Icono del sitio Líder Empresarial

El empresariado frente al poder hoy

Hay que entender que en México se cuenta con un sistema político añejo, diseñado en un principio para mantener la hegemonía de forma vertical. Así, mediante una férrea disciplina y un presidencialismo que todo lo podía y se constituía como dador de fuerza, recursos y asignación de porciones de poder, se designaban funciones terrenas, títulos nobiliarios y rebanadas de pastel a los hijos predilectos, quienes no tenían más méritos que la dadivosa y graciosa potestad.

La empresa mexicana, aun en un escenario adverso, florecía al amparo de una protección comercial exterior. Al desenvolverse en un ambiente de fronteras protegidas y con un mercado cerrado, el sector empresarial crecía y se enriquecía sin competencia internacional. En ese tiempo, se enfrentaba a una situación de poca competitividad y complicidad: por una parte, el gobierno protegía; por la otra, obsequiaba a los empresarios un escenario poco estimulante (sobre regulación, impuestos, poco crédito, hiperinflación, incertidumbre jurídica, marco legal anticuado, corrupción, control sindical y una ley federal del trabajo sobreprotectora), el cual los hacía ir en picada.

Era una relación con saldo negativo para el empresariado, patológica, con poca o nula comunicación y basada en ideologías nacionalistas, revolucionarias y populistas. Los empresarios eran vistos no solo con desdén, sino también con desprecio, como si fueran un mal necesario. Luego, pasaron al otro extremo con el neoliberalismo y se les despojó de golpe de toda protección, dejándolos en la orfandad, débiles y moribundos frente a las libres fuerzas del mercado. Este hecho desgarró a la mayoría de las mipymes, pues solo se privilegió a las grandes compañías y a aquellas que estaban bajo la dirección de los consentidos del régimen en turno.

Conquistas

Ante el poco interés de la clase gobernante, el empresariado tenía que arreglárselas como pudiera. Con este antecedente, llega de manera muy forzada el nacimiento de una incipiente, frágil y vulnerable democracia. Los empresarios, junto con otros luchadores sociales y grupos políticos disidentes del gobierno, siempre impulsaron iniciativas de tipo ciudadano por su propio interés económico, pero también por su acendrado espíritu cívico.

Las cámaras empresariales y el sindicato patronal estimulaban una agenda de cambio desde la cúpula empresarial hacia el poder; una tarea nada simple, ya que la soberbia gubernamental no privilegiaba el diálogo ni el consenso. Quien osara desafiar al poder político, podía perder incluso la vida; un ejemplo doloroso de ello aconteció en Monterrey, donde uno de sus líderes más representativos, en tiempos de Echeverría, fue asesinado. Había niveles de presión y control, a veces solo bastaba mandar una auditoría de hacienda para tranquilizar a los rijosos que buscaban defender algún derecho… era una actividad peligrosa ser un ciudadano participativo; pero solo así y por la valentía de muchos, se forjaron las primeras instituciones empresariales de representacióny defensa de derechos. En su inicio y durante su desarrollo, no han estado exentas de rispideces; ya en la actualidad dependen del político; sin embargo, los cabildeos son cada vez más efectivos, aunque aún les falta mucho por recorrer.

Con el advenimiento del PAN al poder, se esperaba el desmantelamiento del viejo sistema priista y más avances en la relación empresa-gobierno; no obstante, el partido blanquiazul privilegió dicho sistema e incluso dejó a algunos de sus protagonistas como líderes sindicales y funcionarios. Parecía increíble ver a dinosaurios priistas trabajando con panistas en una secretaría o una delegación federal, lo cual terminó por gestar el mote PRIAN, pues era bastante evidente que entre ambos partidos existían acuerdos.

De esta manera, las instituciones siguieron intactas y débiles, diseñadas para sobrellevar las cosas, no para transformar; la corrupción bajó, pero no desapareció y la debilidad estructural desalentó a los testigos y partícipes del cambio. Aunado a esto, el empresariado miraba receloso como algunos de sus miembros se incorporaban al gobierno con buena voluntad, convirtiéndose en buenos administradores y pésimos políticos. Así, fueron pocos los adelantos.

Propuestas

No se puede esperar a que una agenda empresarial salga del gobierno, pues esta debe ser transparente, clara. Para ello, es necesario comenzar a trabajar de manera organizada, sin importar quien llegue al poder. La cohesión y solidaridad entre empresarios tendrá que incrementarse, solidificarse, para crear un verdadero diálogo, consenso y cabildeo (sin sobornos) con las autoridades, lo cual permitirá compartir una agenda de intereses en común.

Dicha agenda replantearía temas como la reforma laboral, fiscal, energética, burocrática en trámites de apertura y gestión de nuevos negocios, estímulos al empleo, seguridad patrimonial y de vida, seguridad y estabilidad de las inversiones, crédito, innovación y avances en educación, mejores salarios, empleos de más nivel, fomento del mercado interno, elevación de la capacidad y calidad de compra de los trabajadores, mayor generación de compañías, estímulo para el desarrollo de proveedores, creación de cadenas de valor, privilegio a la inversión y consumo local.

Hoy, también algunos empresarios están en la realidad “independiente”, la cual plantea tanto esperanzas como riesgos; pero sobre todo alternativas viables de acceso al poder no exentas de amenazas. Por ejemplo, en el estado con un modelo sui generis denominado Conciencias de Aguascalientes, se han logrado obtener resultados extraordinarios de una cosecha de diez candidatos independientes (seis para la alcaldía y cuatro diputados), que ya lograron cumplir con los cuasi insalvables obstáculos puestos por partidos políticos y gobierno.

Sin embargo, esta ola no está libre de ser contaminada por los partidos y algunos políticos de dudosa reputación o espontáneos, quienes no tienen una clara agenda ciudadana y son guiados por el apetito de poder o por necesidad biológica de proteger a la prole y heredar a la población su secuencia genética (como sucede con los junior, quienes de forma independiente o partidista buscan el poder por el poder mismo).

La sociedad y la empresa deben retomar su papel de incubadora de ciudadanos y proponer iniciativas de evaluación del desempeño gubernamental, como por ejemplo, la reelección de representantes populares en todos los niveles. Se debe dejar claro que quien quiera hacer carrera política tendrá que atenerse a sus resultados y al juicio de sus electores.

Así pues, el empresariado no puede renunciar a su papel histórico dentro de la sociedad y debe reasumirlo con valentía, firmeza y compromiso. Esto dependerá de que cada uno se manifieste como un ciudadano responsable de sus actos y un partícipe activo.

Salir de la versión móvil