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El futuro del trabajo: 6 competencias para triunfar en el mercado laboral del 2020

Por Antonio Martin del Campo. Chairman 02X México y Venture Studio

“El talento gana juegos, pero el trabajo en equipo y la inteligencia ganan campeonatos”   Michael Jordan

 

Recientemente, Entrepeneur.com publicó un artículo sobre las razones principales por las que los colaboradores jóvenes son despedidos, y las cinco principales son: la necesidad de independencia, la falta de confianza, ansiedad, falta de comunicación y proactividad. Esencialmente, la razón principal por la que son despedidos es porque no pueden colaborar, carecen de confianza en sí mismos y en sus decisiones, lo que puede generar ansiedad, les cuesta presentarse y comunicarse, y no piensan críticamente para ver objetivos y visión generales. Estas habilidades englobadas se definen como habilidades blandas (Soft Skills).

Para conocer sus orígenes, resulta que las habilidades blandas se remontan a las Fuerzas Armadas de los Estados Unidos, entre 1968 y 1972. Las Fuerzas Armadas se habían destacado por entrenar a las tropas sobre cómo usar máquinas para hacer su trabajo. Pero se dieron cuenta de que gran parte de lo que hizo que un grupo de soldados saliera victorioso fue cómo fue dirigido. Esto molestó a los militares ya que no estaban entrenando para eso; entonces comenzaron a crear un método para capturar cómo se estaba adquiriendo este conocimiento. Paul G. Whitmore es el nombre que más aparece en estos documentos. A su equipo se le ocurrió trabajar con el contraste entre algo que es físicamente duro, como una máquina, y cualquier otra cosa que sea suave al tacto. A partir de esta investigación, se crearon criterios para juzgar si una habilidad es blanda o dura.

Las Soft Skills son esas competencias, hábitos y comportamientos que nos distinguen como profesionales y que marcan la diferencia en el momento de buscar una promoción, aplicar para un mejor empleo, emprender un negocio, solucionar un conflicto, o también en la manera en que nos  relacionamos con los demás.

Por otro lado, las habilidades duras son más fáciles de definir y medir. Éstas son críticas y merecen mucha atención, pero con los cambios acelerados que el mundo ha experimentado en los últimos años las habilidades blandas han cobrado una gran importancia. Para la gran mayoría de la fuerza laboral, las habilidades sociales son la clave del éxito en el lugar de trabajo y una gran ventaja competitiva en el mercado. Las habilidades blandas son la fuente de una gran cantidad de poder que siempre está ahí oculta a la vista, un enorme depósito de valor a menudo sin explotar, un arma secreta para cualquier organización inteligente, equipo, líder o artista individual.

Por lo tanto, a continuación enunciaremos las seis habilidades blandas que son esenciales para competir exitosamente en el mundo de los negocios y para integrarlas a los perfiles de puesto de tu empresa:

1. Trabajo en equipo: Algunos empresarios son famosos por emprender negocios. Por ejemplo, Andrew Carnegie, pionero de la Revolución Industrial, ayudó con su visión y emprendimiento a desarrollar una industria completa: la industria del acero. Una de sus más famosas frases se refería a esta habilidad en los siguientes términos: “El trabajo en equipo es la capacidad de trabajar juntos hacia una visión común, la capacidad de dirigir los logros individuales hacia los objetivos de la organización. Es el combustible que permite a las personas comunes alcanzar resultados poco comunes”.

2. Pensamiento crítico: Esta es una de las habilidades blandas más solicitadas por las empresas en la actualidad, pues las compañías comprenden que los profesionales capaces de pensar de forma crítica pueden llevar innovación a las organizaciones, además de convertirse en solucionadores de problemas; no importa cuál sea el trabajo, los empleadores quieren candidatos que puedan analizar situaciones y tomar decisiones informadas. Ya sea que esté analizando datos y estadísticas, capacitando personal o arreglando un sistema eléctrico, el colaborador debe ser capaz de comprender los problemas y pensar críticamente e idear soluciones. Las habilidades relacionadas con el pensamiento crítico incluyen creatividad, flexibilidad y curiosidad.

3. Liderazgo: John Quincy Adams, diplomático y político estadounidense que llegó a ser el sexto presidente de los Estados Unidos, nos dejó esta frase en materia de liderazgo: “Si tus acciones inspiran a otros a soñar más, aprender más, hacer más y ser más, eres un líder”. Si bien no todos los empleos tienen un rol de liderazgo, la mayoría de los empleadores no sólo lo agradecen sino que están buscando, más que nunca, talento con esta habilidad, independientemente del puesto de trabajo. Poder tomar decisiones cuando se trata de resolver y empujar a otros pudiendo manejar situaciones y personas, se vuelve un recurso crítico para las empresas modernas. La capacidad de dar un paso al frente en una situación difícil y ayudar a resolverla es una de las habilidades mayor calificadas por los  empleadores y, sin duda, será una de las grandes ventajas competitivas en la próxima década.

