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El arte abstracto está de luto: fallece el pintor zacatecano Manuel Felguérez

El arte abstracto está de luto: fallece el pintor zacatecano Manuel Felguérez

Zacatecas despertó con un anuncio desolador, falleció a los 91 años de edad, en la Ciudad de México, uno de sus hijos más queridos, el pintor Manuel Felguérez. El sentimiento se esparció en silencio por las calles de la capital e hizo dirigir el pensamiento hacia el museo que lleva su nombre, al menos su esencia continúa omnipresente. En cada espacio donde se haya erigido una escultura o se expuso un cuadro, permanecerá el susurro abstracto que tuvo a bien iniciar en Zacatecas.

Hijo legítimo del arte

Manuel Felguérez nació en 1928 en Valparaíso Zacatecas, justamente en la Hacienda de San Agustín Vergel. Su vocación artística, según explicó en una entrevista que realizamos en octubre, apareció de manera repentina y se afianzó con el tiempo. A lo largo de su trayectoria se cuentan más de 3 mil obras y desde el siglo pasado es uno de los artistas mexicanos con mayor proyección a nivel mundial.

“Hubo un momento en el que no era artista, sino artesano. Por razones de subsistencia, produje artesanía para sobrevivir. Hacía juguetes, figuras abstractas y otras cosas. Hoy no le dedico todo el tiempo al pincel; soy investigador, catedrático y estudiante. No dejo de aprender”, precisó en el momento.

En Europa, estudió en la Gran Academia de Chaumiere, ahí conoció a Ossip Zadkine quien influyó en la definición de un estilo propio y con carácter; mismo que lo llevó a posicionarse como uno de los pintores favoritos en el mundo de las artes mexicanas, donde convivió con uno de los modernistas más emblemáticos, Rufino Tamayo y escritores importantes como Octavio Paz y Juan García Ponce.

Su partida, sin duda, no sólo produjo un abismo en el arte mexicano, ni siquiera en todo el arte abstracto, lo hizo en todos aquellos que se aproximaron a su obra, en los que tuvieron su primer acercamiento al arte en algún espacio abierto o cerrado, en quienes visitan la Alameda en la capital zacatecana, en las salas de su museo, en los ojos que dedicaron un instante a descubrir las imágenes que se formaban en los sólidos y se toparon con la contemplación de un propósito mayor.

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