Por Carlos de la Rosa
Contar con un “clúster natural” sólido es tener la capacidad como comunidad para ser autosuficientes gracias al intercambio de servicios vecinales. Esta práctica permite que la derrama por el consumo se mantenga en una misma zona, volviéndose una fuente primaria de ingresos para todos sus pobladores y un elemento clave para la integración del tejido social.
El desabasto que enfrentan las cadenas de supermercados en Aguascalientes (producto de las compras de pánico por el COVID-19) ha permitido que muchas colonias donde el comercio minorista es el principal motor económico resulten beneficiadas. Zonas que, mediante esfuerzos en conjunto, están proveyendo a la sociedad de todos los insumos necesarios para hacerle frente a la pandemia, incluso los más demandados que escasean en los supermercados.
Nos dimos a la tarea de visitar algunas de estas comunidades. En este artículo mostraremos el caso particular de “La España”, una colonia que se caracteriza por ser un punto importante de comercio minorista al sur de la ciudad, donde se distribuyen todo tipo de productos y servicios: alimentos, artículos de limpieza, medicamentos, papelería, además de un sinfín de oficios.
Apenas a unos metros de esta zona se encuentra el centro comercial Velaria Mall, donde hay un Walmart que tiene agotado el gel antibacterial y escasea de varios alimentos como carnes frías, pastas, frijoles, arroz y sopas instantáneas.
Sorprendentemente, la realidad de la colonia España es totalmente diferente a la de su colindante centro comercial. De hecho, algunos locales de esta zona tienen excedentes de productos, pues sus principales clientes eran restaurantes y otros negocios comerciales que por el momento se encuentran cerrados.
Empleados de la “Farmacia Aguascalientes”, uno de los establecimientos con mayor demanda en el fraccionamiento, comparten que en un inicio la situación los tomó por sorpresa, enfrentándose a compras de pánico y un desabasto por alrededor de cuatro días. Sin embargo, tras la experiencia la farmacia se ha adaptado para abastecerse inmediatamente de todos los productos necesarios:
“Estamos abasteciendo constantemente de productos de uso doméstico como cloro y pinol. También paracetamol y antigripales que la gente busca (…) Sabemos que esto es eventual, no podemos comprar mucho porque corremos el riesgo de quedarnos con mucha mercancía y si nos quedamos con mucho y vendemos barato pues perdemos utilidad. Lo que tratamos es abastecer como nos lo va pidiendo la gente”,
comentan los trabajadores.
Leticia, dueña de Semillas y Granos “NACHO”, comenta que la demanda de productos como arroz y granos de cereal ha crecido de manera importante. Sin embargo, su negocio sigue plenamente abastecido: “Antes llevaban a lo mucho un kilo o dos; ahora es entre cuatro o cinco kilos por persona. Vienen más seguido por estos productos, así como por papel, aceite, enlatados y lo que dicen que puede aguantar más tiempo en su casa”, comenta la emprendedora.
Varios locatarios afirman que el nivel de venta no ha disminuido, pero en algunos casos se han visto mermados puesto que otros establecimientos ahora cerrados eran sus principales consumidores. Tal es el caso de las tortillerías de la zona, cuyo mayor mercado son taquerías y restaurantes cercanos.
José Antonio Padilla Gutiérrez, dueño de una carnicería de esta colonia, decidió desarrollar una estrategia de reparto de carne a domicilio, implementando medidas de salud más estrictas en su local. Esto le ha permitido lograr una venta mayor a la habitual, pues considera que muchas personas tienen miedo de quedarse con desabasto de comida:
“En realidad no ha cambiado mucho la venta del producto. Hasta ahorita no me ha pegado la falta de venta a taqueros o restaurantes porque incluso les distribuyo carne a señoras que venden gorditas y tamales. Pero si a ellos les pega pues a mí me pega también y por supuesto a los empleados pues vamos a tener menos trabajo”.