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El Modelo Dual de aprendizaje en la práctica

En los últimos meses, se ha propagado en el ambiente educativo mexicano una estrategia de aprendizaje en la práctica que algunas instituciones educativas han implementado como Modelo Dual en sus carreras de corte técnico. El término “Dual” fue retomado de un programa que se lleva a cabo en Alemania desde hace algunas décadas y está dirigido a estudiantes de nivel técnico medio y superior.

Básicamente, este método de enseñanza establece que el aprendiz pasará en una compañía alrededor de 70 por ciento del tiempo requerido para conseguir su certificado, justamente para desarrollar labores para las cuales desea ser preparado. Esto lo realizará bajo un esquema preestablecido de actividades que, de forma conjunta, la escuela y la empresa revisarán para cubrir todas las unidades de conocimiento contempladas en el plan de estudios. La gran diferencia con la forma tradicional de enseñar es que, sobre todo en las materias técnicas, el alumno tendrá la oportunidad de vivir y practicar en el mundo real lo que el profesor solo puede contarle, con procesos, maquinaria y equipo, los cuales seguramente usará cuando egrese.

El resto del tiempo, 30 por ciento, el educando lo pasará en las aulas y ahí es donde podrá abordar, con sus profesores, los temas que por limitaciones de la firma no puede ver dentro de ella o porque es más conveniente tocarlos en clase. Esto es muy enriquecedor para el propio estudiante, pues no solo vivirá los procesos productivos en un ambiente real, sino también podrá observarlos desde una perspectiva diferente al salir del entorno empresarial, evitando de esta manera la llamada ceguera de taller. Con ello, entrará en mecanismos de mejora consistentes, enriquecedores para él, la institución educativa y los negocios implicados.

Este sistema Dual funciona exitosamente en Alemania y tiene su origen en el antiguo aprendizaje, en el cual cada maestro de un oficio atendía a varias personas que deseaban aprender de sus conocimientos y experiencia. Los aprendices tenían como principales herramientas: la observación, investigación, hacer preguntas y aplicación práctica de lo aprendido; así absorbían lo que el profesor mostraba y respondía, e incluso, gracias a la labor investigativa, podían retroalimentarlo para que mejorara su desempeño.

Desde luego, esta forma de aprender se continúa usando más de lo que se reconoce. Es muy usual ver a los hijos de arquitectos, médicos, abogados, choferes, matriceros, comerciantes… adoptar las mismas profesiones de sus padres, de quienes aprendieron. Por supuesto, esto también se da en las empresas: quienes saben y tienen más experiencia son los educadores de los deseosos por aprender, actividad en la cual no se emplean mecanismos formales de enseñanza, pues simplemente basta con mostrar las habilidades y responder las interrogantes de los interesados.

En este orden de ideas, convendría pregutarse a sí mismo, ¿cuál ha sido el mejor método para aprender? Aunque no se ha realizado una encuesta formal, casi todas las personas (con quienes se ha abordado el tema) reconocen que su mayor adquisición de conocimiento ha sido durante la vida profesional. Muy pocas veces la escuela es vista como la proveedora efectiva de habilidades o facultades.

Sin embargo, a pesar de todas las bondades del Modelo Dual, aún no ha sido establecido decorosamente por las instituciones educativas y las empresas en México. De hecho, hay dos obstáculos para lograrlo: primero, para las compañías no representa un costo menor, pues se requiere de una inversión cuantiosa para formar a sus colaboradores; y segundo, las escuelas son muy reacias a permitir que el estudiante no se presente en el aula, para ellas es más importante la cantidad de asistencias que el aprendizaje obtenido y aplicado de los alumnos.

Afortunadamente, son cada vez más las instituciones en las cuales se estipula que se tiene un programa Dual: aunque solo sea el nombre, por algo se empieza.

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