Para el tenor Jorge López Yáñez, Dios regala diferentes talentos a todos los seres humanos y, en su caso, la voz fue el que correspondió a su persona.
Desde los seis años actuó en público. Creció entre clases de guitarra española, intentos por ser novillero, estudios de ingeniería civil y participaciones en palenques cantando al lado de grandes figuras como Lucha Villa. Para impulsar su carrera, contó con el apoyo de grandes figuras de la entidad, como el doctor Alfonso Pérez Romo, quien le solicitó una grabación para enviarla a la Ópera Metropolitana de la ciudad de Nueva York, pues veía un gran talento en el ahora cantante de ópera.
Pronto hubo una respuesta de esta compañía, la cual aseguraba que la voz era natural de tenor, con mucho potencial de crecimiento, por lo que recomendaba al talento estudiar y prepararse en dicción, idiomas, actuación y, sobre todo, vocalización.
Artículo: Martín Rodríguez Morales
Video: Edgar Pérez/Marco Ornelas