Icono del sitio Líder Empresarial

El Apunte: En Aguascalientes hay más posibilidades de salir de la pobreza

Los resultados arrojados por las EMOVI, junto a otras publicaciones elaboradas por diversas organizaciones como el INEGI, la OCDE o la OIT, han permitido al Centro de Estudios Espinosa Yglesias CEEY medir la movilidad social en diferentes dimensiones como lo son la salud, el ingreso, la educación y la ocupación y de esta manera realizar diagnósticos enfocados al desarrollo de políticas públicas. La desigualdad de oportunidades y su impacto en el desarrollo socioeconómico se ven reflejados en la denominada movilidad social en México. 

Medir la movilidad social también nos permite identificar diferencias regionales y definir sus causas y orígenes, dando dirección y sustento a las políticas diseñadas para promover una situación de justicia, cohesión social y crecimiento económico incluyente la igualdad y la justicia social. Los patrones que se observan gracias al acopio de información indican que, en las regiones con menor desigualdad de oportunidades, se goza de una mayor movilidad social. 

En el informe, dividen el país en cinco regiones, conformadas de la manera siguiente:

La dimensión educativa

La educación es un elemento clave de nuestro progreso como individuos y como sociedad. Estudios a nivel mundial demuestran que las grandes economías gozan de una mayor movilidad educativa que las economías en desarrollo. En México, la educación de los padres determina en buena medida los logros educativos de sus hijos. Además, permite diseñar estrategias de política pública que ataquen de manera efectiva la desigualdad.

La dimensión laboral

Los diferentes tipos de ocupación y la relación entre las actividades de los individuos de una generación a otra nos muestran la desigualdad de oportunidades en México y los mecanismos detrás de esta. La discriminación, la brecha de género, la informalidad y el empleo precario, entre otros, afectan la movilidad ocupacional y el desarrollo económico del país. Ni qué decir del acceso a un trabajo digno, formal y con seguridad social. Debemos añadir la influencia de la ocupación de los padres en el futuro laboral de los hijos. Esta incide, ya sea sobre la persistencia de la pobreza en los menos privilegiados, o sobre las ventajas de aquellos con más recursos de inicio.

La dimensión de la riqueza

Esta dimensión toma en cuenta los bienes acumulados y el nivel de servicios con los que cuentan los hogares. Así, al analizar la movilidad de riqueza, se puede confirmar el impacto de los niveles de desigualdad económica en las opciones de desarrollo de los individuos y su capacidad para ascender en la pirámide socioeconómica.

En Aguascalientes el crecimiento económico se ha hecho presente los últimos cinco años con una tasa de crecimiento solo superada por Baja California Sur.

Para el Centro de Estudios Espinosa Yglesias CEEY, es de vital importancia que tomemos las medidas necesarias para convertir el círculo vicioso de la baja movilidad social en México en un círculo virtuoso de progreso y prosperidad.

Aguascalientes se encuentra entre los primeros lugares en MOVILIDAD SOCIAL en México. De hecho, es la segunda entidad donde quienes nacen en pobreza tienen más posibilidades de alcanzar un avance socioeconómico que sus padres, con el 86%. ¿Qué tanto se mueven los que salen del quintil más pobre?, según el CEEY en el caso de Aguascalientes alcanzan hasta 40 puntos de 100 posibles, una buena cifra si consideramos que el estado que más los impulsa es Nuevo León y los mueve hasta el nivel 46/100, pero su grado de estancamiento social (28%) es del doble del registrado en Aguascalientes.

Nivel Socioeconómico

Para la Asociación Mexicana de Agencias de Investigación y Opinión Pública AMAI, la movilidad social se logra a través de mejorar los hogares en seis dimensiones medidas por la Regla de la AMAI 2018, consistente en saber si los hogares cuentan con un mayor número de dormitorios, de baños completos, pero también el nivel educativo del jefe(a) del hogar y si el núcleo registra un mayor número de ocupados. Finalmente, agregan si la familia cuenta con automóvil y acceso a internet.

Lo típico entre el quintil de menores recursos es no contar con varios de estos satisfactores o tenerlos de manera exigua, es necesario promover a estas familias para que alcancen, primero los 100 puntos propio de quienes se encuentran a media tabla, para luego buscar los 150 puntos correspondientes a los niveles socioeconómicos de la clase media de categoría “C”.

Uno de los mejores medios es la educación, particularmente la educación media, la capacitación para el trabajo y la educación abierta para adultos, jefes (a) de familia, que permiten incrementar de 10 a 20 puntos adicionales en el NSE de los hogares. Particulares avances se logran si cuentan con internet en sus viviendas (se cotiza por arriba de los 30 puntos) servicio que bien podría ser sufragado por las nuevas generaciones, que están permaneciendo durante un tiempo más prolongado en los hogares paternos.

Finalmente, el gobierno puede mejorar la movilidad espacial de las familias facilitándoles los medios más rápidos y seguros para acceder a sus escuelas y trabajos, lo que puede sustituir el hecho de que no cuenten con automóvil propio (18 a 36 puntos) sino mejores medios de locomoción pública o ciclo pistas para bicicletas.

Los programas que apoyan a quienes necesitan una habitación o baño completo adicional sería conveniente que sortearan esta prerrogativa entre los jefes (a) de hogar dados de alta en las instituciones de educación abierta para adultos. Un adulto que estudia puede aportar tres, seis o hasta nueve años más de escolaridad si estudia o termina su educación básica.

Salir de la versión móvil