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El Apunte: Seguridad y secuelas en México ante el COVID-19

De acuerdo con los resultados del vigésimo sexto levantamiento de la Encuesta Nacional de Seguridad Pública Urbana (ENSU), realizada por el INEGI en la primera quincena de diciembre de 2019, durante ese mes 72.9% de la población de 18 años y más consideró que vivir en su ciudad es inseguro, cifra menor a la de  73.7% registrada un año atrás en diciembre de 2018.

Aguascalientes presentó una percepción de inseguridad urbana del 57.6%, lo que para la ENSU la convierte en la ciudad con menor inseguridad del Centro-Occidente del país. La ENSU cuenta con una periodicidad trimestral e incluye los siguientes conceptos relevantes: Sensación de inseguridad por temor al delito (percepción); Expectativa social sobre la tendencia del delito (percepción); Atestiguación de conductas delictivas o antisociales (conocimiento); Cambio de rutinas por temor a ser víctima del delito (experiencias); Percepción del desempeño de las policías Preventiva Municipal, Estatal, Federal, Guardia Nacional, Ejército y Marina, así como autoridades de seguridad pública; Conflictos y conductas antisociales (existencia); y Desempeño gubernamental (percepción).

Y del trimestre IV (diciembre 2019): Hogares víctima o con algún integrante víctima (victimización); Personas víctimas de actos de corrupción por autoridades de seguridad pública; y Acoso personal y violencia sexual (victimización).

La percepción de inseguridad es intersubjetiva, es decir, es una percepción colectiva medida a partir de un marco muestral bien calculado, es real si sus consecuencias son reales, tales como el nivel de bienestar, la valoración de la calidad de vida, la satisfacción personal y el ánimo de inversión o emprendimiento, por ejemplo, que tanto se requerirá durante y después de la contingencia por la pandemia del coronavirus.

Los datos reales es que a nivel nacional, 35.3% de los hogares informantes contó con al menos una víctima de robo y/o extorsión durante el segundo semestre de 2019. En cuanto a víctimas de actos de corrupción por parte de autoridades de seguridad pública, durante el segundo semestre de 2019 se estima que 14.6% de la población de 18 años y más tuvo contacto con alguna autoridad de seguridad pública, del cual 48.3% declaró haber sufrido un acto de corrupción por parte de éstas.

Cabe destacar que la percepción de inseguridad siguió siendo mayor en el caso de las mujeres con 77.2%, mientras que en hombres fue de 67.8 por ciento.

En lo referente a la percepción de inseguridad en espacios físicos específicos, en diciembre de 2019, 81.6% de la población manifestó sentirse insegura en los cajeros automáticos localizados en la vía pública, 74.3% en el transporte público, 68.9% en el banco y 65.3% en las calles por las que habitualmente transita.

La sensación de inseguridad por temor al delito y las expectativas que tiene la población sobre la seguridad pública, se generan por la influencia de diversos factores, como la atestiguación de conductas delictivas o antisociales que ocurren en el entorno donde se desenvuelve la población. Asimismo, el temor al delito puede hacer cambiar las rutinas o hábitos de la población, así como la percepción que se tiene sobre el desempeño de la policía.

La población de 18 años y más según la existencia de motivos que generan conflictos o enfrentamientos, durante el tercer y cuarto trimestres del 2019, a nivel nacional fue de 34.1 y 32.1% respectivamente, mientras que en Aguascalientes fue de 32.2 y 44.5% respectivamente. En estos casos sí existió un cambio estadísticamente significativo con respecto del trimestre anterior.

Sobre la efectividad del gobierno de la ciudad para resolver las principales problemáticas detectadas, Aguascalientes se encuentra en el rango de 30.0 a 39.7% de efectividad, que a pesar de ser baja, se convierte en una de las más solventes del vecindario regional; las ciudades con mayor porcentaje en dicha percepción fueron: Piedras Negras (62.4%), Saltillo (56.6%) y General Escobedo (50%). Mientras que las ciudades con menor porcentaje de percepción de efectividad para resolver problemas fueron: Juárez (5.6%), Tonalá (10.6%) y Ecatepec de Morelos (14.5%).

Situación semejante se da en cuanto a experimentar actos de corrupción por alguna autoridad de seguridad pública, Aguascalientes se encuentra en el rango de 30.2 a 43.6%, contra el 48.6% nacional. Además, una cifra superior a un tercio de los hogares aguascalentenses reportó que algún integrante de su hogar fue víctima de algún robo por solo 7% de extorsión.

La pandemia de la COVID-19 va a tener un fuerte impacto en la Agenda 2030 y se vaticina en gran medida en terrenos de la  seguridad, dado el detrimento de la salud comunitaria y el incremento de las desigualdades, debido a la desaceleración económica. De nosotros depende dirigir nuestros esfuerzos para que los daños sean menores y podamos repuntar hacia el mundo que queremos.

Lo que podemos extraer de esta pandemia es la enseñanza positiva de que trabajando juntos, aunando nuestros esfuerzos, podemos vencer cualquier batalla. Ahora lo primordial es el trabajo en la salud, pero no debemos olvidar la necesidad de seguir trabajando en otros Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) que serán claves para la sostenibilidad a largo plazo.

En este sentido, no podemos dejar de prestar atención al ODS 4: Educación de calidad, dado que a pesar de las medidas de enseñanza online que se están llevando a cabo, la educación de los niños, en especial en los colectivos más vulnerables, está viéndose muy afectada; al ODS 5, ya que las mujeres son uno de los colectivos más impactados por la pandemia; o a los ODS en los que recae principalmente el impacto económico y la pérdida de puestos de trabajo, como el ODS 1, el 8 y el 10.

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