En la década de los 80 solo era una canción, pero hoy más que nunca es necesario que te preguntes qué vas a hacer cuando seas grande. Y si tu respuesta es crear un negocio, esta es una opción.
Actualmente, por cada persona productiva en Aguascalientes hay ocho adultos mayores dependientes. De acuerdo con las proyecciones del Consejo Nacional de Población (Conapo), esa proporción se duplicará, al pasar de 0.7 en 2010 a 1.4 por cada 100 habitantes en 2030.
“Y si tú te vas para atrás, las proyecciones que se hacían para estos años ya se rebasaron completamente”, señala Fabiola García, gerontóloga y directora del Centro de Día Costa du Rels.
Las cifras, dice, indican que las necesidades en materia de salud y desarrollo cambiarán. Y ni el sector público ni el privado tienen infraestructura, personal, productos y servicios para hacerles frente.
“Es un área que es muy poco explorada y a la que nadie le quiere entrar porque es un paquete enorme. Y conforme vaya avanzando, los servicios de salud se pueden saturar porque la pirámide poblacional está invirtiéndose”, advierte.
Una de las alternativas de negocio son los centros de día. A pesar de que el modelo es poco conocido en el país, y aun busca cómo subsistir, estas guarderías para abuelitos podrían ayudar a “que la capacidad funcional dure el mayor tiempo que se pueda. Y para eso necesitas estar constantemente en convivencia social. Si tú te limitas socialmente, vas a tener un retroceso, como los niños”.
En el estado solo las estancias del sistema DIF cuentan con este servicio, pero su atención se limita a personas que pueden valerse por sí mismas y, aun así, tienen listas de espera.
Costa du Rels es, hasta ahora, el único centro de día privado. Además de recibir personas con demencias u otras discapacidades, atiende a adultos funcionales brindándoles, tanto en sus instalaciones como en sus respectivos domicilios, terapias físicas, ocupacionales, talleres de capacitación y convivencia con personal capacitado.
Un sistema como este “previene un deterioro físico porque no los tienes ahí sentados en tu casa, nada más esperando a ver qué pueda pasar, sino que los tienes activos todo el tiempo y así previenes demencias y depresión”, asegura la gerontóloga.