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El Apunte: La importancia del trabajo decente para el desarrollo sostenible

La Secretaría del Trabajo y Previsión Social (STPS) informó, en su reporte laboral al primer trimestre del 2020, que en Aguascaliente se encuentran 336,383 trabajadores mexicanos asegurados en el IMSS, lo que corresponde a 1.64% del total, una cifra muy superior a la de su participación demográfica de 1.1% nacional.

La tasa de desocupación continuó en la misma cifra, ahora idéntica a la del país en general, que es de 3.6%; a diferencia de la de hace unos meses de 3.8%. Después de la contingencia por el COVID-19 seguramente estos datos se incrementarán pero esta lectura será la base para conocer las diferencias.

Por ahora destaca que Aguascalientes recuperó 1.1% nacional de los empleadores y sigue sosteniendo 1.2% de los trabajadores asalariados, con sólo 0.7% de los trabajadores por cuenta propia, lo que permite seguir considerando un faltante de al menos 50 mil efectivos trabajando por su propia cuenta, básicamente desempeñando artes y oficios muy demandados y poco difundidos. Del año 2000 a la fecha se han venido reduciendo los ocupados bajo esta modalidad de 17% al 15%.

En materia salarial, continúan acercándose paulatinamente los salarios devengados en Aguascalientes a los del promedio nacional, gracias a su productividad y mayor grado de especialización. El salario medio de cotización de los aguascalentenses en el IMSS se incrementó a 390.80 pesos, contra los 397.60 pesos de los mexicanos en general, a febrero del 2020.

Antes de que iniciara la pandemia, la Población Económicamente Activa (PEA) del estado se reportó con 605 mil 419 efectivos, de éstos, la mayoría, 584 mil 992 se encontraban ocupados al término del 2019; predominando los asalariados con 445 mil 360. Para el cierre del 2019 el número de empleadores se consolidó en 28 mil 434; por su parte, los “cuenta propia” se han venido incrementando paulatinamente, contando 85 mil 370 al cierre.

Por escolaridad o nivel de instrucción, en los últimos 19 años se ha venido modificado el perfil del desempleado: 55% cuenta con estudios de educación media o superior; 31% de los desocupados tienen instrucción secundaria y sólo 14% cuenta con primaria o están sin instrucción.

De hecho, la tendencia apunta a que tres de cada diez de los desocupados tenga en su haber algún estudio en educación superior. En general, en las zonas industriales la desocupación y la rotación de personal son mayores que en las zonas rurales o de economías más tradicionales. En Aguascalientes, pese a la creación de nuevas inversiones y empleos, se suele tener un desempleo alto o semejante al nacional (3.6%), siendo particularmente alto en la capital.

Al cierre del 2019 la mayoría de la PEA hidrocálida se dedicaba a la industria manufacturera, la industria extractiva, la construcción o al comercio, sumando éstas 52%, lo que equivale a una cifra superior a los 314 mil 818 efectivos, que en general se encuentran devengando entre los dos y los cinco salarios mínimos. Sólo 4% del total se dedica a las actividades agropecuarias; un dato inferior al de los trabajadores del gobierno (6%). El 38% restante labora en el transporte, las comunicaciones y los servicios.

En la participación de hombres y mujeres, los valores de los varones vienen a la baja, en tanto que los de las mujeres se comportan al alza. Actualmente la dotación se encuentra en 60% por 40% y tiende a la igualdad para los próximos años.

A finales del 2015 el estado de Aguascalientes contaba con una población económicamente activa PEA = 541 mil 469, pero se encontraban ocupados 517 mil 336 y el resto (4.66%) o 24 mil 133 estaban desocupados. Cuatro años después, la PEA había aumentado a 605 mil 419 ocupando a 584 mil 992 efectivos. Los empleos aumentaron en 67 mil 656 adicionales durante 48 meses, lo que representa un incremento importante calculado en los 1,409 empleos mensuales, mismos que podrían perderse por la contingencia del coronavirus.

La Agenda de las Naciones Unidas estimaba que más de 600 millones de nuevos empleos deberían ser creados de aquí a 2030, siguiendo el ritmo del crecimiento de la población mundial en edad de trabajar, lo que significaría ahora el doble por la pérdida de empleos. Esto representaría alrededor de 80 millones de empleos al año.

También necesitamos mejorar las condiciones de los 780 millones de hombres y mujeres reportados como trabajando, pero sin ganar lo suficiente para superar ellos y sus familias el umbral de la pobreza de 2 dólares al día, cifra que, dadas las condiciones emergentes, lo más seguro es que se incrementaron. 

La importancia del trabajo decente para realizar el desarrollo sostenible está puesta de manifiesto en el Objetivo 8 cuya finalidad es “promover el crecimiento económico sostenido, inclusivo y sostenible, el empleo pleno y productivo y el trabajo decente para todos”.

En demografía hemos hablado del BONO DEMOGRÁFICO como  una ventana de oportunidad para las poblaciones con gran cantidad de habitantes en edad laboral, hay que aprovecharla lo antes posible, antes de que nos asomemos a una dantesca ventana de la necesidad.

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