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El fin del mundo sólo ocurrirá una vez: Parte II. La oportunidad que pocos tomaron

Por Walter Buchanan, CFA director de inversiones y socio de SaveNest

El 16 de marzo se publicó «El fin del mundo sólo ocurrirá una vez: La oportunidad para invertir«, uno de los principales índices accionarios de Estados Unidos, donde cotizan las principales empresas del país, el S&P500 se había desplomado más de 29% a esa fecha.

El miedo reinaba las emociones de todos, prensa y gente de a pie, y se comparaba el suceso con el crash de 1987; sin embargo, a pesar de que en 1987 se vio una caída de más del 20% en un solo día, el mercado bajista de este año se gestó en una velocidad récord de 16 días; claro, por un evento que no había ocurrido en más de 100 años, la pandemia.

En el artículo del día 16 de marzo, algunos se preguntaban si en medio del pánico y el miedo podría darse una oportunidad para invertir en los mercados, inclinándose a pensar que sí -incluido yo-; conociendo los límites de hacer una declaración de este tipo ya que nadie puede ver el futuro. La realidad es que un componente muy importante de invertir es lidiar con la incertidumbre, siempre presente en los vaivenes del mercado, y que en sucesos históricos que generan pánicos la incertidumbre se dispara.

Dos meses y medio después vemos el triunfo de los optimistas (hasta ahora), pues aquellos que veían oportunidad y actuaron (invirtieron, compraron), hoy se han visto favorecidos por los movimientos (no sobra decir salvajes) de Mr. Market, pues aunque el mercado siguió cayendo unos días, caída que representó de pico a mínimo casi 35% (se perdió más de la tercera parte del valor del mercado en pocos días), abril fue el mejor mes para las inversiones en acciones de Estados Unidos de los últimos 33 años.

Del mínimo de marzo al cierre de mayo, el S&P500 lleva una recuperación de 35% (aún no recupera toda la caída por la asimetría que hay cuando una inversión cae; si de 100 baja a 50, ha caído 50% más para recuperarse a 100 tendría que subir 100%, en este caso el mercado tendría que subir ≈50% ), y desde que se publicó la Parte I de este artículo -repito, sin darme atributos de profeta, gurú ni nada del estilo- ha subido ≈27%.

Sin duda, hemos estado viendo pasar la historia frente a nuestros ojos, y las locuras de Mr. Market no se han limitado a los mercados de Estados Unidos, sino que dado que la pandemia ha afectado a todo el mundo, hemos visto desbalances a lo largo del globo: el peso-dólar se fue de ≈$18.60 a más de $25.00, los precios de contratos futuros de petróleo se fueron primero de $50 a $0 para que después sucediera algo que jamás había sucedido: se negociaron a precios negativos; otras bolsas como la nuestra, el IPC también sufrieron caídas drásticas de más de 20% (y no han tenido tanta suerte como las de Estados Unidos para recuperarse) y aún nadie sabe (ni sabrá) cómo terminará por desenvolverse el asunto de la pandemia, si habrá o no una segunda o hasta una tercera ola, y la intensidad y la duración de las mismas, así como su afectación económica.

Muchas personas tuvieron la inquietud hace unos meses de si en verdad era oportunidad de invertir, pero de entre ellas sólo unas pocas tomaron acción, pues lo cierto es que pocas tienen las agallas de lidiar con la incertidumbre que conlleva invertir, aunque sean más las que tengan capacidad (recursos) para hacerlo.

Hoy persiste la pregunta ¿es buen momento para invertir? -a manera de ironía-, hace 8 días escribí el artículo “¡No es momento de invertir! Y nunca lo ha sido, según los expertos…” con la intención contraria de hacer notar que tal vez siempre es momento de invertir, siempre que tengamos la capacidad y los recursos de hacerlo, siempre que tengamos una buena estrategia acorde con nuestro estómago, nuestros nervios y nuestro horizonte de inversión, siempre que estas inversiones nos permitan dormir tranquilos (aunque también es cierto que las inversiones que más ganan siempre nos tendrán un poco inquietos), siempre que nuestra estrategia esté bien diversificada.

A esto agrego que el mejor desempeño del mercado en el pasado ha surgido de cuando se está en medio de recesiones económicas, recordemos el mundo se encuentra en una recesión ahora (aunque aún faltan los datos del segundo trimestre para hacerlo oficial), quizá porque el mercado de valores es un indicador adelantado. Si las cosas fueran tan fáciles como invertir una vez que pasaran las recesiones, todo el mundo lo haría.

Y estoy seguro de que nuevamente habrá muchos interesados y pocos que lleven a la acción un plan para invertir, y esto puede ser porque tristemente en nuestro país, aunque hay gente que tiene recursos (y ya no se necesita ser millonario para invertir), poca gente invierte y poca gente ha invertido, esto quizá porque hay muchos mitos, como que en bolsa se pierde todo, historias de terror donde gente ha sido defraudada (que al final, en realidad nunca invirtieron en mercados organizados sino estafas tipo Ponzi), y puede ser difícil encontrar un asesor que merezca nuestra confianza que nos ayude a navegar por los mares complejos y emocionales de invertir.

Tal vez ahí radica la solución, tal vez hay muchas más personas que tienen las agallas para lidiar con la incertidumbre y beber del mismo cáliz que los optimistas, el cáliz del fruto de las inversiones en mercado de valores, que ha sido quizá la máquina creadora de riqueza más grande que haya visto la humanidad (desde un punto de vista global claro); tal vez el punto radique en hacerlo la primera vez pues, como dicen, la primera vez es la más difícil.

Recordemos que tampoco es obligatorio estar invertido 100% en riesgo, pero diversificar una parte, con la estrategia adecuada y el horizonte de inversión correcto, tenemos altas probabilidades de beneficiar nuestro patrimonio. Y pues si no perdemos el miedo, siempre seremos víctimas de la inflación, el asesino silencioso que día a día, de poco en poco, hace que nuestro patrimonio sin invertir valga menos.

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