El CONEVAL actualizó la evolución histórica del ingreso laboral per cápita real en Aguascalientes y el país del 2005 al 2019. En este periodo, el ingreso laboral real per cápita aumentó 4.2%. En 2005 este ingreso equivalía a $1,715.01 mientras que en el tercer trimestre de 2019 fue de $1,787.19, deflactando con el Índice Nacional de Precios al Consumidor (INPC) a pesos del primer trimestre de 2010. Ante esto, podemos notar que Aguascalientes se acerca al promedio nacional en ingreso laboral, sin embargo no logra igualarlo.
En este periodo el ingreso laboral per cápita real nacional aumentó 0.7%, al pasar de $1,782.56 en el primer trimestre de 2005 a $1,794.87 en el tercer trimestre de 2019. Del primer trimestre de 2008 hasta el cuarto trimestre de 2014 tuvo una reducción, y desde entonces este indicador ha mostrado una recuperación, pero todavía no se alcanzan los niveles previos a la crisis financiera de 2008.
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Canasta básica alimentaria
Lo destacable de esto es la proporción de personas que no puede adquirir la canasta alimentaria con el ingreso proveniente únicamente de su trabajo. En esta se puede observar una disminución en la capacidad de compra del ingreso laboral de las familias en Aguascalientes. En el 2005, el porcentaje de la población con ingreso laboral inferior al costo de la canasta alimentaria fue de 30.1% y para el 2019 subió a 36.0%, es decir, un aumento de 6.0 puntos porcentuales. A nivel nacional, este porcentaje aumentó 3.8 puntos porcentuales, al pasar de 34.8% a 38.5%.
Aguascalientes ha registrado un avance en la generación de elementos de monitoreo y evaluación en las entidades federativas. En el diagnóstico que realiza el CONEVAL registró un incremento de 31.5 puntos porcentuales en el índice del avance en monitoreo y evaluación: en 2011 inició con 50.9 puntos y para 2019 alcanzó 82.4 puntos porcentuales, para ubicarse en el lugar 22/32 entidades.
El porcentaje de la población con ingreso laboral inferior al costo de la canasta alimentaria en Aguascalientes aumentó 1.2 puntos porcentuales entre el tercer trimestre de 2018 y el tercer trimestre de 2019, al pasar de 34.8% a 36.0%. En ese mismo periodo, a nivel nacional el porcentaje pasó de 39.3% a 38.5%, una disminución de 0.7 puntos porcentuales.
Pobreza extrema y pobreza moderada en Aguascalientes
De acuerdo con los resultados del CONEVAL para la medición de la pobreza 2018, el 26.2% de la población de Aguascalientes vivía en situación de pobreza, es decir, 351,500 personas, aproximadamente. De este universo, el 25.0% (cerca de 335,900 personas) estaba en situación de pobreza moderada, mientras que el 1.2% de la población se encontraba en situación de pobreza extrema (alrededor de 15,600 personas). El porcentaje de pobreza en Aguascalientes es 15.7 puntos porcentuales menor que el porcentaje nacional (41.9%).
Solamente una tercera parte de la población de Aguascalientes se encuentra entre la no pobre y no vulnerable, del resto tres de cada diez son vulnerables por alguna carencia social y uno de cada diez son vulnerables por ingresos. Así, el 26% restante son pobres moderados o extremos.
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Durante la década 2008-2018, en el estado de Aguascalientes la ecuación de la pobreza fue muy favorable porque aumentó un 10% la población no pobre y no vulnerable, con un incremento superior a las 109 mil personas. La pobreza moderada se redujo un 8.5%, unos 92 mil 650; la extrema se abatió en 3.0 puntos porcentuales al pasar de 4.2% a 1.2%. En términos absolutos, esto significa que durante esa década, hubo alrededor de 32,700 personas menos en pobreza extrema. La asignatura pendiente son los vulnerables por ingresos, grupo que ha crecido en un 3% durante los diez años estudiados. Los vulnerables por carencias sociales continúan igual que hace diez años en un 30%.
Para que “nadie se quede atrás” como marcan la Agenda 2030, es necesario conseguir menos vulnerabilidad o pobreza y más desarrollo. La misión “Menos Pobreza, Más Desarrollo”, tiene por objeto mejorar el nivel de ingresos y servicios de la población que se encuentra en situación de pobreza y pobreza extrema. Se parte del consumo básico insatisfecho, para conocer las pautas prioritarias de atención y promoción. Atender las carencias con eficacia y promover el propio desarrollo con eficiencia.