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Día Mundial de la Salud: Con la pandemia a cuestas

Si una enseñanza ha dejado la pandemia de COVID-19 es que la salud es nuestro bien más preciado. Si carecemos de ella no podemos realizar actividades como estudiar, trabajar, ejercitarnos y mucho menos divertirnos.

Asimismo, hemos aprendido la importancia de tener hábitos saludables. El coronavirus ha demostrado ser más letal en sectores de la población aquejados por padecimientos como la hipertensión arterial, diabetes mellitus, obesidad, insuficiencia renal, tabaquismo y enfermedades cardiacas, entre otras.

También ha quedado manifiestado que (si bien no distingue sexo, edad, condición física, religión o estrato social) el nuevo virus ha evidenciado las carencias de nuestro sistema de salud y las dificultades que enfrenta el personal para prestar servicio a los enfermos.

Bajo esta tónica se conmemora, este 7 de abril de 2021, el Día Mundial de la Salud. La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha exhortado a construir un mundo más justo y saludable, por lo que se demanda a los líderes garanticen “que todos tengan condiciones de vida y de trabajo propicias para la buena salud”. Además, insta a monitorear las inequidades existentes, para que todas las personas puedan acceder a servicios de calidad cuándo y dónde los necesiten.

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Sobre este punto, el connotado infectólogo Francisco Márquez Díaz señala que la infraestructura sanitaria de nuestro país se ha visto superada por la actividad originada por la pandemia. Nadie estaba preparado para el impacto, sobre todo, tomando en cuenta que las cifras oficiales indican que a nivel federal se han rebasado las 200 mil muertes y existen más de 2 millones 200 mil casos confirmados.

A lo anterior hay que añadir la cantidad de trabajadores de la salud que han perdido la vida a consecuencia del COVID-19. La Organización Panamericana para la Salud (OPS) reveló que México es el país que más afectación ha tenido en este rubro. En un listado conformado por 18 países se contabilizaron, en febrero del presente año, prácticamente 3 mil decesos.

“Es una guerra donde se protege la salud y el ejército de la salud está siendo abatido. No está siendo protegido ni abastecido para soportar el embate del enemigo. Esa es la parte que nos tiene, como trabajadores de la salud, muy preocupados y dolidos con el sistema que nos ha marginado y dividido”, puntualiza.

Añade que el recurso sigue siendo insuficiente. Hemos visto que países considerados con menor capacidad que México nos han superado en distintos ámbitos. Por ejemplo, Chile es el país de América Latina que tiene más personas vacunadas. En lo que sí nos distinguimos es en la mortalidad, al ocupar el tercer lugar a nivel mundial en este rubro.

“Es un hecho lamentable que muestra las carencias y surge más la duda de si esto vendrá realmente a mejorar las condiciones del sistema de salud. La gran mayoría de los médicos que han entrado [a laborar] lo están haciendo por contrato”, refiere.

Añade que, en los países desarrollados, los trabajadores de la salud sólo trabajan ocho horas y el resto del día lo dedican a la educación o a la investigación. En nuestro país, en cambio, trabajan ocho horas en una institución y ocho más en otra para mejorar su situación económica.

Así las cosas. A un año del inicio de la pandemia, Márquez Díaz señala que los médicos viven un reto mayúsculo. Cuando llegan los momentos difíciles es imposible no pensar que ellos pueden ser los próximos en estar encamados. A pesar de todo, se trata de un sentimiento que no los debe doblegar. En su caso, ese impulso lo ha recibido de su familia. 

“Sí llega un punto en el que decimos: ‘¿Esto cuándo se va a acabar?’, ‘¿Vamos a tener las fuerzas para soportarlo?’. Pero es parte de este reto (…) En lo profesional me siento muy satisfecho. Pero en lo familiar me distancio mucho de mis hijos. Al final, tratamos de compensarlo de alguna manera, lo mismo le pasa a otros médicos”, considera. Refiere que, a fin de cuentas, la recompensa es buena, pero la pérdida de vidas siempre será más dolorosa.

Por tanto, agrega el galeno, el mensaje más encarecido va dirigido a la población: que se solidarice con el autocuidado, pues seguimos sin tener un tratamiento efectivo contra el coronavirus. Mientras no tengamos números satisfactorios en vacunación, lo único que nos queda es continuar con las medidas sanitarias que todos y todas conocemos.

“Como trabajadores de la salud en cualquier momento podemos estar en contacto con el COVID, pero nuestra misión como médicos es orientar a la población para cuidarnos todos. Esa es la única herramienta posible y eficaz para defendernos del coronavirus”, subraya.

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