Las voces de los historiadores y del archivo histórico del estado, coinciden en que el 15 de septiembre de 1933, es una fecha que jamás será olvidada por una ciudad capital en pleno desarrollo y por algunos de sus pobladores. El día en que San Luis Potosí se hundió bajo el agua.
El territorio que hoy conocemos y que forma parte de una de las zonas metropolitanas más importantes del centro del país, era muy diferente a lo que se conocía en ese entonces. Casi la totalidad de sus pobladores habitaba aún en los barrios tradicionales de la capital.
Los límites de la ciudad hacia el poniente eran las huertas del barrio de Tequis, al norte el barrio de Santiago y Tlaxcala marcaban los límites, al sur San Juan de Guadalupe y al Oriente las vías del ferrocarril aún en movimiento.
La lluvia era incesante
Los reportes de la época indicaban que las fuertes precipitaciones de los días 14 y 15 de septiembre de 1933, habían dejado a la ciudad bajo el resguardo de sus hogares, sin embargo, ello no frenó los preparativos para el tradicional Grito de Independencia desde Palacio de Gobierno.
Poco antes de las 23:00 horas, con una plaza de armas medianamente concurrida, instantes antes del acto solemne, voces a lo lejos comenzaron a gritar “¡se reventó la presa!”, lo cual alertó a los asistentes.
Se trataba de la presa “La Constancia” que derivado de su poca capacidad de almacenamiento, había cedido ante la presión del gran flujo de agua que provenía de la presa de San José y del afluente del aquel entonces Río Santiago.
Los primeros en sufrir el golpe de agua fueron los habitantes de la fracción de Morales, en seguida los de Santiago y siguieron Tlaxcala, el montecillo y Soledad. Santiago y Tlaxcala fueron los barrios que más sufrieron el embate porque a ellos les llegó el agua con todo lo que venía arrastrando de Morales.
Al día siguiente las escena era devastadora, pues relatan que la mañana del 16 de septiembre de 1933, la ciudad (en esa época con pocos kilómetros cuadrados) quedó sumergida en sus zonas más bajas y destruida con los inmuebles que el agua encontró a su paso.
De acuerdo a los archivos históricos, una gigantesca ola que se formó al romperse la cortina de la Presa dejó escapar de un solo golpe lo equivalente a 6 millones de barriles de agua. ¿Qué daños ocasionaría un incidente como este en nuestros días?