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El legado de una dinastía jurídica

 Sin importar el giro de una empresa u organización, la sucesión es un proceso que tarde o temprano todo directivo debe plantearse. Ceder la batuta es, sin duda, uno de los acontecimientos más representativos para el líder de un negocio, pues implica reconocer que es momento de cerrar un ciclo y seleccionar al más apto para ocupar su silla. Un proceso en el que delegar se vuelve un hábito y adoctrinar es ahora una vocación. 

Una correcta sucesión busca que si la persona al mando cambia, la esencia de su liderazgo persista. Un tanto similar a lo que un jefe o una jefa de familia hacen para trascender en sus hijos con la educación, que probablemente sus mismos procreadores les forjaron. Son pocas las personas que relacionan los negocios de tal forma; pero algunos de los que se atreven a hacerlo, gestan empresas duraderas, las cuales les permiten convertirse en referentes de sus respectivos mercados. 

Por más de 35 años, Jorge y Gustavo Martínez Estebanez han trabajado bajo esa filosofía compartiendo valores de ética, alta exigencia y trabajo cooperativo con sus colaboradores. Al mismo tiempo, han transmitido el liderazgo a sus hijos, quienes se han convertido en los herederos de su querida y apasionada profesión: el ejercicio del derecho. 

A más de tres décadas de haber comenzado con su despacho –uno de los primeros en Aguascalientes–, su fórmula ha dado frutos positivos y los ha posicionado como referentes de los servicios profesionales legales en el estado y la región. 

Hoy, el apellido Martínez Estebanez es reconocido por ganar la confianza de clientes importantes, que han dado testimonio de su calidad como abogados desde una época en la que Aguascalientes no figuraba en el radar jurídico. Así fue como se constituyó una de las dinastías de juristas más reconocidas del país… 

Pasión de sangre 

Jorge y Gustavo eran apenas unos niños cuando se enamoraron del derecho. Su padre, Jorge Martínez de León, era comerciante y un apasionado por las leyes. Aunque no tuvo la oportunidad de estudiar para desempeñarse como abogado, su sueño era que en algún momento sus hijos lograran hacerlo. 

Los dos hermanos estaban en la misma sintonía. Desde pequeños, sintieron un gusto particular por la abogacía; sin embargo, en aquel entonces era complicado que se dedicaran a ello: no existía una universidad que impartiera la carrera en el estado, por lo cual quien quería dedicarse a esta profesión tenía que salir a otras partes del país. 

Pero una gran coincidencia sucedió cuando Jorge, el hermano mayor, concluyó la preparatoria. Justo en esas fechas, su tío, Humberto Martínez, constituyó la primera institución pública de educación superior en la entidad: la Universidad Autónoma de Aguascalientes, que trajo consigo la Licenciatura en Derecho, de la cual Jorge formó parte en la segunda generación. 

Su gusto por el estudio era incomparable. Parecía que el derecho lo había escogido a él, ya que estaba materializando una pasión que desde adolescente tenía forjada: “Fui presidente de la sociedad de alumnos en la preparatoria y en la universidad. Me generó un gran interés trabajar en lo que siempre me había gustado hacer: mediar y aportar a la solución de un conflicto”, comenta. 

Esa vehemencia lo llevó a que con 23 años de edad, siendo aún estudiante, decidiera poner su propia firma. No resultó fácil, pero contaba con el apoyo de su hermano Gustavo, quien con apenas 15 años se convirtió en su mano derecha: “Fue una fortuna contar desde aquel tiempo con colaboradores como mi hermano, quien a su corta edad, me daba gran soporte”. 

Ese momento fue el inicio de una sinergia que 35 años después sigue latente: Jorge, como el emprendedor que es, buscaba empresas y personas que confiaran en su despacho; y Gustavo, quien le dio el apoyo que necesitaba, fungió como su aprendiz para tomar el mando que heredaría de su hermano mayor. 

