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El futuro del trabajo en la Era de la Inteligencia Artificial

Por Genaro Delgado, Cofundador de </cyberwag> y Maker Center

“¿Desaparecerán nuestros trabajos ante la llegada de los robots? ¿Qué deberían estudiar los jóvenes hoy para tener éxito en el mercado laboral del mañana? ¿Cómo cambiará esta transformación tecnológica la forma en que trabajamos? ¿Ayudará a combatir el grave problema de la informalidad o, por el contrario, hará que empeore?” … Estas fueron las preguntas planteadas para desarrollar el estudio “El Futuro del Trabajo” por parte del Banco Interamericano de Desarrollo (BID).

El estudio plantea las tendencias de lo que llaman “tsunami tecnológico” y “envejecimiento demográfico” como las verticales de los cambios que al menos en América Latina y el Caribe podrían estar transformando el contexto laboral en los próximos años. Sin embargo, como ellos concluyen, aún cuando hay muchos datos que nos permiten estructurar estrategias para enfrentar la evolución de habilidades y competencias laborales del presente y futuro en un contexto globalizado y digital, el futuro del trabajo sigue siendo un escenario incierto. 

La verdad es que no sabemos cómo se comporte el mercado laboral en el 2050, un año que se ha convertido en el periodo para especular cambios o transformaciones para la humanidad de una manera drástica. Los avances en Inteligencia Artificial (IA) y Aprendizaje Automático (Machine Learning) y la Robótica construyen una nueva era de automatización que iguala o supera el desempeño humano en una gran gama de actividades laborales físicas e incluso cognitivas.

Esto ha generado una histeria mundial ya que muchas personas creen que en los siguientes 30 años, billones de personas se volverán obsoletas desde un contexto económico-laboral. Otros creemos que la evolución de estas tecnologías seguirán creando nuevos empleos y de mayor valor para las personas y la sociedad en general como ha sucedido con cada “Revolución Industrial”

La verdad es que ambos escenarios, tanto el pesimista como el optimista tienen grandes posibilidades de convertirse en realidad, ya que con los avances de Inteligencia Artificial y Aprendizaje Automático un cambio en todas las reglas de juego en el mercado laboral será inminente.

Ahora bien, ¿por qué sentimos esa ansiedad pesimista u optimista del futuro laboral? ¿qué dieta de información tenemos que alimenta esa angustia? Empecemos por darle un contexto a la Inteligencia Artificial y Aprendizaje Automático en nuestro tiempo. Con la aparición de los asistentes digitales como SIRI, Cortana o Google, pasando por los autos autónomos y los androides como Sophia y Atlas, la Inteligencia Artificial progresa de una manera vertiginosa abarcando desde algoritmos de búsqueda de Google, plataformas de desarrollo como Watson de IBM y las armas autónomas como drones kamikaze. 

Hoy en día el alcance de nuestra Inteligencia Artificial es una “IA estrecha” (algunos investigadores la conocen como “IA débil”), ya que está diseñada para realizar una tarea muy básica y específica. Por ejemplo, el reconocimiento facial, las búsquedas en Internet, conducir un automóvil, o sólo charlar con posibles respuestas más comunes. 

Como ya lo podemos anticipar, este tipo de Inteligencia Artificial puede superar a los humanos en cualquier tarea específica, como el robot Atlas a través de sus múltiples y numerosos sensores y un conjunto de actuadores complejos.

Este robot puede recrear y perfeccionar movimientos humanos y de otras especies animales, así como tomar mejores de decisiones para tareas de rescate o acciones en desastres naturales que un ser humano.

También lo vemos en los juegos de ajedrez con Inteligencia Artificial informática; en el juego milenario chino GO, se entrenó con cientos de miles de patrones de juego a la IA llamada Alpha Go para jugar contra el campeón Lee Sedol. En 2017 este encuentro se llevó a cabo, dejando boquiabierto al mundo, porque no solo Alpha Go demostró una superioridad en la resolución de movimientos complejos, sino que dio indicios de “creatividad” en los movimientos (te recomiendo ver el documental Alpha Go en Netflix).

Sin embargo, el objetivo a largo plazo es seguir mejorando la Inteligencia Artificial hasta lograr una “IA General” la cual superaría a los humanos en casi todas las tareas cognitivas incluyendo aprender, analizar, comunicar y, por encima de todo, comprender las emociones humanas.

En las últimas décadas, la investigación en neurociencia y la economía conductual humana ha permitido entender de mejor manera el comportamiento humano y su toma de decisiones.

Esto es fundamental porque la revolución de la Inteligencia Artificial no solo tiene base en aumento de capacidad y velocidad de cómputo, sino que es impulsada en gran medida por los avances en las ciencias sociales y ciencias naturales.

Por ejemplo, mientras más tengamos comprensión de los mecanismos bioquímicos que implican a las emociones, los deseos y las elecciones humanas, mejores serán estas computadoras a la hora de analizar el comportamiento humano, predecir las decisiones que como humanos tomamos, y con ello a sustituir a todo tipo de actividades y profesiones de abogados, contadores, médicos, conductores, pilotos, entre otros.

Estos avances nos han permitido descubrir y entender que todas las elecciones que hacemos desde qué comer, qué vestir, elegir mascota y elegir pareja, no son resultado de un “libre albedrío” sino de las probabilidades calculadas por millones de neuronas en fracciones de segundo.

Es decir, lo que llamamos “intuición” realmente es un algoritmo bioquímico que reconoce patrones recurrentes que nos ayuda evaluar y tomar las decisiones lo mejor posible de acuerdo a nuestros “estándares” de conocimiento y experiencia acumulada. No me mal interpreten, sé que nuestro cerebro es un sistema complejísimo al momento de tomar decisiones pero para nuestro artículo el manejarlo de una manera simplista reduce el estrés de explicarlo todo a niveles de neurocirujano o psiquiatra.

Entonces, ¿qué profesiones en la era de la IA serán las que sobrevivan o surjan? La respuesta simplificada podría ser que animemos a crear y elegir profesiones donde las máquinas sean poco efectivas y que la probabilidad de su automatización sea muy lejana. Para ello podemos plantear las siguientes preguntas:

¿Esta profesión requiere interactuar con personas y hacer uso de inteligencia social?

¿Esta profesión subyace procesos creativos e ideación de soluciones ingeniosas a problemas complejos?

¿Esta profesión requiere trabajar en un ecosistema donde existen muchas situaciones impredecibles?

Mis estimadas y estimados lectores, como ya lo pudieron visualizar, el futuro del trabajo en la era de la IA es muy incierto, hay más preguntas que respuestas, sin embargo, este es el momento de plantearse las preguntas correctas, y como lo han hecho muchos expertos, éstas podrían ser: 

¿Qué tipo de futuro quieres? ¿Qué te gustaría que pasara con la automatización del trabajo? ¿Qué consejo profesional le darías a los niños de hoy? ¿Prefieres nuevos trabajos que reemplacen a los viejos, o una sociedad sin empleo donde todos disfruten de una vida de ocio y riqueza producida por máquinas?  ¿Las máquinas inteligentes nos reemplazarán, coexistirán con nosotros o se fusionarán con nosotros? ¿Qué significará ser humano en la era de la inteligencia artificial? ¿Qué te gustaría que significara? ¿Y cómo podemos hacer que el futuro sea así? 

“Si una máquina es capaz de pensar, podría hacerlo más inteligentemente que nosotros, y entonces ¿en qué lugar nos deja? Aun cuando pudiésemos mantener a las máquinas en una posición de subordinación, deberíamos, como especie, experimentar una gran dosis de humildad”

 – Alan Turing, 1951

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