Muchas veces se cree que las matemáticas son aplicadas exclusivamente en las ciencias exactas; pero Dulce María Barros ha demostrado que en el campo de las ciencias sociales hay un espacio muy grande para los números.
Dulce nació en Aguascalientes. Tras estudiar matemáticas aplicadas, decidió recorrer otras carreras, incluso incursionó en el diseño de modas, hasta que encontró en el Centro de Investigación y Docencia Económicas (CIDE) su lugar en la academia.
“Quise dar una dimensión social a las matemáticas, poder aplicarlas en políticas públicas y que sirvan más allá de lo meramente teórico”, afirma la joven recién egresada de la universidad.
Sus proyectos la llevaron a Israel. Ahí trabajó, junto con expertos, en el desarrollo de una página web dedicada a reducir el consumo de agua en la comunidad. Como parte de la metodología, ella y sus compañeros recolectaron los datos de consumo de agua potable por domicilio, con lo cual obtuvieron la media del consumo.
Pero lo interesante está en la manera de aplicar los números en la sociedad. A través de la presión social generada en el consumidor al saber que gastaba más que el promedio, las personas siguieron las recomendaciones y redujeron el gasto del recurso hídrico.
Dulce aprendió una lección fundamental en su estancia en Israel: “No importa partir de cero, allá los profesores nunca desechan una idea, es algo que debemos aplicar acá”.
Después de regresar a México, Dulce concluyó sus estudios y se prepara para realizar una maestría en la que pueda seguir otro de sus sueños: el desarrollo social con perspectiva de familia.
“Siempre se ha mencionado que la familia es el núcleo de la sociedad, pero nunca se hace nada, solo se dice. Por eso quiero incursionar por ese lado”.