Durante los últimos cinco años, Aguascalientes ha crecido económicamente a un ritmo bastante elevado, dos veces más rápido que el promedio nacional. Sin embargo, en la encuesta del Inegi sobre “Bienestar Subjetivo”, los aguascalentenses dijeron sentirse menos satisfechos con su vida que el promedio de los mexicanos.
A pesar de su gran crecimiento económico, los salarios en el estado son 15 por ciento más bajos que a nivel nacional, tanto en el sector formal como en el informal. Esta apreciación se torna mucho más negativa cuando se considera que México no destaca por sus sueldos: es el último lugar de la OCDE en este rubro e incluso es uno de los peores de América Latina.
Jesús Álvarez Gutiérrez, director general del Sistema de Evaluación de la Política Educativa, señala que el país (cuya competitividad está fincada, en gran parte, en la contención salarial) está frente a un fenómeno multifactorial en el cual las remuneraciones bajas presionan al mercado laboral y crean un pernicioso círculo vicioso.
Líder Empresarial (LE): ¿Pueden los gobiernos aliviar la presión del bajo ingreso familiar a través de su política social?
Jesús Álvarez Gutiérrez (JAG): Sin duda, los gobiernos federal, estatal y municipal han canalizado buena parte de sus presupuestos a programas sociales, algunos muy efectivos como las becas de Prospera. Lo más importante es la prestación de servicios básicos al hogar (agua, drenaje, pavimentación, electrificación, recolección de basura, escuelas, centros de salud) que se realiza a casi todos los hogares de zonas urbanas; sin embargo, aún hay mucho por hacer.
Menciono algunos retos: las comunidades rurales no reciben estos servicios de manera oportuna y suficiente; las escuelas no tienen maestros; los centros de salud no tienen médicos o medicinas; los caminos están destrozados; el agua entubada y el drenaje no llegan a todos los domicilios; el agua entubada en la zona metropolitana es la más cara del país y no es potable; las oportunidades de educación, empleo y abasto están centralizadas en ciertas áreas de la ciudad de Aguascalientes.
LE: ¿Qué margen real tienen los gobiernos para promover mejores salarios? Hay muchos economistas que cuestionan si los salarios pueden subirse por decreto.
JAG: El caso de Aguascalientes es paradigmático del tipo de falacias en que hemos caído en las últimas décadas. Por ejemplo, se nos repite que los salarios no deben subirse por decreto, pues primero se debe elevar la productividad. Parece razonable y evidente, pero si revisamos algunos datos oficiales salta a la vista la mentira. Primero, con cifras del Inegi, Eugenio Herrera muestra que la productividad laboral hidrocálida es 16 por ciento superior al promedio nacional, mientras sus sueldos son 15 por ciento inferiores al promedio del país. Segundo, el salario mínimo en México ha sido deprimido permanentemente a través de la Comisión Nacional de Salarios Mínimos; de hecho, ha perdido 80 por ciento de su poder de compra en tres décadas.
Las remuneraciones bajas obligan a los aguascalentenses a trabajar más horas, en promedio 48 horas a la semana. Además, en la mayoría de los hogares urbanos surge la necesidad de que ambos padres estén empleados y los hijos inicien temprano su vida laboral.
Álvarez Gutiérrez explica que estos tres factores surten un efecto negativo sobre el mercado laboral porque aumentan el número de personas en busca de trabajo, mientras el desempleo presiona los sueldos todavía más a la baja. Al final, esto desencadena problemas de mala alimentación, pandillerismo, violencia, inseguridad, alcoholismo, drogadicción, prostitución, embarazos juveniles, migración y hasta suicidios.
LE: ¿Qué prioridades debería tener el próximo gobierno estatal para abordar de manera integral la problemática social derivada de los bajos ingresos familiares?
JAG: Se requiere un gobierno estatal con visión de largo plazo, compromiso social, inteligencia. Que sea capaz de implementar varias políticas públicas integrales en materia fiscal, industrial, laboral, educativa y social, orientadas a la elevación del bienestar de las familias.
El estado es pequeño, pero puede encabezar un proyecto regional de desarrollo de proveedores para el sector automotriz y aeroespacial, por medio de la creación de un auténtico clúster. Actualmente, las entidades solamente se disputan la atracción de las inversiones extranjeras ofreciendo prebendas injustas como terrenos, infraestructura, exenciones fiscales.
También debe diversificar la economía; no puedes apostarle todo al sector maquilador automotriz. Hay que promover otras áreas donde se cuenta con ventajas como salud, educación, turismo de negocios, biotecnología, alimentos y agroindustria.
Es necesario intensificar los apoyos gubernamentales a los micro y pequeños empresarios locales para asegurar que triunfen en medio de la competencia y generen empleos.
Puede atraer a más institutos de educación superior y centros de investigación y tecnología para generar conocimiento, patentes. Aguascalientes debe abocarse a construir un nuevo sistema educativo, el cual forme personas creativas, innovadoras, solidarias, honestas, emprendedoras, competitivas, cooperativas, con capacidad de cambio e incluya a las artes y humanidades.
LE: ¿Hay margen para subir las remuneraciones laborales sin afectar la inflación?
JAG: Por supuesto, el margen es muy amplio. En el campo, puedes tecnificar los cultivos y organizar a los campesinos para que no dependan de los intermediarios o coyotes. En la industria, debes aprender a negociar al lado de tus trabajadores para que las trasnacionales reconozcan su productividad. Y en el sector servicios, se debe impulsar la generación de valor agregado.
Debemos facilitar la formalización de todas las micro y pequeñas unidades económicas que sobreviven al margen del fisco, así como promover la entrada de nuevos autoempleados y empleadores con desregulación, financiamiento, acompañamiento técnico, capacitación, profesionalización, certificación.
Como dice Lorena Martínez, es la hora de los jóvenes, de las startups, de pensar en grande, de transformar Aguascalientes en un nuevo Silicon Valley. Llegó el momento de fortalecer a los empresarios locales y pagar la deuda pendiente con los trabajadores de la entidad. Solo así el crecimiento económico del Producto Interno Bruto se transformará en el desarrollo integral de todos los ciudadanos y las familias.