La polémica inició luego de que Twitter colocara una advertencia de verificación de hechos a dos de los tuits del presidente de Estados Unidos, Donald Trump; lo que provocó su inconformidad. Éstos expresaban que la votación por correo estaba relacionada con fraude electoral, pero no sustentaba el contenido con ninguna fuente, lo que podría causar incertidumbre en lo usuarios sobre las próximas elecciones.
Tras la notificación, Trump vertió sus opiniones en la misma red social, acusando a Twitter de “sesgo político” y de “atentar contra la libertad de expresión”; así como de interferir en las elecciones presidenciales. Los comentarios los sustentó indicando que estas plataformas censuran “la voz conservadora”, lo que termina beneficiando al espectro ideológico contrario.
Cabe destacar que generalmente la información proporcionada por Donald Trump en Twitter, la red social que más utiliza, no pasa por los debidos filtros que la validen como información oficial por el gobierno de los Estados Unidos o carecen de sustento teórico.
Luego, el presidente preparó un orden ejecutiva contra las empresas de redes sociales. Aun cuando el contenido no fue especificado, sin embargo Reuters tuvo acceso al borrador de ésta. Por el contenido se dice que podría modificarse, pues requiere de la discusión con la Comisión Federal de Comunicaciones, sobre la regulación de la Sección 230 de la Ley de Decencia en la Comunicaciones.
La orden instituye que la Oficina de Estrategia Digital de la Casa Blanca, proporcione una herramienta para que los usuarios se informen sobre la censura en las plataformas. Además, se exige que la Comisión Federal de Comunicaciones se cerciore sobre si las políticas utilizadas por redes sociales para moderar contenido no son “engañosas” y que lo referente a la edición de contenidos, por parte de las plataformas, deriven en que éstas pierdan la responsabilidad legal de la que las “exime” la Ley de Decencia.