Don Jacobo Payán, como sus más allegados lo llaman, se forjó desde temprana edad y comenzó a sentar las bases de lo que hoy son algunos de los restaurantes y las empresas más exitosas en el estado, un objetivo que logró alcanzar gracias a su perseverancia y actitud visionaria.
Comenzó a trabajar desde los 11 años en el Banco Nacional de México, con un sueldo que apenas alcanzaba los 500 pesos al mes, por lo cual, ante sus necesidades económicas, migró hacia el país vecino de Estados Unidos, travesía que duró dos años.
Tiempo después de su regreso, Payán lograba consolidar uno de sus negocios más exitosos y de renombre en el estado: el restaurante “La Parroquia”, referente por más de 4 décadas para turistas y potosinos, una oportunidad que, además, le permitió emprender en otros sectores.
“El grupo más fuerte es el del acero, donde empleo a mil 500 trabajadores, asimismo el cultivo de jitomate y demás productos en un rancho familiar, donde colaboran mil 300 empleados más, ambos son muy exitosos”, expresa.
Adicionalmente, participa como accionista en la dirección de 40 gasolineras y lidera algunos de los hoteles más prestigiosos en el Centro Histórico de la capital, el Hotel Panorama y Hotel San Francisco, sin dejar de lado que, actualmente, es el propietario del Estadio Alfonso Lastras, un proyecto que le llena de orgullo.
La edad nunca ha sido impedimento para seguir trabajando
«Dicen que todo lo que toco se convierte en oro, pero no es así, ello es resultado de un arduo trabajo…«
Comenta que, como desde sus inicios y pese a sus 80 años de edad, sigue trabajando y participando en el crecimiento de sus compañías, una filosofía que le gustaría transmitir a la nueva generación de empresarios.
“Yo me levanto 7 u 8 de la mañana, lo cual es un regalo. Me ha ayudado mucho el no caer en ningún vicio, es lo que le recomiendo a mis paisanos, eso es pieza clave del éxito”, comenta.
Nadie nace sabiendo, por ello, Payán siempre apostó por aprender de cada uno de los negocios en los que intervenía, sumando cada vez más experiencias, que no siempre fueron positivas, pues a lo largo de su trayectoria, también tuvo que afrontar retos y derrotas.
“A lo largo de mi carrera tuve 2 fracasos: uno fue con una franquicia de pollos y otra que fue una trituradora de piedra, pero logramos salir adelante”, narra.
Asimismo, sus ganas de competir, lo han llevado a superarse junto con sus negocios, donde entrega a sus clientes servicios de alta calidad que los hace diferenciarse de su competencia en un entorno empresarial en el que todos buscan ser los mejores.
Finalmente, consciente de los nuevos retos venideros, la recomendación del empresario siempre será manejarse con honradez y honestidad en cualquiera de las actividades en la que sus colegas se desempeñen, pues con base a sus vivencias, estos valores son los que lo han llevado a crear su “pequeña fortuna”.
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