A partir de 1990, con la primera medición del Índice de Desarrollo Humano (IDH) por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), los tomadores de decisiones reorientaron su atención hacia el desarrollo enfocado en el ser humano y a la generación de estrategias que propicien el progreso de las sociedades (PNUD, 2010).
Desde entonces, alcanzar la añorada promesa del desarrollo humano se ha convertido en el reto más ambicioso para gobiernos, organismos multilaterales y miembros de la sociedad civil. Todos estos actores se han propuesto dar respuesta a este desafío a través de Estados más democráticos, políticas fiscales y tributarias más robustas, así como agendas globales basadas en los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM) o en los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS).
En México, los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la Agenda 2030, han marcado como lema “No dejar a nadie afuera y no dejar a nadie atrás”. Sin embargo, la última lectura del IDH estatal del PNUD reporta que contamos con estados como la CDMX con 0.897/1 (índice semejante al de Italia) y estados con 0.700/1 como Chiapas (muy cercano al de Gabón en África).
La brecha entre municipios es mayor: la Alcaldía de Benito Juárez en la CDMX presenta un Desarrollo Humano de 0.944, como Australia (noveno mundial); en el otro extremo, Cochoapa el Grande en Guerrero, un índice de 0.420 semejante a Burundi (lugar 185 entre los 189 países evaluados).
Al ritmo promedio de crecimiento observado, a Cochoapa el Grande le llevará 119 años alcanzar a Iguala (la capital del estado de Guerrero) y 154 años lograr el desarrollo humano de la Alcaldía de Benito Juárez, (la demarcación con el IDH más alto del país). Uno apenas en el Siglo XIX y el otro en pleno Siglo XXI, esa es la diferencia.
En el caso de los estados de la Región Centro Occidente, tenemos que:
- A Calvillo, el municipio más atrasado del estado de Aguascalientes, (básicamente por su rezago educativo) le tomará 15 años alcanzar los niveles de Desarrollo Humano de Aguascalientes capital.
- A Pinal de Amoles, el de mayor atraso en el estado de Querétaro, requerirá 17 años para alcanzar el nivel del municipio de la Corregidora, el más avanzado en la entidad queretana.
- Aumenta a 29 años el plazo para que el municipio de Jiménez del Teul dé alcance al municipio capital de Zacatecas.
- 36 años le tomará a Xichú (el municipio más remiso de Guanajuato) lograr el IDH de Celaya, el mejor calificado en ese estado.
- Al municipio potosino de Santa Catarina, le tomará 39 años alcanzar el índice de la capital de SLP.
- Al ritmo actual de desarrollo, en 141 años Mezquitic alcanzará al municipio de Zapopan, Jalisco (es decir, hasta 2162).
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La pandemia de coronavirus podría hacer retroceder por primera vez (desde el año 1990) el desarrollo humano global, calculado como una combinación de factores educativos, sanitarios y de condiciones de vida, señaló un del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD).
Además, señala que los retrocesos en elementos básicos del desarrollo humano ya están en marcha en la mayoría de los países, ya sean ricos o pobres.
- Las estimaciones para este año apuntan a una caída de 4% de la renta per cápita mundial.
- 60% de los menores no han recibido ningún tipo de educación, lo que sitúa la desescolarización global a niveles inéditos desde la década de los ochenta del pasado siglo.
- El triple impacto a la salud, a la educación y a los niveles de ingresos provocado por el COVID-19 puede alterar el desarrollo humano.
El Programa de la ONU llama a la comunidad internacional a invertir rápidamente en la capacitación de los países en desarrollo para seguir estos pasos:
- Proteger los sistemas y servicios sanitarios.
- Mejorar la protección social.
- Proteger los empleos, a los trabajadores del sector informal, a las pequeñas y medianas empresas.
- Aplicar políticas macroeconómicas que beneficien a todas las personas.
- Promover la paz, la buena gobernanza y la confianza para reforzar la cohesión social.
Esta crisis muestra que, si no somos capaces de integrar la equidad en nuestras políticas, muchas personas quedarán atrás. Esto cobra especial relevancia en el caso de las ‘nuevas necesidades’ del siglo XXI, como el acceso a internet, la teleeducación, la telemedicina y el trabajo desde casa. La aplicación de medidas centradas en la igualdad tendría excelentes resultados a partir de cerrar la brecha digital en los países de renta media y baja, que solo costaría 1% de los paquetes de estímulo fiscal aprobados en todo el mundo hasta el momento, como respuesta al COVID-19.