ambos tenían muy claro el rumbo que querían tomar y estaban plenamente abocados en materializar su idea. Sin embargo, necesitaban sumar a alguien que tuviera conocimientos en maquinaria y equipo; alguien que al mismo tiempo fuese apasionado como ellos por el tema de la sustentabilidad.

Decidieron incluir a Mauricio Mérigo Almenárez, antiguo compañero de estudios de José Miguel con amplia experiencia, ingeniero civil de profesión y maestro en Administración de Empresas, quien se desempeñaba en la capital del país en una constructora e instaladora industrial.

“He trabajado mucho tiempo en la construcción industrial. De hecho, estuve en la construcción de Michelin y de Goodyear. Ya había vivido el proceso de construir una planta para hacer llantas, y hace varios años había pensado en una planta de reciclado de estas en México. En ese momento no se dio, y cuando me hablaron ya tenía un camino recorrido. Creo que el momento era perfecto, me enamoré de la idea y de inmediato dije que sí”, recuerda Mauricio.

La química entablada por estos tres emprendedores y socios fundadores (con Bernardo López como director general de la empresa) fue clave para que Ecollanti se concretara como proyecto en menos de un año.

Si bien en su momento tuvieron que dejar sus actividades para cristalizar su propósito, el esfuerzo emprendido rendirá frutos muy pronto. Será en este mes de abril cuando inicien operaciones en Ciudad Industrial, donde se ubica la planta, en la que contarán con el respaldo de ocho colaboradores (en una primera etapa).

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La magnitud del problema… Y también la solución

Según datos estimados en el Plan de Manejo de Neumáticos Usados de Desecho, emitido en 2015 conforme a la NOM-161-SEMARNAT-2011, en nuestro país cada año se desechan un aproximado de 32 000 000 de llantas. El verdadero problema es que la disposición final no es la más adecuada.

Cifras del INEGI refieren que 48.5% son depositadas en talleres o empresas de servicio; 19.6% se entregan al cambio; 10.8% se dejan en los contenedores de basura; 6% se venden; 5.8% se donan; 3.9% son almacenadas; y 5.4% se reutilizan, queman, se entierran, o se tiran en barrancas, baldíos o montes.

Hay que agregar que los neumáticos tardan cientos de años en descomponerse,  pueden convertirse en refugio de flora y fauna nociva, y así potenciar incendios (por el material del que están hechas). A su vez, su volumen también ocasiona contaminación visual.

“El problema es grave. Incluso en el estado no puedes tenerlas al aire libre porque pueden propiciar que haya animales y por ende enfermedades relacionadas con el estancamiento del agua y los mosquitos. En general su manejo no es tan sencillo”, acota Mauricio.

Las alternativas actuales para lidiar en forma adecuada con las llantas usadas se basan principalmente en su reuso, reciclaje, en una menor utilización, o bien, en la extensión de su vida útil para reducir la generación de residuos.

En el caso del reuso, la industria cementera es la que más aprovecha los neumáticos usados como combustible alterno debido al poder calorífico que tienen (6000-7000 kcal/Kg). Inclusive, hacia 2022 se proyecta que para la elaboración del cemento se procesarán 16 965 517 llantas de desecho al año, unas 20,500 toneladas por mes.

La pirólisis (descomposición térmica en ausencia de oxígeno para la recuperación de gases, líquidos y sólidos) también es otra opción que ya realizan varias empresas instaladas en el país.

En cuanto al reciclaje, el mismo Plan de Manejo de Neumáticos Usados de Desecho refiere que es una actividad todavía incipiente en México. No obstante, es una de las más prometedoras: ofrecería una serie de ventajas ambientales, sociales y económicas, aunado a que contribuiría en la generación de fuentes de empleo y nuevos mercados de consumo.

De acuerdo con el equipo de Ecollanti, en un futuro tan sólo 25% de los productos de hule fabricados en nuestro país podrían contener hule reciclado, lo que conllevaría la utilización de menos recursos naturales en los procesos:

“Lamentablemente en México no ha habido mucho desarrollo de tecnologías para poder aprovechar el hule reciclado porque es algo nuevo. Hemos visto que las industrias que están más desarrolladas y que ocupan más el producto (el caucho) están fuera del país. Sí nos interesa que localmente se desarrolle, que tengamos ese tipo de empresas y de productos aquí en Aguascalientes y en México”, subraya Mauricio.

