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El hábito de la excelencia: Alejandra Sánchez Martínez, la zacatecana que recibió la presea Pfizer

Hay hábitos que marcan la excelencia y el poder o no cumplir las metas. Aquellos que se construyen día a día son los que corresponden al trabajo y esfuerzo por parte de quien lo practica. Esto es bien sabido por Alejandra Sánchez Martínez, egresada de la Facultad de Medicina Humana de la Universidad Autónoma de Zacatecas que fue galardonada con la presea de Pfizer por su desempeño académico. 

Ser buen estudiante o no serlo, radica en una serie de buenos hábitos y la pasión que se le ponga a ello. El interés de Alejandra por la medicina humana surgió en su último año de bachillerato y a partir de ahí se tornó en una pasión que ha tenido sustento en el deseo de poder ayudar a las personas que lo necesiten. 

El galardón que recibió, es un premio que otorga la empresa Pfizer a los estudiantes más destacados de medicina en el país. Se trata, sin duda, de un gran logro que alcanzó como estudiante, que constituye, a la vez, una gran satisfacción. “Nunca estudié ni fui buena alumna por el premio, supe de él hasta el último año de la carrera. Por eso es gratificante saber que se valora mi esfuerzo”. Es importante dar a conocer que en el estado, fue la única alumna premiada, por lo tanto, representa no sólo a la institución sino también a Zacatecas. 

Ella misma menciona que: “Es un premio que es de no ser excelente un día, sino de un hábito, de ser buen estudiante a lo largo de siete años, de disciplina, constancia, organización y de interés en el estudio”. Y es que, los requisitos que se necesitan para recibir el premio son: tener el mejor promedio de generación a lo largo de la carrera, contando con el año de internado, un currículum sobresaliente, asistencia a congresos, publicaciones académicas y haber realizado estancias clínicas en diferentes hospitales. 

En este sentido, el currículum y la carrera académica de Alejandra han sido verdaderamente destacables. Fue la mejor promedio de su generación, teniendo calificaciones de excelencia en su año de internado, por otro lado, realizó estancias clínicas en Aguascalientes, Veracruz y Brasil; fue mentora de embriología y ganó en un congreso organizado por la UAZ con la publicación de un caso clínico sobre el síndrome de Edwards y más tarde lo presentó en un congreso en León.

Actualmente nos refirió su interés por seguir estudiando, principalmente enfocado en la rama de oncología, especialidad que llama su atención puesto que se trata de un área en la que los pacientes necesitan de mucha empatía y atenciones. Asimismo, dejó en claro que la excelencia no la brinda en su totalidad la inteligencia sino el trabajo, la perseverancia y la constancia en el estudio; para ella es más importante el conocimiento bien aprendido que se puede llevar a la práctica que las calificaciones, ya que éstas no son el reflejo del conocimiento. 

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