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El futuro de la industria del tabaco… ¿Es sin humo?

Philip Morris, la mayor empresa tabacalera del mundo, busca abandonar la comercialización del cigarro tradicional hacia el 2030. Para ello, invierte en una nueva clase de productos que disminuyen los daños a la salud, ¿lo logrará?

México podría aspirar a ser un país libre de humo sin afectar a la industria tabacalera, después de años de debate público sobre los aspectos nocivos de esta sustancia. Y no precisamente con políticas prohibicionistas hacia los consumidores, sino por el impulso de productos alternativos (libres de combustión).

Philip Morris, la mayor tabacalera del mundo y propietaria de marcas como Marlboro, Delicados y Benson & Hedges, lidera esta iniciativa desde que, hace 15 años, se comprometió a ofrecer productos que disminuyeran los efectos negativos del tabaco.

No solo se trata de un tema de salud, sino de impulsar la investigación y el desarrollo en la industria para crear nuevas ofertas, así como fomentar un consumo responsable, aseguró para Líder Empresarial Catalina Betancourt, Vicepresidenta de Asuntos Externos de Philip Morris México.

Agregó que para el 2030 la compañía se fijó la meta de terminar la comercialización del cigarro tradicional. Para ese entonces los 15 millones de fumadores identificados en México accederían a un catálogo de productos menos dañinos.

Nuestra visión es clara: queremos transitar definitivamente del cigarro convencional a productos alternativos, sin combustión. Queremos que el cigarro sea una pieza de museo y que para el 2030 no se consuman más”, puntualizó la ejecutiva.

El salto a la innovación con IQOS

Para alcanzar el objetivo rumbo al 2030, Philip Morris desarrolló IQOS, un dispositivo electrónico que calienta el tabaco en lugar de quemarlo -lo que reduce significativamente la exposición a los tóxicos del humo-.

IQOS fue posible tras años de estudios y de una inversión que superó los siete mil millones de dólares, precisó Betancourt. Fue estrenado en Japón durante 2015 y hasta la fecha ha logrado que 18 millones de fumadores alrededor del mundo cambiaran el cigarro por este producto.

Actualmente, 24% de los ingresos de Philip Morris a nivel mundial provienen de esta marca, misma que se comercializan en 66 países. En los próximos cuatro años esperan llegar a 100 naciones.

Entre las principales características de IQOS, recalcó la ejecutiva, destaca que el aparato no sustituye al tabaco por otra sustancia: más bien, se vuelve una alternativa para fumadores adultos que disfrutan el sabor y la experiencia de su consumo. 

Cuenta con la autorización de la Administración de Medicamentos y Alimentos (FDA por sus siglas en inglés) de Estados Unidos para venderse como un producto de riesgo modificado, el cual reduce la exposición del cuerpo a sustancias químicas dañinas (o potencialmente dañinas).

Por último, al ser un dispositivo sin combustión también elimina el olor a humo y las cenizas para mantener un entorno favorable a los usuarios.

En cualquier caso, IQOS no es un producto libre de riesgo. Por eso insistimos, es un producto exclusivo para adultos fumadores que desean continuar consumiendo tabaco y nicotina”, precisó.

Si bien es el primer artículo de este tipo desarrollado a escala mundial por Philip Morris, la empresa explora opciones para crear un portafolio variado. Por lo pronto, descartó incursionar en el mercado del cannabis luego de las recientes regulaciones en México.

Sin regulación no hay mercado

A consideración de Catalina Betancourt, México puede convertirse en el primer país libre de humo, a través de una buena regulación que asegure la calidad del producto, brinde información oportuna e incentive la investigación: “En México las autoridades sanitarias han optado por una ruta prohibicionista que deja a los productos alternativos al cigarro en un limbo regulatorio”, sentenció Betancourt.

Esta situación orilla al consumidor a comprar en el mercado negro, ante la falta de información con respecto a su oferta, sus beneficios y sus limitaciones. A las empresas les presenta un escenario de incertidumbre jurídica, que dificulta la ejecución de procesos e inversiones:

Con una regulación clara para estos productos se protege a los menores de edad y a los no fumadores para que no tengan acceso a ellos; se protege a los fumadores adultos al ofrecerles información objetiva y se protege a los consumidores de estos productos, pues la vigilancia sanitaria permitiría asegurar la calidad de los mismos”, abundó. 

Destacó que en nuestro país existe una demanda creciente por productos alternativos. Como muestra, mencionó que más de 1.5 millones de usuarios consumen cigarros no convencionales.

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Una industria que no se salvó del COVID-19

Según comentó la vicepresidenta de Asuntos Externos de la compañía, el volumen de la industria tabacalera en 2020 se contrajo cerca de 13% durante la etapa del confinamiento que ocasionó la emergencia sanitaria. En tanto, el INEGI reportó que el ramo “Industria de las bebidas y del tabaco” mostró siete meses de contracción en su actividad.  Los meses de abril y mayo fueron los de mayores pérdidas para la industria tras caídas de 38.1% y 38.6%, respectivamente (frente al mismo periodo del 2019).  

No obstante, Betancourt señaló que, durante el primer trimestre del 2021, el sector ha mostrado una recuperación impulsada por otros segmentos de la industria de consumo masivo.

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