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El arte de la guerra en los negocios

Por: José Ángel García López, responsable de Capital Humano en Aceves Spirits

Preparamos a nuestros mejores empleados en el uso de información, herramientas y habilidades directivas en tácticas del día a día; no obstante, en muchas ocasiones, descuidamos el núcleo en cualquier guerra (que no es otro que la estrategia).

Hace dos mil quinientos años, el general chino Sun Tzu escribió un pequeño libro, El arte de la guerra, que resumía de una forma casi litúrgica los entresijos de la estrategia militar. Como manual de guerra, no ha podido ser superado y se sigue estudiando en todo el mundo.

Sun Tzu generó modelos de predicción para cada situación concreta en un conflicto. Esa herramienta llegó a nuestros días como un valioso libro que puede ayudar a las empresas a evitar errores, gestionar el cambio constante y fluir dentro de entornos inciertos.

Los secretos del éxito en cualquier modelo de conflicto y posicionamiento tienen que ver con dos conceptos básicos (que solemos obviar de manera equivocada):

Ser un estratega

Las malas decisiones son palos en las ruedas de los equipos y la falta de estrategia es un freno al liderazgo de los equipos de alto rendimiento.

Es por eso que el actual guerrero de la dirección y la gerencia debe tomarse el tiempo preciso para construir una estrategia de éxito. Ese manual de ruta puede ser usado como modelo y ejemplo para avanzar de manera sostenida en el mundo moderno.

Ser un estratega significa estudiar en profundidad las situaciones y los acontecimientos, así como elaborar planes, opciones y modelos predictivos que nos permitan transcurrir en el mundo empresarial con el menor número posible de bajas y de pérdida de recursos. La estrategia trata de un modelo muy concreto: el de la excelencia.

Ser un estratega significa vivir de manera constante en un océano azul de eficiencia y adelantarnos a los movimientos del entorno.

El arte de la guerra de Sun Tzu nos soluciona cuestionamientos sobre nuestros clientes y sobre la competencia. Define la asignación de recursos de una forma casi milimétrica e impacta en las cuentas de la empresa hasta el punto de convertirnos en visionarios de todo aquello que genera beneficios.

De hecho, en El arte de la guerra se nos enseña lo más sustancial de cualquier entorno bélico: la mejor opción en cualquier conflicto es precisamente evitarlo. Convertimos así nuestra estrategia en una diferencia: la ventaja competitiva.

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