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El ferrocarril: un patrimonio aguascalentense

Por Germán Rebolledo

Hace más de un siglo que llegaron los ferrocarriles a Aguascalientes con el objetivo de conectar la entidad con el centro y norte del país. A finales de 1800, se decidió cimentar en la ciudad los Talleres de Construcción y Reparación de Máquinas y Material Rodante; siendo uno de los  proyectos más importantes del país.  Este ámbito generó en el estado cerca de siete mil empleos y fue un eje primordial de la industrialización que transformaría la vida económica y cultural de Aguascalientes. En 1903, se concluirían los trabajos de construcción de este centro de mantenimiento y construcción.

Uno de los edificios más emblemáticos de Aguascalientes es la gran estación de ferrocarriles que adorna la ciudad,  misma que fue producida por el ingeniero italiano,  G. M. Bosso, concluyendo la obra en 1991 y dando muestra de que la tradición ferroviaria ha acompañado a los aguascalentenses desde siempre.

Este martes se inauguraron en el Museo Ferrocarrilero, las exhibiciones Morse: «el telégrafo en el ferrocarril y Arturo Muñoz», y la exposición  «ceramista: Un ferrocarrilero después del ferrocarril». Ambas exposiciones cuentan con un gran valor patrimonial , ya que se relacionan con un símbolo hidrocálido como lo es el ferrocarril, a través de dos ópticas el tema del ferrocarril, considerado uno de las pertenencias que trasciende en la memoria colectiva de la entidad.

La exhibición Morse, el telégrafo en el ferrocarril, muestra a través de la exposición de instalaciones, fotografías, objetos y documentos históricos originales de la época de los Talleres del Ferrocarril en Aguascalientes, así como del periodo de trenes de pasajeros, detallando características de los personajes y el funcionamiento de las oficinas telegráficas en Aguascalientes.

Para estos proyectos, se seleccionaron de forma minuciosa  objetos que fueron prestados por la Asociación de Amigos del Ferrocarril de Aguascalientes, dentro de las que se incluyen los originales de las órdenes telegráficas con las que se condujo la última corrida del tren no. 32, durante su trayecto de Aguascalientes a Felipe Pescador, Zacatecas, el 31 de marzo de 1931.

En lo que respecta a la exposición Arturo Muñoz, ceramista: un ferrocarrilero después del ferrocarril, es una exhibición de 15 piezas de cerámica de alta temperatura elaboradas y de la colección privada del ex ferrocarrilero, quien además actualmente se desempeña como docente del taller de cerámica de alta temperatura en el Centro de Artes y Oficios del ICA.

Museo Ferrocarrilero: Plaza de las Tres Centurias, Calle 28 de Agosto S/N, Barrio La Estación, 20259 Aguascalientes, Ags.

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