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El modelo Aguascalientes: ¿Hacia Silicon Valley o hacia Detroit?

Por Antonio Martín del Campo

 

La economía de Aguascalientes depende de tan solo 95 unidades económicas, las cuales generan el 71 por ciento del Producto Interno Bruto estatal. Dentro del Bajío, la tierra hidrocálida tiene la mayor dependencia hacia las grandes empresas de la región, la economía menos diversificada y la mayor parte de su PIB está concentrado en un solo sector. Según datos del INEGI, Jalisco es el estado con mejor condición en este aspecto, ya que el 42 por ciento de su economía depende de 1,061 unidades económicas.

Este es el tamaño del reto que tiene la actual administración estatal y nuestra sociedad en general. La diversificación de la economía y el crecimiento de los negocios se han vuelto la única llave para desactivar el viaje que la entidad ha emprendido hacia un efecto Detroit.

Se necesitan nuevas ideas en la mesa, ideas que estén acordes a los tiempos que vivimos, ya no podemos emular las estrategias cortoplacistas del pasado ni políticas públicas que busquen el aplauso fácil. El tamaño del problema tiene que ver más con la velocidad que con cualquier otra cosa; basta con observar datos de los últimos 15 años para darnos cuenta de que Aguascalientes no ha hecho otra cosa más que acelerar el proceso.

Hoy, el estado cuenta con más de 44,792 unidades económicas de tamaño micro, lo cual pareciera que nos convierte en uno de los polos de emprendimiento más relevantes del país; pero así como una golondrina no hace primavera, esas empresas contribuyen con tan solo un 7.8 por ciento del PIB. Si utilizáramos las odiosas estadísticas y un ejemplo ramplón sin mayor análisis, podríamos decir que once unidades económicas grandes equipararían el impacto en materia de generación de valor que representan todos los micronegocios en la entidad.

La locomotora llamada Aguascalientes continúa a toda marcha hacia una mayor dependencia a las grandes compañías. Si este fenómeno estuviera fincado en la movilidad de las unidades económicas, esas serían estupendas noticias; pero el problema no son las grandes empresas y esto debe quedar muy claro, ya que son las que generan un mayor PIB, mejores salarios y mejores prestaciones. El conflicto real es que tenemos muy pocos negocios pequeños (menos de 2,135) y peor aún, casi nada de medianos (427).

Ante la dureza de los datos y el pequeño espacio que tiene este articulista para hacer un análisis en forma y a conciencia, dejamos solamente plasmada la advertencia del problema tan serio que estamos viviendo y la velocidad a la cual nos estamos acercando cada vez más a los indicadores de bonanza de Detroit (guardando obviamente las distancias). La curva está a punto de llegar a su clímax en un muy corto plazo y la historia de lo que pasa cuando comenzamos a bajar por esa curva es de todos conocida. En suma, Aguascalientes está más cerca que nunca del fenómeno Detroit (por supuesto, en una proporción más pequeña).

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