Crecimiento consecuente 

La firma Martínez Estebanez fue creada para atender empresas que tuvieran necesidades legales en materia corporativa, fiscal integral, laboral, entre otros servicios. Aguascalientes atravesaba un boom industrial importante en aquel entonces, lo cual representó una gran oportunidad para que su despacho creciera. 

Pero la gran mayoría de las compañías que llegaban ya traían un bufete de abogados detrás. Jorge y Gustavo se dieron cuenta de que debían empezar con algo más pequeño, alguna organización que compartiera su filosofía y tuviera potencial de crecimiento. 

Empresarios de la construcción de Nuevo León y algunos de Aguascalientes fueron los primeros en darles su confianza y al día de hoy siguen siendo representados por la firma: 

La mayor satisfacción es que nuestros clientes sigan estando con nosotros después de muchos años. Significa que se mantienen en crecimiento constante y que hemos sabido estar a la altura con la asesoría que les brindamos. En pocas palabras, es darnos cuenta de que hacemos un gran trabajo”, explican los hermanos. 

A inicios del año 2000, Jorge cedió la dirección del despacho a su hermano para dedicarse a la función notarial.  

Carácter y confianza en el servicio público 

Mientras Gustavo tomó las riendas de la firma, Jorge hizo una carrera destacada en el sector gubernamental. Gracias a su experiencia, en el 2001 fue designado notario público número 20. Su experiencia como asesor en el sector privado lo ayudó a conservar en la notaría clientes de bancos, constructoras y compañías automotrices. 

Con su estilo marcó una nueva tendencia en la atención notarial para empresas extranjeras, especializándose en áreas como fideicomisos, convenios internacionales, préstamos con otros países, derecho internacional, entre otros temas. 

Diseñó un manual de derecho internacional con las 50 preguntas más usuales que haría un extranjero sobre el sistema jurídico mexicano, lo cual ha sido clave para mostrar un panorama claro a los clientes internacionales que buscan hacer negocios en el estado. 

Hace poco, la trayectoria de Jorge fue reconocida: el Gobierno del Estado, el Congreso y el Consejo de Abogados de la entidad le otorgaron el reconocimiento Ius Semper Loquitur, por fomentar en los abogados y en la sociedad en general el espíritu de justicia, luchando por la plena realización de la seguridad jurídica y por todos los valores del derecho. 

Ya a punto de llegar a los 60 años, el mayor de los Martínez Estebanez comienza a plantearse su proceso de sucesión. Al igual que él con su padre, sus hijos, Jorge Carlos y Laura Victoria, han levantado la mano para recibir la estafeta y encargarse de diversos asuntos de la notaría. Ambos forman parte de ésta desde que eran unos niños y desarrollaron una gran pasión por el derecho al igual que su padre: 

Nunca los induje a estudiar alguna carrera en particular. Jorge era bueno para la robótica y Laura, para el estudio de la medicina; pero al final decidieron estudiar esta carrera y ser parte del equipo, dándole una mayor fortaleza a la notaría. Vienen a enriquecerla y a darle una perspectiva de futuro”

Jorge Carlos estudió la Licenciatura en Derecho en la Universidad Panamericana (UP) y lleva más de diez años trabajando junto con su padre. Cuenta con una Especialidad en Derecho Notarial, realizada en la Ciudad de México, con la cual consolidó la visión y especialización de la notaría Martínez Estebanez: “Nos enfocamos en entender las razones por las que un cliente nos busca para ponernos en su lugar y darle varias soluciones”, refiere. 

Por su parte, Laura Victoria, quien también cursó la Licenciatura en Derecho en la UP, trabajó durante un tiempo en la firma de su tío Gustavo, litigando principalmente en asuntos fiscales y corporativos. Después de realizar su Maestría en Impuestos Nacionales e Internacionales en la UP, se incorporó a la notaría de su padre para darle frescura y fortaleza a la atención de clientes de distintas partes del mundo. 