Transformando juntos el futuro

La tendencia global ha llevado a países primermundistas a reciclar más del 90% de las llantas (se esperaría que en México esto ocurra en un plazo de diez años). Estados Unidos, China y varias naciones europeas han generado nuevos métodos de aprovechamiento del hule reciclado para la elaboración de nuevas llantas, pero también de otro tipo de productos.

Para lo anterior, es indispensable la obtención del caucho reciclado, ya sea granulado o pulverizado. Este es el resultado final del proceso de reciclaje de los neumáticos, que puede llegar a tener una consistencia tan fina como se requiera.

En Ecollanti se han planteado el objetivo de recopilar alrededor de 150 mil llantas usadas en su primer año de operaciones y 500 mil a partir de su segundo año (con una producción anual aproximada de 7 mil toneladas de caucho reciclado). Así estarían en condiciones de obtener una materia prima que garantiza una alta calidad, obtenida a partir de tecnología que ya opera en otros estados de la república.

Adicionalmente para cumplir con este propósito, la compañía aguascalentense entablará una colaboración tanto con las autoridades estatales y municipales encargadas del área ambiental, así como con empresas de todos los tamaños, asociaciones de la sociedad civil y particulares en general. Están convencidos de que el futuro es hoy y para lograr resultados que nos beneficien a todos es indispensable crear una sinergia (que incluso tendrá alcances regionales):

“La idea que tenemos es buscar aliados que se interesen en apoyar al medio ambiente. Sobre todo generar un acercamiento con las autoridades y la empresa privada para coadyuvar en la solución del problema”, refiere Bernardo.

Además subraya que son los únicos operadores que cuentan con los permisos que se requieren para el manejo y disposición de las llantas usadas en Aguascalientes, por lo que emiten los certificados correspondientes.

Por lo pronto, y debido a que son pocas las empresas de este giro a nivel regional y nacional, el nombre de Ecollanti empieza a destacar por las alianzas comerciales entabladas con distribuidoras de materiales para la colocación de productos reciclados en el mercado.

Según comenta José Miguel: “con las muestras de granulado elaboradas hemos tenido muy buena aceptación y ya nos han empezado a pedir muestras de nuestros productos para diferentes empresas. Tenemos clientes potenciales que están esperando que entremos en operación para poder surtir sus necesidades”.

Al respecto, Mauricio Mérigo explica que el caucho obtenido puede emplearse para la elaboración de asfalto verde, impermeabilizante ecológico, pisos y tapetes de hule, superficies sintéticas, refacciones y partes automotrices; en general, cualquier artículo originalmente elaborado a partir de hule o plástico.

Con ello, podrán convertirse en proveedores locales, nacionales e internacionales de los consorcios más exigentes. “Estamos tratando de sumarnos de manera vertical a esa cadena de producción con los diferentes artículos que el mercado nos pueda llegar a demandar”, agrega.

Bernardo López añade que se encuentran en pláticas con instituciones como el Centro de Tecnología Avanzada (CIATEQ) para el desarrollo de nuevos productos y composiciones químicas para mejorar algunos artículos elaborados con caucho que ya circulan en el mercado. Incluso proyectan adquirir maquinaria más especializada:

“Con las instituciones especializadas queremos desarrollar nuestras propias aleaciones con nuestro producto y poder ir un poco más allá”, agrega. Por su parte, Mauricio subraya que están abiertos a todas las propuestas que se les puedan plantear, pues su intención es contribuir en el desarrollo de nueva tecnología.

Son muy altas las expectativas planteadas en este negocio verde que fomenta el desarrollo sustentable de otras industrias con materia prima de calidad y un mínimo impacto ambiental. Pero la confianza que tienen en el nacimiento, posterior crecimiento y consolidación de Ecollanti también es alta.

Se trata de una inversión concebida desde el amor por la naturaleza y la urgencia de la conservación de nuestro entorno, en una tierra tan fértil como Aguascalientes.

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