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El mundo fantástico de Verónica Marín, guionista y directora de cine

Verónica Marín es una de las pocas guionistas y directoras de cine de Aguascalientes que ya cuenta con un largometraje en su currículum. Tres fue presentado recientemente en el festival de cine Isósceles, el cual se celebró en el estado el pasado mes de octubre. Se trata de un paso natural en una carrera plagada de premios en festivales nacionales e internacionales, obtenidos gracias a sus guiones de cortometrajes como: Mis tres golpes de ira, Pliegue único en la palma de mi mano, El ojo de agua, entre otros.

Si una película pudiera representar su vida, sería Los amantes del círculo polar, de Julio Medem; y si fuera un guion, elegiría ser uno de género trágico que se convierte en un western. “Creo, firmemente, que nadie debe ser víctima de sus circunstancias, por lo que el director decide cambiar mi guion de género y termina siendo western”, reflexiona.

“Yo escribo mucho sobre la culpa, porque es un tema que puedes ver desde muchas partes, es muy complejo; además creo que es algo con lo que vivimos todos, aunque no lo aceptemos”.

Su interés por escribir guiones cinematográficos llegó como una serie de casualidades. Ingresó a la carrera de Artes Escénicas y Audiovisuales, en la cual pudo unir dos de sus pasiones: el teatro y el cine; sin embargo, fue el séptimo arte y su dirección lo que la instó a aventurarse en el guionismo. “A mí no me sucedió eso que desde pequeño sabes qué hacer”, reconoce.

Para Marín, los elementos relevantes a tomar en cuenta al momento de redactar un guion son el conocimiento que tienes sobre el tema que vas a escribir, la audiencia a la cual va dirigido, así como distinguir si lo que se está escribiendo es literatura o guion cinematográfico, pues el público varía drásticamente entre uno y otro.

Llegar al público de una manera muy humana

Por lo general, sus guiones abordan temas sencillos y trágicos. “Yo escribo mucho sobre la culpa, porque es un tema que puedes ver desde muchas partes, es muy complejo; además creo que es algo con lo que vivimos todos, aunque no lo aceptemos”, agrega.

Sus personajes se distinguen por tener una voz propia, en la cual prevalece el uso de ciertas palabras. No son ni buenos ni malos. “Pueden hacer las peores cosas y arrepentirse a los dos días y ser los mejores”, argumenta. Con esto busca llegar al público de una manera muy humana.

Aunque la finalidad de su trabajo es despertar reacciones en el lector o espectador, Marín también experimenta sentimientos durante el proceso de redacción, como la frustración, la cual ha utilizado a su favor para impulsarse a terminar cada uno de sus proyectos, y la melancolía, ya que algunas de sus historias están basadas en experiencias propias.

Verónica tiene la peculiar convicción de que el cine es cosa de viejos, y lo achaca a un consejo que alguien le dio un día: “Debes ser paciente, esperar; uno siempre quiere estar andando muy rápido”.

Curiosamente, a la directora le ha pasado todo lo contrario. Con solo 29 años, está logrando el reconocimiento en una carrera en la que, a priori, no es fácil despuntar. En noviembre de este año, realizó un viaje a Colombia para reestructurar y escribir el guion de la película Visita conyugal, del distinguido director Sergio Cabrera, quien hace 30 años redactó la idea original con el propio Gabriel García Márquez.

Durante el proyecto, espera realizar su mayor sueño: sentirse plena con el proceso, aprender y lograr que su trabajo sea limpio y claro para los espectadores. Ella deja la fama en un segundo plano. “Lo que quiero es aprender. Si en ese proceso logro que mis guiones estén en pantalla a más escala, eso es suficiente”, afirma.

Aguascalientes no es tierra de cine

Para Verónica, su mayor dificultad ha sido la centralización de la industria cinematográfica en la Ciudad de México. En el territorio hidrocálido hay poco cine. “En Aguascalientes, se empezó a sembrar sin arar la tierra; empezaron las carreras de cine cuando no hay trabajo”, menciona.

La situación del cine en la entidad es complicada. Según Marín, las personas que se han dedicado a esta profesión se han visto forzadas a desempeñarse de manera independiente y con poco o nada de apoyo.

“No se queden con lo que está en la cartelera, en la sala grande que conocemos, el duopolio; vayan a foros alternativos, vean cine independiente”, observa la guionista, destacando la importancia de que se generen diferentes públicos para apreciar todo tipo de cine: local, nacional e internacional.

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