“Soy soñador, luchador, activista, actor, productor de cine, mexicano, católico e Hijo de Dios”, nacido en Tamaulipas, así se define Eduardo Verástegui, un artista completo que ha encontrado su misión permanente.
Aunque estuvo inmerso en la fama y la actuación desde joven, reconoce que los valores en los que basaba su vida le generaban profundo vacío e insatisfacción. Sin embargo, experimentó una transformación que ahora inspira su labor como artista y activista social.
Fundador de la productora Metanoia Films, ha participado en cintas como Bella, Cristiada, Little Boy y Sonido de Libertad. La primera de ellas fue premiada en el Festival Internacional de Cine de Toronto, en 2006.
“Como cineasta, admiro a Mel Gibson por su talento para dirigir, producir y actuar al mismo tiempo, sobre todo en la Pasión de Cristo. La historia ya era conocida, pero la forma en que la contó, utilizando una lengua muerta… Es como el Michelangelo de nuestros tiempos”, comparte.
Otra película que ha dejado una marca en Verástegui es La lista de Schindler de Spielberg. En ella encuentra un mensaje que le guía: “Trabajar por el bien nunca es suficiente, siempre podemos dar más. Es necesario enfocarse en ser la mejor versión de uno mismo”.
“Sin duda alguna lo que más me mueve es la defensa de la vida. Esa es mi causa principal: defender la vida de todos y no sólo la de algunos. Desde mi trinchera lo hago por medio del arte. No dejo un espacio vacío para ello.
Ser pro-vida es ver por la vida de todos. Primero, el derecho a la vida del no nacido, porque sin él no se puede gozar de ningún otro derecho. Sigue defender la vida de los niños en situación de calle, la de los jóvenes víctimas de adicciones, la vida de las mujeres abandonadas y maltratadas, la vida de los que fueron falsamente acusados y están en la cárcel, la de los enfermos y ancianos que no tienen para un tratamiento adecuado y que están muriendo…”, explica.
Verástegui ha enfrentado desafíos significativos en los diferentes proyectos que ha realizado, pero destaca especialmente Sonido de Libertad. Este filme, que se estrenará este año, aborda el combate contra la explotación sexual infantil. La cinta es resultado de ocho años de trabajo y subraya la importancia de colaborar desde las diferentes instancias sociales para erradicar esta grave realidad —entidades de gobierno, organizaciones empresariales y sociedad civil en general—.
“Desde que me levanto hasta que me acuesto estoy viendo qué herramientas utilizar y hay que entrarle a todo. Desde mi trinchera trato de juntar el arte con la política y la ética al servicio de las naciones”, concluye.
