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Diana Batres: Arte escénico en las alturas

Con una pasión desbordada por el arte escénico, Diana Batres ha hecho del espectáculo aéreo circense su vida y vocación en 18 años de trayectoria.

Diana Batres quedó impregnada por la pasión del arte escénico una vez que experimentó el teatro musical en su época estudiantil de secundaria y preparatoria. Sus primeras prácticas de baile, acrobacia y actuación se convirtieron en fuente de inspiración para esta aerealista de San Luis Potosí, que ha hecho del espectáculo circense su vida y vocación en 18 años de trayectoria.   

Como precursora de la danza aérea en tierras potosinas y pionera de actos de fuerza capilar y dental que desafían los límites convencionales, ha cautivado a audiencias de países que forman el otro lado del mundo, desde exóticos escenarios que ofrece Egipto y Omán, hasta de ciudades rodeadas por rascacielos como en los Emiratos Árabes y Corea del Sur.

Diana Batres

En México, es la imagen principal del Circo Atayde Hermanos, así como fundadora de la escuela Vértika Centro De Entrenamiento, primera de su tipo en San Luis Potosí donde imparte clases para formar a las nuevas generaciones en el arte circense. 

Antes de brillar en las carpas, se aventuró a estudiar una doble carrera académica y artística. Por las mañanas, era alumna de licenciatura en Comercio y Negocios Internacionales por Universidad Autónoma de San Luis Potosí (UASLP). En las tardes, dedicaba su tiempo a la práctica de Danza Contemporánea en la Escuela Estatal de Danza. 

Por sugerencia de un maestro, relata, fue que decidió especializarse en ejercicios aéreos para incursionar en el circo tradicional de San Luis Potosí, entorno en el aprendió a generar una fuerte presencia escénica y una gran habilidad para transmitir emociones mediante su actuación corporal.  

La sensación más adictiva de su vida 

Para Diana Batres, el arte escénico ha generado la “sensación más adictiva de mi vida«. Le ocurre cada vez que actúa sobre un escenario, se balancea con destreza en las alturas y recibe ovaciones por quienes la observan desde las gradas.   

En sus actos más desafiantes, se eleva a una altura de doce metros, gira y se suspende en el aire apoyándose únicamente por su cabello o sus dientes. Agregando un toque de emoción y espectacularidad, ejecuta malabares con fuego e incluso es capaz de soportar el peso de otras personas. 

Diana Batres

Su cuerpo, cuya forma física es comparable a la de cualquier atleta de alto rendimiento, se ha forjado en la intensidad de los entrenamientos aéreos que realiza por lo menos cinco días a la semana. 

El primero es el aro, una estructura circular suspendida en el aire, que se convierte en su aliado para realizar piruetas. Le sigue la tela, que le brinda la posibilidad de envolverse y deslizarse con elegancia. Finalmente, el trapecio, con su barra suspendida, le ayuda con acrobacias y saltos llenos de adrenalina.

La fuerza de su cabello, asegura, es producto de una buena alimentación y del colágeno que emplea como suplemento. La de sus dientes, en cambio, emana de los músculos de la mandíbula que se activan mediante un entrenamiento y una técnica especial. 

Consciente de que no todo es la habilidad física para el éxito de una función, también ha desarrollado una creatividad por medio de la iluminación, coreografía y escenografía para brindar experiencias emocionantes que envuelven el espacio escénico.  

Dominar adversidades 

En casi dos décadas de trabajo, Diana Batres no habría adquirido una seguridad en ella misma sin trascender los límites impuestos por la industria circense y los estereotipos de género que la rodearon en los inicios de su carrera.

En vez de ponerme a llorar porque juzgaban mi cuerpo y mi imagen física, me empeñe en trabajar. Si me pedían cierto grado de fuerza para cargar 70 kilos a diez metros de altura, yo me entrenaba para cargar 100… Al final yo vendo mi acto y mi capacidad de hacer cosas impresionantes”, relata. 

Su temporada más memorable, recuerda, fue cuando fue seleccionada como ring máster (presentadora) y acróbata aérea por el Circo Internacional “Caribbean Circus”. Durante las funciones en ciudades como Dubai, Ajmán y Abu Dhabi fue la responsable de coordinar los actos, presentar a los artistas y animar a la audiencia, pero sin interrumpir los rezos por la celebración del ramadán. 

Sí pude hablar en inglés y con un montón de personas musulmanas entonces puedo hacer lo que quiera”, asegura. 

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