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Educación: El mejor negocio de nuestras vidas

Por: Gabriel Domínguez García Villalobos, rector de la Universidad Panamericana campus Aguascalientes

El hombre de nuestro tiempo ha tenido que enfrentar grandes desafíos y todo parece indicar que lo más retador está aún por venir.

Hasta hace algunos años las cosas pintaban más o menos estables y en una dirección más bien clara y uniforme; sin embargo, la geografía económica, política y social de la tierra se ha vuelto a pintar de incertidumbre. Especulamos sobre las ventajas y desventajas de comprar tal o cual cosa, o sobre dónde invertir o cómo gastar nuestro dinero y sobre tantos otros temas, pero… ¿tenemos claro de lo que es realmente importante?

Pues bien, el mejor negocio de nuestras vidas es la educación de nuestros hijos, y esta tarea corresponde antes que a cualquier persona o entidad a los padres: nada ni nadie puede sustituir al padre o a la madre en este tema. Por ello, la mejor decisión que uno puede tomar es involucrarse y comprometerse con la educación de sus hijos, cueste lo que cueste.

Este es, al parecer, uno de los más grandes retos del hombre de nuestro tiempo. De cómo lo asumamos depende el futuro de nuestra civilización. Formar hombres y mujeres generoso y solidarios, conscientes de las necesidades y oportunidades de su entorno, y dispuestos a entregarse al otro, por amor, es un desafío que comienza en casa.

¡Qué importante es la vida en casa! y cuán grande es la dicha de participar en el ambiente de un hogar, porque se influye incidiendo y dejándose orientar: en el hogar se logra la felicidad personal participando activamente en la construcción de la felicidad del otro, y eso es lo que a la vuelta de los años repercute en la sociedad.

Así lo veo, en tiempos de incertidumbre hay que volver a la familia, desvivirnos (en el sentido más radical de la palabra) por educar a nuestros hijos, viviendo justo eso en lo que los queremos formar.

 

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