Con el gran trabajo que han hecho sus hijos, Jorge Martínez Estebanez no descarta retirarse en algún momento del ejercicio notarial. Piensa tomar un tiempo para dedicarse a otras aficiones como la cría de ganado y el cultivo de uva; sin embargo, el derecho sigue siendo su actividad preferida, por lo cual proyecta seguir trabajando por muchos años más en la materia, aunque desde distintos campos: 

Presido la Asociación de Egresados de la UAA, donde fomentamos programas de formación y becas para profesionistas. Es un sitio en el que puedo devolver un poco de todo lo que mi alma mater me dio. Es una gran satisfacción ver crecer gente con capacidad”.  

El cazador de gigantes 

Cuando una compañía internacional se instala en Aguascalientes, una de las primeras preguntas que sus directivos hacen es: ¿quién es el abogado de Nissan? Desde hace más de 20 años, Gustavo Martínez Estebanez tiene el honor de levantar la mano cuando surge tal cuestionamiento. 

Inició a dirigir el despacho luego de que su hermano decidiera realizar una carrera en el sector notarial y cuandoya tenían entre sus clientes a empresas como Nissan Mexicana, Banamex y otras más. 

Aunque Gustavo seguía estudiando la Licenciatura en Derecho cuando Jorge lo dejó al mando, decidió aceptar el reto y así comenzó una nueva etapa para el negocio. Su meta era continuar creciendo para atender a las organizaciones más importantes del estado.  

A través de su firma –conformada por más de 35 personas–, el menor de los Martínez Estebanez fue ganando la confianza de las empresas más productivas y empleadoras de la entidad, brindándoles atención en asuntos de migración, dictaminación y otros temas fundamentales para cualquier empresario extranjero. 

Aprendemos mucho de los clientes y hemos desarrollado una mentalidad internacional. Viajamos a diversos países para conocer la cultura de nuestros clientes y darles un servicio más especializado”, menciona. 

Algunas de las firmas de mayor renombre a las que asesoran son las plantas de Nissan (A1 y A2), Jatco, COMPAS, Daimler, Calsonic Kansei Mexicana, Cooper Standard, Sensata, Texas Instruments, Unipres Mexicana, Kitagawa, KTMex, Howa, entre otras. También prestan servicio a instituciones bancarias reconocidas a nivel local y regional como Banamex, BanBajío, Banregio, Scotiabank y Banca Afirme. En conjunto, las organizaciones que representan dan empleo a más de 140,000 personas en distintas partes del país.

La clave para lograr la confianza de las organizaciones consiste en tener un equipo sólido, formado por gente profesional, que esté a la altura de las necesidades de los clientes, quienes demandan atención de calidad en todos sus asuntos legales: 

“El equipo de 35 profesionales, de quienes muchos me han acompañado por más de dos décadas, ha hecho posible el dar un servicio que está al nivel de las exigencias de compañías internacionales”. 

Desde corta edad, dos de los cuatro hijos de Gustavo, su homónimo Gustavo y Daniel, se interesaron por el derecho. Gustavo hijo, quien se graduó el año pasado y fue el primero de su generación en titularse, litiga hoy representando en tribunales a grandes empresas e instituciones bancarias; además de que es  el encargado de extender las operaciones del despacho a León, Ciudad de México y otras partes del país. Por su parte, Daniel ya asesora a algunas empresas mientras estudia su carrera; ambos dominan el idioma inglés y tienen el objetivo de crecer la cartera de clientes internacionales: 

El plan es que mis hijos me superen y lleven al despacho a un nivel incluso más alto. Han entendido la filosofía que tenemos, basada en tres virtudes: la honestidad, el trabajo constante y la inteligencia. Esas cualidades son importantes para que los empresarios nos vean como una opción permanente”. 

Desde hace más de diez años, también colabora en asesorías jurídicas de alto nivel, tanto en la notaría de su tío Jorge como en el despacho jurídico de los Martínez Estebanez, el licenciado Jorge Octavio Hernández Martínez, hijo de la licenciada Eugenia Martínez Estebanez; quien es parte importante de este equipo jurídico.   

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