A nivel global sólo el 33% de las personas que se desempeñan en la investigación, son mujeres. Una situación similar sucede en el sector privado y puestos directivos en las industrias tecnológicas donde sólo el 22% de los profesionales que laboran en la rama de inteligencia artificial son mujeres. La cifra sólo incrementa 6% en las personas graduadas de ingeniería, donde el 28% corresponde a talento femenino.
Esto no sólo afecta la inclusión y participación equitativa de las mujeres, sino que limita la capacidad y visión de sectores estratégicos para desarrollar soluciones más completas y sostenibles.
En México según el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) en 2021 sólo el 13.5% de las mujeres estudiaron carreras en el área de ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas (STEM por sus siglas en inglés). Un número muy contrastante al que podría suponerse en nivel primaria, donde las niñas obtienen mejores calificaciones en matemáticas de acuerdo al Plan Nacional para la Evaluación de los Aprendizajes (PLANEA).
Te podría interesar:
El impacto de la pandemia
Desde su establecimiento por la Asamblea General de la ONU en el 2015, el Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia tiene como objetivo “crear conciencia sobre el tema que celebra la excelencia de la mujer en la ciencia y recordar a la comunidad internacional que la ciencia y la igualdad de género deben avanzar de la mano para abordar los principales desafíos globales y lograr todos los objetivos y metas de la Agenda 2030”.
Sin embargo, la pandemia no ha favorecido estos objetivos. A nivel mundial cerca de 11 millones de puestos de trabajo ocupados por mujeres desaparecieron de febrero a mayo del 2020. Muchas de ellas madres o al cuidado de alguna persona afectada.
En México, a nivel nacional se tuvo una reducción del 5% de la población ocupada respecto al valor base para el tercer trimestre de 2020. En el caso de las mujeres, la reducción experimentada fue mayor, siendo de cerca del 7% respecto al valor base.
Para hacer frente a algunos de los mayores desafíos de la Agenda para el Desarrollo Sostenible, será imperante la inclusión de talento femenino, pues en desarrollo de estrategías con impacto, la diversidad será clave.