4. Integridad: Alexander Asseily, fundador de Jawbone y famoso por popularizar las pulseras biométricas antes de la llegada de los relojes inteligentes, tenía este mantra: “En la era de la transparencia, la honestidad y la generosidad, incluso en forma de disculpa, generan buena voluntad”. Alexander se sumó a una tendencia donde un no negociable sobre el talento es su integridad. Esta habilidad o valor reflejado en los colaboradores, su puntualidad, el cuidado de los recursos de la empresa, completar las tareas de manera oportuna manteniéndose enfocados y manifestando en todo momento que son dignos de confianza, buscando así nunca tomar ventaja de la empresa o de sus compañeros.

Según un reciente artículo publicado en el prestigioso diario español El País, y tomando como fuente un informe de la consultora inglesa Maitlan sobre los valores de las principales compañías del Reino Unido en el año 2015, se destacaba que, excepto 17 compañías del FT100 (una selección de las 100 empresas británicas de mayor dimensión), todas mostraban en su página web los valores de la compañía. Dentro de los incluidos, la integridad era el valor que más veces estaba referido en sus comunicaciones (35% de las empresas lo incluían), seguido por respeto (29%) e innovación (24%). La integridad también se confirmaba como el más incluido entre los valores del grupo de empresas pertenecientes al sector financiero, ya que en 9 de las 17 compañías consideradas (53%) lo mencionaban.

5. Accountability (Responsabilidad personal): Adam Neumann, cofundador de WeWork, la empresa que comenzó en Nueva York en 2010 y ahora está en 56 ciudades en 18 países, ha revolucionando los espacios de oficina compartidos. Al respecto de la razón de su éxito, comentó en una reciente entrevista que: “Las personas son lo más importante. El modelo comercial y el producto seguirán si se cuenta con las personas adecuadas”.

Además, uno de los elementos más valorados por Adam es la responsabilidad personal, a la que podemos describir como el hecho de tomar posesión de los pensamientos, comportamientos, acciones y desempeño de uno mismo; alguien que ha desarrollado un alto nivel de responsabilidad personal es resistente, ingenioso y honesto. Es importante destacar que quien posee esta habilidad es una persona en la que se puede contar para llevar a cabo las actividades que se le pide, ya que las cumplirá a cabalidad. Son personas que tienden a mantener y contagiar  una actitud positiva en el equipo.

En el lugar de trabajo la responsabilidad personal es una habilidad vital que hay que poseer, y los empleadores  están muy interesados ​​en reclutar personas que sean altamente responsables.  Ellos harán el trabajo, o al menos harán su mejor esfuerzo. En pocas palabras, esta habilidad se trata de hacer lo que dices que vas a hacer. Al final, la rendición de cuentas genera confianza, lo cual es esencial en cualquier relación. Ser responsable de algo significa que estás dispuesto a hacer compromisos y a corresponder a tus propias acciones. “Sin responsabilidad la ejecución sufre; y la falta de responsabilidad puede tener un efecto de bola de nieve en todo el equipo y dañar significativamente los resultados de una empresa”.

6. Proactividad y actitud positiva: Ser proactivo -aunque muchos lo dan por hecho- es una habilidad que requiere de práctica y pericia, ya que la persona que quiere adquirir esta habilidad tiene que aprender a evaluar sus opciones, sopesar las alternativas y tomar sus propias decisiones para lograr sus objetivos. Ser proactivo significa anticipar problemas, buscar nuevas soluciones y dar lo mejor de uno mismo al resolver problemas cuando éstos aparecen. Por otro lado, ser reactivo involucra no querer cambios y hacer el mínimo esfuerzo en todo lo que se realiza, este comportamiento está influenciado generalmente por el entorno y fuerzas externas, aunque el colaborador puede decidir sumarse o contrarrestarlo.

Los empleadores siempre buscan personas que aporten una actitud positiva a la empresa.  Quieren empleados que sean amigables con los demás, con ganas de trabajar y, en general, que sea un placer estar cerca de ellos. Ser capaz de mantener las cosas positivas es especialmente importante si, además, se está laborando en un ambiente de trabajo acelerado y de alto estrés.

Estas 6 competencias son tan sólo una muestra de las habilidades blandas que han probado un mayor impacto al momento de escalar un negocio en cuanto al talento se refiere. Llevar estos rasgos impulsa a que el trabajo que se realice sea más eficiente, productivo y, por qué no decirlo, son los grandes promotores de la formación de una cultura de excelencia dentro de la empresa.  

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